El planeta Venus es el segundo del Sistema Solar en distancia al Sol, y el tercero en cuanto a tamaño, después de Mercurio y Marte. Recibe su nombre en honor a Venus, la diosa romana del amor. Se trata de un planeta de tipo rocoso y terrestre, Venus es conocido como "el gemelo" de la Tierra porque los dos planetas son muy similares en tamaño. El diámetro es de aproximadamente 12,100 kilómetros en el ecuador, aproximadamente 644 kilómetros, más pequeño que él de la Tierra, siendo prácticamene iguales. Es también el planeta del sistema solar, que se sitúa más cerca de la Tierra cuando se encuetran sus órbitas. En su aproximamiento más cercano, está aproximadamente a 38.2 millones de kilómetros de distancia de la Tierra, por eso se le conoce como nuestro vecino planetario junto a Marte.
Los movimientos en el cielo del planeta Venus, eran conocidos por la mayoría de las antiguas civilizaciones, adquiriendo importancia en casi todas las interpretaciones astrológicas del movimiento planetario. En particular, la civilización maya elaboró un calendario religioso basado en los ciclos astronómicos, incluyendo los ciclos de Venus. El símbolo del planeta Venus es una representación estilizada del espejo de la diosa Venus: un círculo con una pequeña cruz debajo, utilizado también hoy para denotar el sexo femenino.
Venus gira sobre sí mismo lentamente en un movimiento retrógrado, en el mismo sentido de las manecillas del reloj, de Este a Oeste en lugar de Oeste a Este como el resto de los planetas (excepto Urano), tardando en hacer un giro completo sobre sí mismo 243,0187 días terrestres. No se sabe el porqué de la peculiar rotación de Venus.
La atmósfera de Venus es muy densa, compuesta en su mayor parte por dióxido de carbono y una pequeña cantidad de nitrógeno. La presión al nivel de la superficie es 90 veces superior a la presión atmosférica en la superficie terrestre (una presión equivalente en la Tierra a la presión que hay sumergido en el agua a una profundidad de un kilómetro). La enorme cantidad de CO2 de la atmósfera provoca un fuerte efecto invernadero que eleva la temperatura de la superficie del planeta hasta cerca de 464 °C en las regiones menos elevadas cerca del ecuador. Esto hace que Venus sea más caliente que Mercurio, a pesar de hallarse a más del doble de la distancia del Sol.
Fuentes Consultadas
Astrologia.com
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