Al igual que los musulmanes deben visitar la Meca, los hindús, creen que la vida está incompleta si no se bañan en el Ganges al menos una vez en la vida.
Es por ello que muchas familias hinduistas mantienen un recipiente con agua del río sagrado en su vivienda, de forma que si alguien muere, pueda beber un poco de esa agua.
Muchos seguidores del hinduismo tiene la creencia que beber de su agua, limpia el alma de todos los pecados, y que también sirve para curar enfermedades.
Las viejas escrituras afirman que el agua su corriente lleva la bendición de los pies de Vishnú; por eso la madre Ganges es conocida como Vishnupadi, que significa “emanante de los pies de loto del dios supremo Vishnu.
Los seguidores de Ala, que habitan en India y Bangladesh, recurren al wudu, para una limpieza religiosa del cuerpo, rezando al mismo tiempo sumergidos en el río Ganges.
Pero el Ganges no es una leyenda y un sueño idílico.
A partir fundamentalmente de abandonar las montañas, comienza un peregrinar por ciudades, pueblos y aldeas superpobladas que lo van deteriorando, estando considerado como uno de los ríos más infectos del mundo, sufriendo la contaminación humana, bacteriológica, fecal y la explotación comercial, por lo que el consumo de sus aguas presenta un alto riesgo de infecciones.
En Benarés se evidencia esa contaminación del río, que ha sido con anterioridad castigado con importantes vertidos industriales, calculándose que a su paso por la sagrada ciudad, contiene 60.000 bacterias solo de residuos fecales por cada 100 mililitros, 120 veces más del límite aceptable para el baño.
Aunque la visión que el "hindú" tiene de su rio, influenciado por su religión, es que no está en absoluto contaminado ni sucio, ni mucho menos impuro; puesto que se trata de una diosa, el Ganges es posiblemente del río más contaminado del mundo. Afectando a unos 400 millones de personas que viven en las proximidades.
Además, el aumento global de las temperaturas del planeta está dejando sentir sus efectos sobre los glaciares tibetanos de las montañas del Himalaya.
Este efecto supondrá la desaparición progresiva de los glaciares, poniendo en peligro el suministro hídrico de los ríos en los que se asientan sus fuentes.
Según un informe del clima de la ONU publicado en el año 2007, los glaciares del Himalaya que alimentan el Ganges podrían desaparecer en el año 2030.
A partir de ese momento, la corriente del río sería estacional y fruto puramente de las lluvias producidas durante la época del monzón.
Aun así es sugerente; si recorremos su curso, en pleno Himalaya, disfrutaremos de espectaculares paisajes.
Por encima del glaciar donde están sus fuentes se ubican montañas de más de 7000 metros.
Una vez que el río abandona Rishikesh, meca del yoga, la meditación y donde sus rápidos son apreciados por los practicantes del rafting, nuestro río se domestica.
Esta población, asentada a ambas orillas del rio y comunicada por dos imponentes puentes colgantes, se hizo célebre a raíz de ser visitada por los Beatles durante su etapa mística, en la que siguieron las enseñanzas del Gurú Maharishi, del que al parecer salieron algo mosqueados.
No muy lejos se sitúa Haridwar, una de las siete ciudades más sagradas de la India, en donde pudimos con tranquilidad y sin el alboroto turístico de Benarés, admirar a la puesta del sol, la realidad de los ritos hindús, los "aarti".
Ubicada a tan sólo 300 m de altitud y a 2.200 km. de la desembocadura del Ganges, es donde comienza la planicie gangética.
Tras una suave curva de 800 km. llega a la siguiente ciudad clave de su recorrido, Allahabad, allí se une al Yamuna, que circula por Delhi y Agra.
Siendo el punto de confluencia de ambos ríos "Sangam", donde se llegan a bañar hasta 70 millones de personas durante el Kumbh Mela, una peregrinación que tiene lugar cada doce años.
De acuerdo con textos hindúes antiguos, un tercer río, el Sarasvati, se unía en este punto con los otros dos.
Unos kilómetros más adelante se llega a la mítica ciudad de Benarés, una de nuestras últimas etapas en el viaje a la India.
Benares
Conocida en la actualidad como Varanasi, Benarés representa todo aquello que trastoca con nuestros principios y prácticas occidentales.
El primer contacto con la India a través de ella puede llegar a ser un shock para alguien que no esté acostumbrado a las modos y la manera de ser de las gentes de este país.
Considerada la ciudad más sagrada de la India, se presenta a sus visitantes como un festín para los sentidos, das un paso y te encanta, al siguiente te agobia.
Acaso por eso, comentan que es el sitio más característico del todo el país, uno de sus destinos más simbólicos y foco de una sorprendente selección de lugares interesantes de ver.
Quienes visitamos la vibrante ciudad por primera vez, somos apresados por lo fascinante que puede ser esta muestra de la vida y el ajetreo de la India, en el que se mezcla el encanto del antiguo mundo con una vida actual y palpitante.............
La arcaica ciudad, con más de 3.500 años de antigüedad, llamó la atención del novelista americano Mark Twain, quien escribió: "Benarés es más antigua que la Historia, más antigua que las tradiciones, más vieja incluso que las leyendas, y parece el doble de antigua que todas juntas”.
Una buena forma de llegar a ella para hacernos una idea de la forma de vida y además conocer unos de los medios de trasporte más sugerentes y extensos de India, es hacerlo en tren.
La red de ferrocarriles que dejaron construida los británicos tras la independencia es amplia, y prácticamente nos puede acercar a cualquier punto del país, pero por su apariencia es cuando menos impactante, pues poco han evolucionado desde entonces estos caminos de hierro.
Adentrase en sus vagones, aunque sea en litera con aire acondicionado, es toda una experiencia para los sentidos, prácticamente para todos ellos, hasta en el pasillo hay instaladas camas y sus habitáculos asemejan ser del siglo XIX.
Multitud de usuarios abarrotan las estaciones, los compartimentos normales van atestados de gente, y aunque no pudimos ver esa estampa de gentes viajando encimas de sus techos, la pudimos imaginar. Grupos variopintos de personas pululan por sus pasillos: jóvenes, menos jóvenes, guiris, estudiantes, vendedores, japos......y gentes de cualquier condición y textura humana, una mezcolanza de gentes en estrecha convivencia. Vienen a mi mente imágenes similares de mis tránsitos vacacionales en el ferrocarril de hace 50 años camino de Soria....... claro, que el que trasbordaba en Torralba no llevaba literas, aunque algunas veces para recorrer esos 93 km. de distancia hubieran sido necesarias.
Situada en la orilla occidental del Ganges y también conocida como Banarás o Kashi, Benarés es la única ciudad en todo el recorrido del Ganges donde el rio fluye en dirección norte, lo cual le confiere su enorme carácter sagrado.
Filosóficamente, este giro da la posibilidad al ser humano de no seguir hacia el sur, sitio de Yama, dios de la muerte, hacia donde generalmente nos dirigimos.
Sus callejuelas estrechas palpitantes de vida, los viejos templos, el sagrado Ganges, donde miles de hombres y mujeres se aglutinan para el baño espiritual y las cremaciones de sus muertos, garantizan que esta meca para los hindús, sea un interesante y fascinante lugar para el resto de los humanos que nos acercamos hasta ella.
Al ver ese gran rio por primera desde la distancia, no da la impresión de su contaminación, pero lo está y bastante.
La principal casusa de ella no radica en las actividades que se desarrollan en sus orillas, si no que vienen de los residuos que en sus aguas se depositan, fecales y sobre todo industriales sin tratamientos de depuración.
Se comenta que una bacteria de cólera sobrevive solamente 3 horas en las aguas del Ganges a la altura de Varanasi, mientras que en agua normal logra perdurar 24. Centenas de personas diariamente se bañan, lavan ropa, beben de sus aguas y pasan minutos cepillándose los dientes. Pero para sus moradores, la diosa Ganga, hija del rey Himavat y la ninfa Mena, enviada por los dioses para redimir los pecados de los hombres, guarda celosamente sus secretos.
El más sorprendente, citado en casi todos los textos sobre el río, es la supuesta y misteriosa cualidad antiséptica de sus aguas: en Benarés, donde el río arrastra cadáveres en descomposición, los microbios parecen esfumarse,............ el Ganges, el rio sagrado los purifica.
Una de las mejores formas de comenzar nuestra visita, es recorrer su ribera al amanecer en algunas de las barcas que transitan a esas horas a lo largo de la orilla del río, cuando los templos y los palacetes de su margen están teñidos por una tenue luz dorada y donde podremos observar, al mismo tiempo que despierta el día, como sus gentes se acercan desde las laberínticas calles para acercarse hacia los distintos ghats, a lavar sus ropas, realizar yoga o darse un baño ritual, en el que santones, gurús, sadhus, brahmanes y devotos hindús, inician su rutina religiosa de rendir tributo al sagrado Ganges. Escenas que se nos quedaran para siempre en nuestra mente y que solo en esta ciudad se repiten con tanta intensidad.
Con decenas de interesantes lugares para visitar: templos, bazares, etc. ......... y multitud de Ghats en donde poder observar y aprender sobre sus creencias y su forma de vida, Benarés es la síntesis de la india.
Si el resto del país, es una explosión de color y de escenas únicas, Benarés es ya el culmen de todas ellas. Recorrerla es un menú completo para nuestro olfato: incienso, cremaciones, curry, asados, hierbas aromáticas…. La abundancia de aromas y colores se mezclan en un sinfín de matices, constituyendo un verdadero placer para nuestros sentidos, haciéndonos sumergir en el ajetreo de la ciudad, tornándonos en parte del bullicio de sus angostas calles.
Godowlia Chowk es el centro neurálgico de la ciudad, desde esta plaza parten todos los caminos que nos llevan a los ghats y a los lugares más interesantes que en ellos podemos encontrar. Por Dasaswamedh Road llegaremos a las escaleras de Dasaswamedh ghat (sacrificio de 10 caballos), Man Mandir ghat y Prayag ghat.
Chowk es el viejo barrio que se extiende al norte de la plaza, bordeando los ghats. En este barrio, junto con el de Bangali Tola situado al sur de Dasaswamedh y que se extiende hasta Shivala, resulta imposible orientarse sin tener que preguntar a los viandantes por el camino a seguir.
No debemos dudar en dejarnos perder por la maraña de sus callejones llenos de animación y color, tan estrechos y sinuosos que impiden la circulación de cualquier tipo de vehículo que no sean las motocicletas. En él se respira una atmósfera turbadora al caer la tarde, sobre todo si nos encontramos tomando algo en el "Blue Lassi" y frente a nosotros, traspasando el recodo de una callejuela, aparece el cuerpo de un difunto conducido por su familia hacia el lugar de su cremación, en el no muy lejano Manikarnika ghat. El "Blue Lassi", es otro de los lugares recomendados, en el que se puede probar uno de los mejores "lassi" (yogur batido con frutas) de toda la India, lo confeccionan allí mismo, delante de ti, a vista de todos los que pasan por la calle. Esta situado en Kachauri Gali y muy carca del Templo de Oro o Kashi Vishwanath y de la Mezquita Gyanvapi........... y cuenta con servicio wifi gratuito para sus clientes.......... uno más de los contrastes de esta ciudad.
La Gyanvapi Mezquita o Alamgiri Mezquita, fue construida por el emperador mogol Aurangzeb en el siglo XVIII, sobre las ruinas del majestuoso templo hinduista dedicado a Shiva de Kashi Vishwanath, destruido durante la invasión mogol. Situada cerca de Lalita ghat, su acceso está únicamente permitido a los musulmanes. Fue edificada en color blanco al estilo arquitectónico hindú, pero con influencia persa y mogol.
La pared original del antiguo templo hindú se mantuvo deliberadamente como parte de la mezquita, sirviendo de insulto a los sentimientos de los seguidores de su culto original.
Separada de la mezquita por una verja y el "Gyanvapi" o Pozo del Conocimiento, se encuentra el templo Kashi Vishwanath, uno de los doce lugares dedicados a Shiva más sagrados de la India.
La deidad principal se llama Vishwanata, que significa "el que gobierna el universo", y debido a la cúpula dorada que lo corona, también es llamado Golden Temple (Templo Dorado), recubierta por 800 kilos de oro.
Además de la cúpula, son dignos de ver los relieves florales pintados en los muros exteriores del templo.
Es visitado par más de 3.000 personas al día, sólo por el ambiente que tiene merece la pena acercarse hasta él. El pozo es considerado por los hindúes como el lugar sagrado, al que Shiva Lingam (representación fálica de Shiva) saltó para esconderse antes de que el templo fuera arrasado por Aurangaseb.
Este templo que aparece mencionado en la mitología hindú, ha sido destruido y reconstruido numerosas veces.
Se cree que la estructura actual es debida a la maharaní de Indore, Ahilya Bai Holkar, conocida como la Reina Filósofa, que lo construyó en 1780.
La entrada a los foráneos está prohibida en el interior del templo, pero se puede apreciar la cúpula y parte de él, desde la segunda planta de una tienda que hay justo enfrente del mismo.
En los alrededores de estos dos templos, sobre todo custodiando la puerta de los mismos, encontraremos policías bien armados y cubiertos de chalecos antibalas, como sistema de disuasión para evitar un ataque por parte de grupos ultrahinduistas o de integristas islámicos.
Benarés es igualmente el último amparo de los afligidos, de los relegados por todos.
Transitan por sus enmarañadas callejas más de 20.000 viudas, envueltas en sus blancos saris, a la espera de que la muerte las libere de su abandono y a las que podremos ver todos los días a las puertas de este templo.
Con suerte hallaran asilo en esos sombríos lugares llamados "vidhwa ashrams" o casas de viudas, a los que consideran su hogar, subsistiendo gracias a las limosnas de los visitantes que se acercan al célebre templo.
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