28 de febrero de 2018

La Rata - Horoscopo Chino - Predicciones 2018


Tu equivalencia con el Horóscopo Griego: Sagitario

Compatibilidad de la Rata: Buey o Búfalo, Mono y Dragón

Evolución Personal

Lo primordial este año es la evolución interior que harás, para llegar a conocerte profundamente, aceptar sus deficiencias y ponerse a estudiar o reciclar, para ser más completos cultural y laboralmente.

Amor

Tu vida sentimental se estabilizará, porque se pondrá en la piel de su pareja o del otro y será más comprensiva y tolerante. Aprenderás a hacer concesiones y el intercambio de apoyo mutuo, que se establecerá será portador de éxito en la pareja. Si no lo haces acabarás rompiendo tu relación. No es un año para casarte, si no para afianzar y mejorar la relación.

Trabajo

En compañía del Perro, la Rata sabrá desarrollarse como es necesario y avanzar positivamente en los negocios o en el trabajo. Es un buen año para reciclarte y para aprender. Podrías sentir ganas de seguir estudiando o incluso, aunque seas un adulto podrías tener ganas de ir a la Universidad, para empezar una carrera, que tienes pendiente desde su juventud. Sea como sea, el trabajo te irá muy bien y tendrás éxito en todo lo que hagas. Cuidado con las envidias que levantas, porque te podrían hacer la cama, para quitarsela de en medio y quitarle sus proyectos o ideas.

Dinero

Ganarás dinero procedente del trabajo. Estarás encantada, porque tienes muchos gastos por el estilo de vida elevado que lleva. Gastarás mucho dinero en su casa: harás obras y redecorarás tu hogar, mejorarás su estilo de vida. Recomendable ahorrar, para poder hacer frente a todos estos gatos. No es un año para invertir, es un año para ahorrar y estudiar el mercado.

Vida Social y Amigos

Fomentarás tus amistades y harás vida social, más que de costumbre. Necesitarás desahogarte y conocer su opinión. Aceptarás sus consejos. Es consciente de lo importante, que son las relaciones para los negocios y para todo en la vida.



Fuentes: Euroresidentes


12 de febrero de 2018

Señales De Que Eres Un Alma Vieja



Según los taoístas, el alma vieja, luego de las cinco reencarnaciones, está en la etapa final de su viaje por la tierra y necesita entregar sus conocimientos a los que la rodean.

¿Qué es un Alma Vieja?

Su origen, según los taoístas, se remonta a 5 vidas pasadas donde se acumularon muchas vivencias y ahora se intentan transmitir en la vida actual.

Se piensa que, luego de las 5 reencarnaciones, está en su etapa final de vida terrenal.

Para los expertos y estudiosos de la condición espiritual, los seres humanos somos huesos y  músculos, pero también alma, espíritu y energía.

Cuando un alma vieja está ya en la etapa final de su viaje por la tierra surge la necesidad de entregar sus conocimientos a los demás.

Esto lo hacen porque el transitar terrenal ya terminó y ahora están preparados para integrarse al universo y pasar a un plano astral.

Es probable que, sin saberlo, ya te hayas topado con unas cuantas almas viejas sin lograr determinar su presencia.

De igual forma tú mismo podría serlo sin saberlo.

Señales de que eres un Alma Libre

- Un alma vieja vive en desapego

Las almas viejas no están pendientes de los placeres materiales ni sexuales.

Las personas con un alma de este tipo se sienten cómodas con su vida en todo momento, haciendo a un lado la dependencia a situaciones externas para ser felices.

Es fácil reconocerlas porque no buscan fama ni reconocimiento. Para ellos nada tiene valor en el plano cósmico que no sea el ser mismo.

- La satisfacción plena nace de ti

Si eres un alma vieja poco te importará hacer dinero para alcanzar un estatus social o escalar económicamente en algún entorno.

Irás en contra de lo que hace felices a los demás, porque te sientes satisfecho con tus actos.

Las almas viejas buscan su felicidad interior, por lo que no resulta raro que en muchas ocasiones vayan en un camino opuesto a lo que dicta la sociedad.

- Eres un pilar o apoyo para los demás

Si eres un alma vieja es muy común que las personas, sin motivo aparente, se acerquen a ti para contarte sus problemas personales.

Esto pasa porque quienes te rodean ven en ti alguien en quien confiar y con quien hablar porque inspiras fortaleza.

- Eres única y diferente a los demás

Las almas viejas tienen una forma de ver las cosas muy distinta al resto. Por ejemplo, no les gusta dormir demasiado, sino que necesitan mucho tiempo para interactuar con su “yo” interno.


También disfrutan de la soledad, pasan ratos en contacto con la naturaleza y son personas que muestran una madurez mayor a su edad cronológica.

- Tienes habilidades artísticas

Por lo general, las almas viejas son personas que se dedican a las artes, la cultura y las letras. Se inclinan por actividades artísticas que permitan desarrollar toda su energía cósmica.

Con la música alcanzan niveles de consciencia altos, así como la relajación necesaria para descubrir lo más interno de su ser.
Con la literatura transmiten mensajes y la pintura desarrolla en ellos un compromiso humano.

- Tienes dudas cronológicas

Si eres un alma vieja es probable que hayas sentido un extraño gusto por la vestimenta, la música, las costumbres y detalles que existieron en otra época.

Las almas viejas sienten que viven en una época distinta a la suya.

- Eres una persona muy madura

¿Se te hace difícil interactuar y hacer amigos con gente de tu edad? ¿Sientes que con ellos no puedes hablar de nada interesante?

¿Te ven como “raro” porque tu forma de percibir las cosas o analizarlas no encaja con el resto?

Este suele ser un problema característico cuando eres un alma vieja.

- El análisis es una de tus actividades favoritas

Las almas viejas se mantienen constantemente pensando, analizando los motivos, causas y formas de las cosas. Cualquier pequeño detalle es digno de admirar porque consideran que formamos parte de un todo superior.

Si eres un alma vieja es probable que siempre quieras saber más y que pocas veces o nunca te conformes con una respuesta simple.

- La empatía es una de tus principales características

Otra característica de que eres un alma vieja es que te permites escuchar a los demás sin juzgarlos o criticarlos.

Las personas con un alma vieja son capaces de ponerse en el lugar de los demás con facilidad para ayudarla a entender qué le sucede.

Esto será algo completamente innato en ti, no aprendido.

- Descifras a las personas de inmediato

Ser un alma vieja permite descifrar con facilidad la forma de ser de las personas. Rara vez el instinto te falla, así que conoces con rapidez quá tan sincero es alguien y si es de confianza o no.

También puedes tomar decisiones en base a “sensaciones” que te indican que vas por el camino correcto o no, y rara vez fallas.


Fuentes: Mejor Con Salud

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Resiliencia - Ser Fuerte a Pesar de las Tormentas -




Hay personas que se caracterizan por su gran capacidad de resiliencia. 

Precisamente son aquellas que tienen como arma su capacidad de seguir a flote ante las dificultades y como principal sostén la visión de la dificultad como aprendizaje.

Ellas saben que la inmunidad al sufrimiento es imposible y comprenden que las tormentas que hacen a nuestros días oscuros también son oportunidades para sobreponerse. 
Por lo que se arman de valor y continúan, teniendo como mantra proseguir para crecer, a pesar de las adversidades.

“Cuando hay una tormenta, los pajaritos se esconden pero las águilas vuelan más alto

-Mahatma Gandhi-

Ser Resiliente en el Día a Día

La resiliencia es un concepto que ha adquirido gran relevancia en los últimos años. 
Sobre todo desde aquellas perspectivas, como la psicología positiva, que están más interesadas en investigar cuáles son las características que les permiten a las personas superar una adversidad, dejando en un segundo plano la comprensión de aquellos factores que aumentan la probabilidad de un trastorno mental.

Ser Resiliente desde la psicología es ser capaz de afrontar la adversidad y salir fortalecido.


Cuando hablamos de resiliencia solemos pensar en hechos traumáticos, como la pérdida de un ser querido, sobrevivir a un accidente o a situaciones de maltrato… 

Pero en nuestro día a día también se dan situaciones complejas que tenemos que enfrentar. 
No hace falta que suceda una catástrofe, superar cualquier dificultad cotidiana como hacer frente a las críticas, conseguir superarse o comenzar el día con una sonrisa tras una época de tristeza también es ser resiliente.

Todos tenemos nuestras propias batallas con las que lidiar y nuestros propios recursos para hacerles frente de una manera u otra, tan solo hay que descubrirlos.

Características de las Personas Resilientes

Hay personas que son resilientes porque han tenido un ejemplo de resiliencia a seguir, como sus padres o un hermano, pero otras han aprendido a lidiar y sortear las piedras del camino por sí solas: han aprendido a partir del ensayo y error, se ha hecho fuertes a partir de sus propias cicatrices.

Esto nos indica que la resiliencia es una habilidad que todos podemos desarrollar y por lo tanto, practicar. Para ello, es necesario gestionar adecuadamente nuestros pensamientos y emociones. 
Encauzarlos por el canal que nos dé más control sobre ellos es fundamental.

Saben Adaptarse a los Cambios

Las personas resilientes tienen como los juncos la capacidad de ser flexibles cuando el viento azota con fuerza. 
Saben que ir en contra de las circunstancias las hará perder energía y optan por tener una mente abierta ante las diferentes opiniones y circunstancias.

Se desprenden de sus viejas creencias, prejuicios e inseguridades para vestirse con nuevos trajes que les acompañen en los momentos de cambio. 
Pero no se adaptan por resignación sino porque saben que existen otros mundos diferentes que no por ser distintos son erróneos.

“El agua lo vence a todo, porque se adapta a todo”

-Lao Tse-




Se apoyan en Sus Fortalezas

Las personas resilientes se conocen.
Saben qué es aquello que les hace daño y les molesta y comprenden que el soporte fundamental de su bienestar depende de cuidarse a sí mismas.

Las personas resilientes saben identificar sus debilidades pero también sus fortalezas para ponerlas en marcha cuando sea necesario.

Utilizaran sus ganas de luchar, su motivación, su esfuerzo y sus habilidades como los cimientos para seguir adelante.
Pero, sobre todo, se respetan a sí mismas y se tienen en cuenta porque saben que conocerse es el paso fundamental para crecer y establecer relaciones sanas con los demás.

“Cada persona es una isla en sí misma, en un sentido muy real, y solo puede construir puentes hacia otras islas si efectivamente desea ser él mismo y está dispuesto a permitírselo”
-Carl Rogers-

Saben que Aceptar es Necesario para Avanzar

Las personas resilientes saben que la aceptación es la compañera aliada del avance y el cambio.
Porque solo cuando aceptamos lo que nos ocurre podremos comenzar a trabajar para mejorarlo.
De otra manera, si lo negamos lo único que hacemos es darle más fuerza.

Las personas resilientes saben que aceptar es comprender y afrontar, no darse por vencidos.





Consideran que nadie es inmune al sufrimiento

Ser resiliente no quiere decir que una persona no tenga heridas, sino que a pesar de ellas la situación adversa le ha sido instructiva de algún modo.
Ha sido capaz de aceptar el dolor y en lugar de sumergirse en él, ha optado por aprender.

Las personas resilientes saben que escudarse y protegerse del dolor no siempre va a funcionarles, ya que huir las alejaría de la posibilidad de comprender qué les sucede y seguir creciendo.

Como ves, ser resiliente puede aprenderse y entrenarse.
De hecho, tendría que ser una enseñanza fundamental en las escuelas.
Siempre vale la pena aprender estrategias para mejorar y seguir creciendo y la resiliencia es esa capacidad que nos permite ser fuertes a pesar de que el viento azote con fuerza, adaptándonos lo mejor posibles a los baches que conforman las pérdidas, las decepciones, los traumas y los fracasos.

Tu también eres resiliente, no lo olvides ¿o es que no has superado ninguna dificultad o situación en tu vida? 
Piensa y recuerda en aquella vez que fuiste valiente y a pesar del miedo, te lanzaste a la piscina…

"Las buenas personas están hechas de acero inolvidable"

"Las buenas personas son aquellas que te abrazan y recomponen tus partes rotas. Con las que has recorrido la vida. "



Fuentes: Gema Sánchez Cuevas

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11 de febrero de 2018

Las Claves Para Ser Fuerte a Nivel Emocional -



Resumen de la conferencia de Rafael Santandreu en Can Déu el 14/02/2011:

Las emociones negativas las tenemos si antes se produce un pensamiento irracional. A veces decimos frases como esta: “Es que tal persona me pone de los nervios”, esto no es así, esa persona hace algo, tú piensas que es terrible eso que ha hecho esa persona y debido a lo que piensas sobre lo que hecho esa persona, tú solo te generas una emoción negativa y “te pones de los nervios”.

Ya el filósofo Epicteto en el siglo I d. C. decía “no nos afecta lo que nos sucede sino lo que pensamos sobre lo que nos sucede”, a veces los mismos acontecimientos a las personas les afectan de manera distinta. Nosotros tenemos que conseguir tener un diálogo interno realista porque cuando somos vulnerables a nivel emocional todo lo vemos terrible, es la “terribilitis” y vemos como terribles cosas que no lo son. Cada vez que nosotros a nosotros mismos con nuestro diálogo interno, nos decimos que lo que nos está sucediendo es terrible, nos estamos provocando una emoción negativa.

En el diálogo interno está todo el juego de la fortaleza emocional. Esto no es pensamiento positivo, no es psicología de pensamiento positivo. La psicología de pensamiento positivo sería repetirnos a nosotros mismos que todo va bien. Éste no es un pensamiento realista porque no todo siempre va bien, igualmente no todo siempre es un desastre. No sirve de nada repetirnos como un loro que todo va bien, sino que lo que tenemos es que convencernos de que lo que nos sucede no es tan terrible. Tenemos que darnos argumentos a nosotros mismos para convencernos y creernos en lo profundo de nuestro corazón que no hay nada terrible y es entonces cuando las emociones negativas se van.

Tenemos muchos ejemplos de situaciones en las que con frecuencia terribilizamos:

“Como no tengo novio, mi vida es terrible, nadie me quiere, estoy sola”, con esta afirmación estamos exigiendo que para ser feliz necesitamos un novio y como nuestra exigencia no se cumple vemos la situación como terrible. Sin embargo esta exigencia si la convertimos en preferencia y nos la creemos “Me gustaría tener novio, no tener pareja es un poco malo pero sin pareja yo puedo hacer cosas valiosas en mi vida por mi y por los demás”, entonces las emociones nos van a acompañar.

Nosotros tenemos muchas exigencias sobre la realidad. Las exigencias las podemos clasificar en tres grupos:

– “Debo hacer las cosas bien o muy bien”, con esta exigencia nos podemos volver muy débiles a nivel emocional. Nos tenemos que decir “Me gustaría hacer las cosas bien o muy bien pero si no es así tampoco será el fin del mundo”.

– “La gente me debería tratar siempre bien”. Esto no va a pasar siempre y es que además no necesitamos que la gente nos trate bien para ser felices, esta exigencia tenemos que transformarla en preferencia “Me gustaría que la gente me tratara bien pero si no es así yo puedo ser igualmente feliz”.

– “La vida en general me tiene que ser favorable”, esta exigencia se tendría que transformar en preferencia “Me gustaría que la vida en general me fuera favorable, pero si no es así yo puedo hacer cosas valiosas por mi y por los demás”.

Una de las claves para tener fortaleza emocional es practicar “la renuncia”. Saber renunciar mentalmente a las cosas. Darnos cuenta que nada es necesario, sólo necesitamos el agua y la comida del día, de todo lo demás podemos renunciar y podemos practicar a renunciar mentalmente. La práctica de la renuncia mental está en todas las religiones, en todas las escuelas de filosofía y también en la psicología. Debemos ser capaces de renunciar si es que tenemos que hacerlo.

Los budistas nos hablan de la renuncia y del desapego, el desapego es fundamental para ser feliz. Hay una historia que cuenta lo siguiente:

“Un individuo está en su casa y de repente le pican a su puerta y le dicen, señor ha tenido la suerte de que en un sorteo le ha tocado el primer premio y por ello le entrego un millón de euros, un deportivo y una casa de veraneo. Al día siguiente le vuelven a picar a su puerta y le dicen que deben darle una mala noticia. Ayer se cometió una equivocación y todo lo que le dije que le había tocado, era un error, me lo tiene que devolver. El señor se quedó neutro y no le supuso ningún esfuerzo entregar todo el premio que supuestamente el día anterior había ganado”.

Esta es la actitud que tenemos que tener todos ante la vida. No apegarnos a las cosas buenas, porque hoy las tengo y mañana no. Ni un millón de euros, ni una casa, ni un Ferrari nos dan la felicidad. La felicidad hay que llevarla dentro, las cosas materiales no nos van a dar la felicidad, cuando nos demos cuenta de que podemos renunciar a todas estas cosas materiales habremos avanzado.

Pero la renuncia no sólo hay que trabajarla con lo material, también tenemos que trabajar la renuncia a nivel psicológico: Tenemos que ser capaces de renunciar a la pareja, renunciar a estar entretenidos, a quedarnos un fin de semana sin hacer nada. Si conseguimos no decirnos tonterías y tener un diálogo interno realista puede ser un fin de semana que puede estar muy bien. El aburrimiento nunca ha matado a nadie.

Si conseguimos calmarnos a partir de un diálogo interno realista y si conseguimos renunciar tanto a lo material como a lo psicológico, veremos que empezaremos a disfrutar de las pequeñas cosas de la vida, disfrutaremos sólo observando la noche, los colores, saboreando una comida…

Otro punto importante para dejar de ser vulnerables emocionalmente, es dejar de quejarnos. Si estamos preocupados lamentándonos perderemos la tranquilidad.

Podemos trabajar esto, preguntándonos periódicamente cosas como estas:

– ¿Sería capaz de vivir sin pareja para el resto de mi vida?. Sí, pues podría hacer cosas valiosas por mi y por los demás.

– ¿Podría vivir sin un estatus social, siendo estúpido y haciendo el ridículo?. Sí, porque así también podemos hacer cosas valiosas por mi y por los demás. La gente con síndrome de Down ofrece amor, no inteligencia pero sí amor. Ser tonto puede ser una cualidad que puede estar bien, no tiene por qué haber ningún problema.

– ¿Sería capaz de ser feliz sin entretenimiento?. Sí, un ejemplo es el budismo y el budismo zen. La meditación zen se parece a la psicología cognitiva. Estar sentados mirando una pared durante una hora cada día, fijándonos sólo en la respiración puede ser una actividad de gran disfrute. La gente que practica este tipo de meditación, mejora mucho a nivel emocional. Lo que nos enseña este tipo de meditación es que esta actividad de mirar la pared puede ser aburrida, pero no pasa nada y sin hacer mucho, nos podemos dar cuenta de que podemos estar muy bien. Descubrimos el confort de la existencia, sólo necesitamos estar vivos para estar bien, haciendo este tipo de reflexión los budistas dicen que calmamos “el mono loco” que hay en nuestra cabeza.

Cuando nos encontramos mal, nos solemos decir a nosotros mismos “estoy mal, debería hacer esto y aquello para no estar mal… ¿Qué podría hacer para estar mejor? y entonces es cuando la vamos liando nosotros solos. Un budista y un psicólogo cognitivo nos dirían: no tienes que hacer nada cuando te encuentras mal, la clave está sólo en calmarse. No necesitamos tantos placeres para estar bien, son placeres compulsivos que si que nos pueden llenar un poco pero ya está, lo ideal sería poder estar sereno sabiendo que sólo necesitamos estar vivos para estar bien.

– ¿Sería capaz de vivir sin tener habilidades?. Pues sí. Si alguien se valora a si mismo y a la gente en función de las habilidades que es capaz de hacer, es porque está un poco loco. No podemos ser hábiles en todo, con según que círculo de gente nos comparemos siempre nos sentiremos muy poco hábiles. Además en cualquier circunstancia siempre podremos hacer cosas valiosas por nosotros mismos y por los demás y hacer de nuestra vida algo vibrante. Podemos amar a los demás, cuidar nuestro cuerpo y nuestra mente, hacer las cosas con cariño, no hay que correr, escoger bien lo que quiero o no quiero hacer.

Si cambiamos nuestra manera de pensar se nos abre un mundo de posibilidades, hay que hacer las cosas sin presión, si hago lo que me he propuesto bien y, si no lo hago no va a pasar nada porque ya haré otras cosas. Si nos quitamos presión a nosotros mismos y a los demás conseguiremos tener una vida vibrante siempre fijándonos en lo que tenemos y en lo que podemos hacer y no en lo que no tenemos y en lo que no podemos hacer. Entonces es cuando empezamos a disfrutar.

El budismo zen dice: “Cada cosa que hagas, préstale atención, haz que sea un tesoro”. Hay que intentar hacer las cosas con cariño. “Trata los alimentos como si fuesen tus ojos, como si fueses tú mismo porque como tratas a las cosas, es como te tratas a ti mismo”.

Cambiar el chip no es difícil, no hace falta irse a ningún monasterio a meditar. Lo único que necesitamos es perseverancia. Cada día hay que revisar lo que nos ha puesto triste, nerviosos, lo que nos ha enfadado… y hacernos las siguientes preguntas:

– ¿Qué acontecimiento ha sucedido para que me haya puesto así?

– ¿Por qué me he puesto así?, que es lo que me he dicho a mi mismo para ponerme así. En esta pregunta siempre surgen exigencias, estamos exigiendo una serie de cosas (que me traten bien, que las cosas de la vida me sean favorables, hacer las cosas bien…). Hay que transformar esas exigencias en preferencias: “Me gustaría que la lavadora no se hubiera estropeado, pero que se haya estropeado la lavadora no me va a impedir tener un día maravilloso”.

Por lo tanto la clave está en:

– Detectar que es lo que nos pone mal.

– ¿Por qué nos ponemos mal?. ¿Qué diálogo interno estamos teniendo?

– Hay que cambiar ese diálogo interno, transformar las exigencias en preferencias y hacer esto con mucha perseverancia.

El cambio lo podemos hacer solos, con los libros… pero si no somos capaces es bueno hacer terapia con un psicólogo cognitivo que nos guíe. En el fondo es todo un proceso de renuncia mental “si fuera necesario podría renunciar…”.

San Francisco de Asís decía: “Cada día necesito menos cosas y las pocas que necesito las necesito muy poco”

Fuentes :Escuela de la felicidad


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La Accion De Los Pensamientos Negativos


Menosprecio - Resentimiento

No siempre nos damos cuenta de la acción negativa de la crítica interna, apareciendo a veces dibujada bajo el sentimiento de depresión. 

No siempre somos objetivos y nos damos cuenta que cuando criticamos al mundo externo, estamos evitando el ataque de la crítica contra nosotros mismos, con su consecuente desvalorización. 

Cuanto más criticados hayamos sido durante nuestra infancia, más difícil es darnos cuenta que el problema no está tanto en el exterior como en el interior.


En general las personas que parecen muy seguras de sí mismas y que siempre están dispuestas a abrir juicio sobre los demás, suelen ser muy vulnerables en su interior y muy autocríticos. 

Un enjuiciador es la demostración clara de que bajo su superficie hay un crítico interno poderoso y con mucha frecuencia proyecta esta actitud en personas a las que acusan de juzgarlos. 

Suele ser el caso de personas cuyos padres eran muy críticos con ellos y viven toda la vida como niños rebeldes, proyectando sus críticos internos en las autoridades del mundo exterior que les recuerdan a sus progenitores.

Es importante darnos cuenta que los juicios son pensamientos que viven dentro de nuestra mente, son pensamientos negativos, poseen energía y sentimientos negativos: depresión, desvalorización, mortificación, inseguridad, amargura, miedo, etc. 
Estos sentimientos negativos tienen su correlato en acciones negativas que pueden llegar a la retracción, aislamiento y empobrecimiento humano y social de la persona que los padece.

La solución de este conflicto no pasa por someterse a la crítica de los pensamientos negativos, ni oponerse a ella a través de un acto de rebeldía, sino entender que esto es una dificultad que debe ser tratada como un desequilibrio energético emocional que compromete al ser humano en su totalidad.

No hay sustancias químicas que curen el menosprecio; las medicinas con las que se pueden revertir estos desequilibrios emocionales son la Medicina Homeopática y la Medicina Floral de Bach, que tienen remedios específicos para cada uno de los estados que producen los pensamientos negativos.

Fuente: Dra. Elba Garber

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Resiliencia - Significado -


A veces la vida nos pone a prueba, nos plantea situaciones que superan nuestras capacidades: una enfermedad, una ruptura de pareja particularmente dolorosa, la muerte de un ser querido, el fracaso de un sueño largamente anhelado, problemas económicos… Existen diferentes circunstancias que nos pueden llevar al límite y hacer que nos cuestionemos si tenemos la fuerza y la voluntad necesarias para continuar adelante. En este punto tenemos dos opciones: dejarnos vencer y sentir que hemos fracasado o sobreponernos y salir fortalecidos, apostar por la resiliencia.

Resiliencia: Definición y Significado

La resiliencia ,  según la definición de la Real Academia Española de la Lengua es la capacidad humana de asumir con flexibilidad situaciones límite y sobreponerse a ellas, pero en psicología añadimos algo más al concepto de resiliencia: no sólo gracias a ella somos capaces de afrontar las crisis o situaciones potencialmente traumáticas , sino que también podemos salir fortalecidos de ellas.

La resiliencia implica reestructurar nuestros recursos psicológicos en función de las nuevas circunstancias y de nuestras necesidades. De esta manera, las personas resilientes no solo son capaces de sobreponerse a las adversidades que les ha tocado vivir, sino que van un paso más allá y utilizan esas situaciones para crecer y desarrollar al máximo su potencial.

Para las personas resilientes no existe una vida dura, sino momentos difíciles. Y no se trata de una simple disquisición terminológica, sino de una manera diferente y más optimista de ver el mundo ya que son conscientes de que después de la tormenta llega la calma. De hecho, estas personas a menudo sorprenden por su buen humor y nos hacen preguntarnos cómo es posible que, después de todo lo que han pasado, puedan afrontar la vida con una sonrisa en los labios.

La práctica de la resiliencia: ¿Cómo podemos ser más resilientes?

La resiliencia no es una cualidad innata, no está impresa en nuestros genes, aunque sí puede haber una tendencia genética que puede predisponer a tener un “buen carácter”. La resiliencia es algo que todos  podemos desarrollar a lo largo de la vida. Hay personas que son resilientes porque han tenido en sus padres o en alguien cercano un modelo de resiliencia a seguir, mientras que otras han encontrado el camino por sí solas. Esto nos indica que todos podemos ser resilientes, siempre y cuando cambiemos algunos de nuestros hábitos y creencias.

De hecho, las personas resilientes no nacen, se hacen, lo cual significa que han tenido que luchar contra situaciones adversas o que han probado varias veces el sabor del fracaso y no se han dado por vencidas. Al encontrarse al borde del abismo, han dado lo mejor de sí y han desarrollado las habilidades necesarias para enfrentar los diferentes retos de la vida.

¿Qué Caracteriza a una Persona Resiliente?



Son conscientes de sus potencialidades y limitaciones. El autoconocimiento es un arma muy poderosa para enfrentar las adversidades y los retos, y las personas resilientes saben usarla a su favor. Estas personas saben cuáles son sus principales fortalezas y habilidades, así como sus limitaciones y defectos. De esta manera pueden trazarse metas más objetivas que no solo tienen en cuenta sus necesidades y sueños, sino también los recursos de los que disponen para conseguirlas.
Son creativas. La persona con una alta capacidad de resiliencia no se limita a intentar pegar el jarrón roto, es consciente de que ya nunca a volverá a ser el mismo. El resiliente hará un mosaico con los trozos rotos, y transformará su experiencia dolorosa en algo bello o útil. De lo vil, saca lo precioso.
Confían en sus capacidades. Al ser conscientes de sus potencialidades y limitaciones, las personas resilientes confían en lo que son capaces de hacer. Si algo les caracteriza es que no pierden de vista sus objetivos y se sienten seguras de lo que pueden lograr. No obstante, también reconocen la importancia del trabajo en equipo y no se encierran en sí mismas, sino que saben cuándo es necesario pedir ayuda.
Asumen las dificultades como una oportunidad para aprender. A lo largo de la vida enfrentamos muchas situaciones dolorosas que nos desmotivan, pero las personas resilientes son capaces de ver más allá de esos momentos y no desfallecen. Estas personas asumen las crisis como una oportunidad para generar un cambio, para aprender y crecer. Saben que esos momentos no serán eternos y que su futuro dependerá de la manera en que reaccionen. Cuando se enfrentan a una adversidad se preguntan: ¿qué puedo aprender yo de esto?
Practican el mindfulness o conciencia plena. Aún sin ser conscientes de esta práctica milenaria, las personas resilientes tienen el hábito de estar plenamente presentes, de vivir en el aquí y ahora y de tienen una gran capacidad de aceptación. Para estas personas el pasado forma parte del ayer y no es una fuente de culpabilidad y zozobra mientras que el futuro no les aturde con su cuota de incertidumbre y preocupaciones. Son capaces de aceptar las experiencias tal y como se presentan e intentan sacarles el mayor provecho. Disfrutan de los pequeños detalles y no han perdido su capacidad para asombrarse ante la vida.
Ven la vida con objetividad, pero siempre a través de un prisma optimista. Las personas resilientes son muy objetivas, saben cuáles son sus potencialidades, los recursos que tienen a su alcance y sus metas, pero eso no implica que no sean optimistas. Al ser conscientes de que nada es completamente positivo ni negativo, se esfuerzan por centrarse en los aspectos positivos y disfrutan de los retos. Estas personas desarrollan un optimismo realista, también llamado optimalismo, y están convencidas de que por muy oscura que se presente su jornada, el día siguiente puede ser mejor.
Se rodean de personas que tienen una actitud positiva. Las personas que practican la resiliencia saben cultivar sus amistades, por lo que generalmente se rodean de personas que mantienen una actitud positiva ante la vida y evitan a aquellos que se comportan como vampiros emocionales. De esta forma, logran crear una sólida red de apoyo que les puede sostener en los momentos más difíciles.
No intentan controlar las situaciones. Una de las principales fuentes de tensiones y estrés es el deseo de querer controlar todos los aspectos de nuestra vida. Por eso, cuando algo se nos escapa de entre las manos, nos sentimos culpables e inseguros. Sin embargo, las personas resilientes saben que es imposible controlar todas las situaciones, han aprendido a lidiar con la incertidumbre y se sienten cómodos aunque no tengan el control.
Son flexibles ante los cambios. A pesar de que las personas resilientes tienen una autoimagen muy clara y saben perfectamente qué quieren lograr, también tienen la suficiente flexibilidad como para adaptar sus planes y cambiar sus metas cuando es necesario. Estas personas no se cierran al cambio y siempre están dispuestas a valorar diferentes alternativas, sin aferrarse obsesivamente a sus planes iniciales o a una única solución.
Son tenaces en sus propósitos. El hecho de que las personas resilientes sean flexibles no implica que renuncien a sus metas, al contrario, si algo las distingue es su perseverancia y su capacidad de lucha. La diferencia estriba en que no luchan contra molinos de viento, sino que aprovechan el sentido de la corriente y fluyen con ella. Estas personas tienen una motivación intrínseca que les ayuda a mantenerse firmes y luchar por lo que se proponen.
Afrontan la adversidad con humor. Una de las características esenciales de las personas resilientes es su sentido del humor, son capaces de reírse de la adversidad y sacar una broma de sus desdichas. La risa es su mejor aliada porque les ayuda a mantenerse optimistas y, sobre todo, les permite enfocarse en los aspectos positivos de las situaciones.
Buscan la ayuda de los demás y el apoyo social. Cuando las personas resilientes pasan por un suceso potencialmente traumático su primer objetivo es superarlo, para ello, son conscientes de la importancia del apoyo social y no dudan en buscar ayuda profesional cuando lo necesitan.

En Proxina entrada Veremos



Fuentes: Rosario Linares



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Desarrollar Tu Resiliencia -



La vida diaria está salpicada de dificultades, obstáculos pequeños y grandes que aprender a sobrellevar o a superar, gracias a la resiliencia. Ninguno de nosotros llegamos a este mundo con un manual de la perfecta existencia, ese que nos da pautas para cada problema, para cada crisis y cada dificultad.

Llegamos a este mundo como caídos de una extraña chimenea llamada destino, suerte o providencia,  ahí donde se nos ofrece una familia más o menos buena, una sociedad más o menos democrática en la que crecer con unas determinadas normas y valores, y un círculo social que vamos creando nosotros mismos a medida que crecemos.

Tenemos voluntad de elegir y una aparente sensación de libertad. Sin embargo, no siempre logramos ser felices. No siempre logramos vencer esa adversidad cotidiana que nos trae la vida de vez en cuando.

Como personas en crecimiento que somos, siempre vale la pena aprender de todas aquellas tendencias que nos llegan, y que pueden ofrecernos mecanismos de mejora. Y la resiliencia es una de ellas, se trata ni más ni menos que de la capacidad para afrontar los problemas y adaptarnos lo mejor posible a esos baches, a esas curvas en forma de pérdidas, fracasos, desengaños, traumas e incluso situaciones de estrés.

Hemos de tenerlo claro, ser resiliente no significa en absoluto, no sentir malestar, dolor emocional o dificultad ante las adversidades. La resiliencia es la  capacidad de asumir el dolor, aceptarlo y aprender de él, sabiendo gestionar tanto nuestras emociones como nuestras respuestas, para sobrellevarlo del mejor modo posible.

No es fácil, lo sabemos, aprender a ser resiliente es un largo proceso que requiere tiempo y mucho auto-conocimiento. Pero una vez dominado y comprendido, nos sentiremos más capaces y más protegidos. Veamos pues los puntos fuertes de la teoría de la resiliencia:

Capacidad de Introspección

Comprendernos a nosotros mismos, saber escucharnos, hablar con nuestra propia voz interior conectando con esa madeja nerviosa de sentimientos y emociones… es algo básico. Pero es obligatorio detenerte y, simplemente, atender a ese rumor interior que te perfila como persona vulnerable y también fuerte. Capaz.

Motivación Esencial

La adversidad te puede abrazar con su manto frío y terrible. Deseará quitarte el aire y sumirte en un rincón solitario. Pero no debes dejarte vencer. Existen muchas otras cosas más allá del dolor, la pérdida o la frustración.

Tu proyecto, tu necesidad por seguir adelante, por ilusionarte de nuevo por la vida y por los tuyos. Todos debemos tener un plan existencial, un objetivo en el horizonte por el cual seguir sonriendo cada mañana.

Autorregulación Emocional

Está bien que sientas la rabia, la pena, el desconsuelo, la tristeza… es esencial llorar y desahogarnos. Pero una vez hayamos pasado esta etapa, toca levantarnos y regular estas emociones, racionalizándolas primero hacia la aceptación y luego a la superación.

Sufrir es necesario, pero luego vendrá la aceptación y más tarde las estrategias para asumir un nuevo aprendizaje desplegando unos medios para saltar ese obstáculo.

No es fácil, lo sabemos, aprender a ser resiliente es un largo proceso que requiere tiempo y mucho auto-conocimiento. Pero una vez dominado y comprendido, nos sentiremos más capaces y más protegidos. 

Actitud Positiva y Auto-Confianza

No es solo una etiqueta. No es esa frase que tanto vende y que tantas veces te encuentras en los muros de tus redes sociales: Mantener una actitud positiva ante la vida, es una necesidad. Sabemos que en ocasiones no es fácil, que las tinieblas nos asolan sin que nadie lo espere, sin que nadie se haya preparado ante ello y que puede resultar imposible asomar una sonrisa en tales circunstancias.

Pero ten por seguro que no hay amanecer que no haya podido vencer al anochecer, y lo que hoy te parece tan negro, poco a poco irá perdiendo esa intensidad si te enfrentas a ello con fuerza y optimismo. Y sobre todo, con confianza en ti mismo.

Todos disponemos de recursos para poder afrontar la adversidad. Busca en ti, esfuérzate, quiérete y convéncete de que mereces ser feliz y de que vas a conseguirlo. En ello se esconde la clave de la resiliencia.

Fuentes:La Mente es maravillosa


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10 de febrero de 2018

La Ira y el Dolor


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El camino de autodescubrimiento, requiere de la aceptación de las distintas emociones humanas.
Ellas no son tan claras como aparecen, es posible que cuando nos enojamos o somos presos de un ataque de ira, lo que estemos ocultando es una profunda necesidad de ser vistos, escuchados, reconocidos o amados.
La ira actúa, en este caso, como defensa al contacto íntimo.
Es interesante revisar en qué situaciones tenemos respuestas iracundas y si ellas son repetitivas. La ira siempre es corporal, puede ser verbal o no explicita. La ira irrumpe como una energía que despierta y asciende y hasta podemos ver su color rojo en quien la manifiesta.
Existen en la comunicación corporal gestos de fastidio, de ignorancia de la presencia del otro que tienen la misma cualidad. Hay familias que se comunican a través de esta emoción. Se enojan, estallan y luego viene la calma hasta la próxima pelea, desperdiciando un gran caudal de energía.
Para otras familias en cambio es una emoción inaceptada, la reprimen y respiran un clima de constante tensión. Esta ira acumulada a lo largo de la vida puede convertirse en enfermedades físicas.
Estos patrones de conducta son aprendidos y se transmiten desde la infancia.
La ira se crea en el pensamiento y como el pensamiento es energía, atrae por sincronía aquellas personas o situaciones de igual resonancia. La ira se alimenta de ira.
La agresión natural, en cambio es una respuesta instintiva que nos permite defendernos de peligros concretos, protegiendo nuestro espacio externo e interno. Nos capacita para la acción y nos fortalece. Tiene una meta y declina una vez alcanzada. En cambio cuando el objeto de ataque está en nuestros pensamientos podemos en silencio seguir rumiando y planeando estrategias que consumen la energía vital.
Cuando una madre se enoja con su hijo porque ha llegado tarde a casa sin avisar, este enojo sustituye el temor y el amor.
Cuando una pareja se separa la pelea sustituye la tristeza y el dolor.
Llevar a la conciencia estas otras emociones, reconocerlas y vivenciarlas es el primer paso para la transformación personal.
Todo lo que se resiste persiste. La irritabilidad y el mal humor pueden encubrir la tristeza.
Expresar tristeza nos hace sentir más vulnerables.

Los niños expresan aquella emoción que sus padres no se atreven a mostrar. Si un padre vuelve a casa con cólera, porque ha sido maltratado por su jefe, su hijo toma aquello que percibe y cual esponja lo expresa. Podemos alivianar la carga de los niños, que por amor cargan como propio, aquello que es de los adultos. Al mirar como espejo el campo emocional de los niños y sus reacciones, podemos corregir comportamientos que nos preocupan o resultan incomprensibles en ellos.
Las emociones fuertes producen cambios en la bioquímica del organismo, debilitándolo. El motivo de nuestras reacciones tiene sus raíces en heridas infantiles, incluso algunas de experiencias de otras vidas.
Puede una parte de nuestra conciencia haber quedado atrapada en experiencias difíciles de otras encarnaciones y responder desde esos patrones de conducta inconcientes. Cortar lazos con la necesidad de atraer y crear más dolor en la vida es posible.
Observar la ira cuando empieza a asomar en el cuerpo, siempre nos da una señal, podemos preguntarnos qué es lo que estamos evitando y no ser controlados por ella. Habitar el cuerpo, sentirnos presentes en él, eleva nuestra frecuencia vibratoria con lo cual cualquier emoción negativa que vibre en un nivel más bajo no tiene entrada. Desde ahí podemos accionar en vez de reaccionar.

Fuentes Consultadas: Lic. Ana I. Dokser

jazmines
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Tipos De Suerte


La Suerte es uno de los conceptos más populares y difusos ya que tiene un significado muy amplio. Básicamente, cuando nos referimos a la suerte, estamos hablando a la casualidad o del azar, pero específicamente, el término “suerte” hace referencia a todos aquellos sucesos que se consideran fortuitos; la suerte es todo aquellos que sucede o puede suceder ya sea para bien o para mal.

Es importante tener en cuenta que existe una visión racional acerca de lo que significa la suerte, y la misma se incluye las leyes de la probabilidad, que a su vez, está probada en base a relaciones causales confirmadas. 

También existe una alternativa a la visión racional con la que se analiza la suerte y se relaciona con el control; la suerte sucede más allá del control que pueda tener alguien sobre ella y teniendo en cuenta esto, podemos decir que a esto se le suman acontecimientos que resultan accidentales.

De este último punto de vista se desprenden tres diferentes tipos de suerte: 

La Suerte Consecuente que comprende todos aquellos factores que se encuentran fuera del control de las personas ya que resultan ser el resultado caprichoso de los actos cometidos. 
Un ejemplo muy común para poder entender este tipo de suerte es arrojar una piedra en un acantilado: debido a que golpear a alguien que justo estaba caminando por debajo, es algo que está fuera de nuestro control, entonces es simplemente una cuestión de suerte. 
Por otro lado tenemos la Suerte Constitucional, que comprende todos aquellos factores que se encuentran fuera del control de una persona ya porque éstos no pueden cambiarse: la constitución genética o el lugar de nacimiento de alguien es un claro ejemplo de este tipo de suerte.

Por último, la Suerte Circunstancial es aquella cuyos factores no pueden controlarse debido a que son producidos de manera aleatoria: los accidentes o las epidemias son los ejemplos más comunes. Generalmente cuando una persona está pasando por una etapa en donde la buena suerte o la mala suerte lo acompaña, se le dice que esta atravesando una “racha”, pero cuando a una persona le sucede algo bueno inesperadamente, entonces a esto se le llama “golpe de suerte”, pero este término lógicamente se aplica únicamente en aquellos casos en donde lo sucedido modifica en algún sentido, la vida de la persona. 
Si los golpes de suerte existen o no, dependerá de lo que crea cada uno, pero lo cierto es que todos atravesamos alguna situación en la cual la buena suerte nos sonría aunque sea por un momento. 
Para que entienda lo que queremos expresar, podemos decir que un golpe de suerte seria sacarse el primer premio de la lotería, o, llevándolo a un extremo más serio, salvarse de algún grave accidente. De todas formas es importante tener en cuenta que los golpes de buena suerte obedecen al azar, representan un cambio imprevisto en cuanto al sistema de relaciones y los mismos no pueden ser anticipados, con la excepción de que se consulte algún oráculo. 
De hecho mucha gente busca en los métodos de adivinación, la esperanza de que en algún momento de su vida, la buena suerte los acompañe, aunque se trae de un simple golpe de suerte.




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Almas Gemelas - Errores De La Teoria?



Siempre nos han enseñado que las almas gemelas eran las dos mitades de un alma que se buscaban para volver a unirse. 
Lamentablemente, eso es crear en el ser humano una dependencia afectiva. 
Todo lo contrario de lo que enseñan en las clases de autoayuda. 

También nos explicaban que las almas gemelas eran dos almas tan iguales que, cuando encarnaban en el plano físico, siempre eran de distinto sexo para poder ejercer una atracción recíproca. 

De esa manera nos enseñaban a necesitar, a ser dependientes de un amor personal. 
No entendían que, al no necesitar, podíamos utilizar toda nuestra energía de amor para dar al otro. 

Al mostrarnos la teoría de esa manera nos indicaban todo lo contrario del genuino camino espiritual, que explica que el verdadero amor no necesita, porque es Amor de Servicio. 
Ese es el Amor impersonal. 
Porque el amor personal que damos y recibimos a diario se alimenta de emociones negativas difíciles de controlar, de dudas, de celos, de diversos roles de control entre uno y otro protagonista de ese sentimiento. Por el contrario, el Amor Impersonal no intenta manipular ni busca dominar a la persona a la que va dirigido ese afecto, sino que trata de serle útil... pues no importa uno, sino el otro. 

Pero para brindar ese amor tan excelso, tan elevado, no es necesario buscar la excusa de que somos la mitad de un todo y la otra mitad es aquel ser a quien tenemos que amar. 

Gracias a Dios, la respuesta es más sencilla y menos egoísta. Porque, en realidad, las almas gemelas no son dos partes de un mismo espíritu. 

Tampoco son necesariamente espíritus de distinto sexo, pues los espíritus no tienen sexo. 

La teoría espiritual explica que las almas vibran en forma sutil o en forma densa, de acuerdo a su altruismo o egoísmo. 
Cada vibración es distinta a la otra, pero hay espíritus que tienen vibraciones afines. 

Destaco que hay almas que vibran en la misma sintonía. Son espíritus cuya vibración está en resonancia. 

Si dichos espíritus fueran sonido, se podría decir que son ondas acústicas de la misma frecuencia y amplitud. Esas son las almas gemelas. 

La definición correcta es que las almas gemelas son espíritus que vibran en un acorde determinado, producido en repercusión con otro espíritu. 

Es muy importante aclarar otro equívoco. Hay otra creencia errónea que sostiene que las almas gemelas son siempre dos. Esto no tiene que ser necesariamente así, ya que puede haber muchos espíritus que vibren en una misma frecuencia. 

Creer que solamente dos son las almas que pueden estar en resonancia entre sí, es limitar la afinidad de los espíritus. 

De todos modos, es importante destacar que en los Espíritus de Luz la afinidad es matizada por un amor impersonal y no por un sentido de posesión. 

Pero las almas gemelas no necesariamente están en un plano de Luz. 
Hay espíritus regidos por la crueldad que se encuentran en los planos más densos... y también son afines entre ellos. 
No se conocen entre sí, pero se comportan de la misma manera. Poseen la misma mezquindad, tienen similar egoísmo y, en algunos casos, hasta su carácter es parecido. 
Pero, a diferencia de los espíritus de Luz, estas almas aún siendo compatibles, pueden llevarse mal entre ellas. 

Eso demuestra que no siempre las almas gemelas se aman entre sí... ¡aquellos espíritus invadidos por el ego sólo se aman a sí mismos! Eso lo vivimos comprobando diariamente. 

Con respecto a las afinidades, las almas gemelas solo tienen afinidad verdadera en los planos de Luz, porque en los planos inferiores, su resonancia no es garantía de compatibilidad. 

Lo satisfactorio es que todos tenemos más de un alma gemela a la nuestra. 
Si vibramos en Amor, podremos percibir esas almas y, a la vez, seremos percibidos. 

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Los Lazos Karmicos -




Melbis dice que a lo largo de nuestra vida soñamos con encontrar la pareja perfecta, nuestra alma gemela, aquella que, como oasis en medio del desierto, nos da de beber esperanza, fuerza y amor incondicional. Aun los que disfrutan teniendo múltiples relaciones añoran la tan mencionada "media naranja". 
Están seguros que si encontraran a esa persona especial serian capaces de comprometerse hasta el fin de los tiempos. 

Esa manera de pensar está condicionada por las enseñanzas erróneas que se han dado a lo largo de la historia, desde la época en que Platón escribió "El Banquete". 
Como se dijo en la segunda parte de esta nota, allí Aristófanes habla de tres sexos: masculino, femenino y andrógino. 
Este último sexo estaba compuesto por seres dobles, antecesores de los hombres actuales que, como eran fuertes e inteligentes, lograban que los dioses se sintieran amenazados. 
Entonces Zeus montó en cólera y decidió dividirlos. 
A partir de ese momento, las mitades separadas andan en búsqueda de su mitad complementaria. 

Por eso Melbis afirma que las almas gemelas son un único espíritu, basada en el concepto equivocado que en el principio de los tiempos los espíritus eran andróginos, tenían al mismo tiempo la esencia femenina y la masculina, pero su evolución era muy lenta, ya que al sentirse completos no sentían la sed de búsqueda, y sin búsqueda no hay encuentro. Sabemos que esto no es así. 

Sí estoy de acuerdo que cada quien tiene su misión y la mayoría de las veces la cumple en su vida cotidiana con las personas que tiene cerca. 

Comparto con Melbis lo que dice respecto a los vínculos kármicos: "No importa quien tenga razón, lo importante es que los sentimientos negativos sean transmutados y purificados. Debemos aceptar, con humildad, que una relación que ha comportado sufrimiento, también ha significado un aprendizaje y nos ha ayudado a evolucionar y que toda persona que irrumpe en nuestra vida acaba siendo un instrumento para crecer". 

Pero Melbis afirma erróneamente: "Hay una mejor manera de aprender nuestras lecciones y evolucionar: concientizarnos del problema que trae aparejada la deuda kármica. 
Si tú sabes que tipo de deuda te une a esa persona será más fácil hacer los cambios necesarios para cambiar la energía negativa a una vibración positiva, más ligera y por lo tanto más elevada". 
El error del concepto es creer que las deudas kármicas son con la otra persona cuando, en realidad, las lecciones kármicas son con nosotros mismos. 
O sea, si en una vida anterior cometí una acción negativa y perjudiqué a otra persona, en esta vida voy a arrastrar un karma... ¡pero será una lección de vida a aprender de mi parte, pues los karmas son individuales! 
Aprenderé esa lección kármica con una actitud positiva, y no necesariamente con esa persona, en el caso que haya encarnado nuevamente y esté cerca mío. 
Así como las religiones tradicionales nos han creado complejos de culpa, separando cuerpo y espíritu, e inculcándonos que el primero era fuente de impureza y era un lastre para el segundo, de la misma manera nos han hecho creer que los hijos pagaban la culpa de los padres. 
Eso es otra forma de fomentar los lazos kármicos que, en realidad, no existen. 
Ningún espíritu encarnado se hace cargo de la lección kármica de otro, aunque en la vida sea un familiar directo. 
Cada uno es responsable de sus propios actos. Los lazos kármicos son una invención para hacer crecer el Ego y sumir en una dependencia nefasta a la persona. 
Profundizando más en el tema, el espíritu tampoco se hace cargo de la culpa de haber hecho mal a otro espíritu encarnado en una vida anterior... ¡porque ya generó su lección kármica que revertirá o no! ¡No le debe nada al otro... se debe a sí mismo! Por lo tanto no hay deudas kármicas... ni lazos kármicos. No hay lazos que cortar, porque no hay lazos que atan. Lo único que ata, que crea dependencia a través de las distintas vidas y en la vida actual es el Ego. Recuerden que cuando el espíritu encarna, lo que hace es interpretar un personaje... que desaparece al desencarnar. ¿Nos atamos a un personaje? 

"La Mediumnidad", Refuerza lo dicho 

"Cada ser humano cumple en el plano físico un determinado rol (hombre, mujer, padre, madre, hijo, dentista, pintor, agrónomo, maestra, etc.) y la muerte no es más que la caída del telón que pone fin al personaje pero no al actor que le dió vida. 
El error del Espiritismo ha sido poner énfasis en la supervivencia del rol, ¡que es precisamente el que desaparece definitivamente! Nadie puede comunicarse con un ser querido (un padre, por ejemplo), de la misma forma que nadie puede comunicarse con el personaje de un film (¿quién sería tan iluso como para querer entrevistarse con James Bond, el personaje de ficción creado por Ian Fleming e interpretado por primera vez en el cine por Sean Connery?). La única muerte que existe, por lo tanto, es la del rol. Muere el personaje, pero no el actor-espíritu que le dió vida. 

Quiero aclarar muchas dudas que siembran algunas escuelas espirituales al decir que muchas parejas se relacionaron karmáticamente en vidas anteriores y, en la encarnación actual, pueden tener algunos conflictos. 
La solución que dan esos centros esotéricos es tratar de cortar los supuestos lazos kármicos que atan a las parejas hasta que ambos (o uno de ellos) paguen dicha deuda kármica. ¿Donde está la falla en dicha teoría? En que esas escuelas se olvidan (o desconocen) que solo encarnan los "personajes" y, al desencarnar los mismos, sus roles dejan de ser para dar paso al "actor" que los interpretó. 
Y si los que se involucraron fueron meros personajes, el espíritu (actor) no se genera ninguna deuda kármica y no hay lazos reales que cortar, pues el amor personal en esa vida termina al completarse el ciclo de esa encarnación". 

En otra parte, Melbis agrega: "La fusión con el alma gemela solo se podrá dar si estamos equilibrados y en sintonía uno con el otro. 
A esta fusión se le llama "el vinculo cósmico". 
Al estar en el mismo nivel de evolución comparten objetivos y al estar juntos, el gran amor que despiden se abre a toda la humanidad. 
Cuando amamos deseamos integrarnos en el otro, pero también expandirnos a través de él y el hecho de encontrar las mismas vibraciones en el otro nos facilita la expansión". 
La idea es incompleta, pues la verdadera fusión o vínculo cósmico solo la logra el espíritu al Elevarse y fundirse con el Absoluto. 
Otra idea equivocada es pensar que "cuando no hay armonía entre las almas gemelas (ya que evolucionan separadas y a veces lo hacen a diferente ritmo) deben seguir caminos separados, distintos. Cuando una de las almas cobra conciencia, debe esperar a la otra para ayudarla en su evolución". 
Esto no es así, pues la ayuda está implícita en el Servicio que todo espíritu en Evolución brinda a su prójimo, pues la otra idea sería pensar que solo se ayuda a ese alma afín y eso suena a discriminación. El concepto erróneo también afirma que "el alma gemela no reconoce a su compañera porque esta involucrada en otras relaciones que le son necesarias para su evolución". Debemos saber que "un espíritu abierto" puede estar involucrado en cualquier ejercicio de Crecimiento e igualmente estar pendiente de los otros espíritus menos avanzados. Si no les tiende la mano no es por estar ocupados, sino por el descuido inconsciente que le produce su propio ego. 

Comparto el punto siguiente donde Melbis dice: "Creo que es muy importante que dejemos bien claro el papel del sexo en las relaciones íntimas. 
El sexo es un intercambio de energía muy poderoso entre dos cuerpos. Muchos yoguis han aprendido a sublimar su propia energía para una elevación espiritual. El kama-sutra trata precisamente el manejo de esa energía entre dos personas y no tan solo de las distintas posiciones para la unión como se ha venido manejando en Occidente. En una relación sexual la energía de uno impregna al otro". Agrego que también el varón puede absorber a la mujer energéticamente si su búsqueda es solo física y no espiritual, pues tiene que ser una fusión de cuerpo y espíritu para que la energía tántrica circule en forma fluída. 

Por último, Melbis habla del perdón mutuo y mi punto de vista es que para perdonar debimos culpar primero desde el Ego. Si no prejuzgo, no tengo nada que perdonar. 

Ampliando el tema, el perdón es un acto de soberbia, proveniente del Ego, por el cual el individuo que considera haber sido ofendido, en un gesto ostentosamente magnánimo, absuelve al supuesto ofensor. El perdón implica ofensa, es decir que para que alguien pueda perdonar, primero tiene que haber sido ofendido, pero como nadie tiene el poder para ofender a nadie a menos que uno le haya dado ese poder, resulta que, paradójicamente, el perdón nunca debería recaer sobre la persona que supuestamente nos ofende sino, en todo caso, sobre uno mismo, por haberle dado tan neciamente cabida a la ofensa. Cada uno crea sus propios estados de ánimo, o, expresado de otra manera, "los hombres no se perturban por causa de las cosas, sino por la interpretación que de ellas hacen" (Epícteto). El ofensor, por lo tanto, siempre es uno mismo: te ofenden porque te ofendes. De ahí que cuando alguien perdona una ofensa, lo único que está haciendo, en realidad, es desligarse de la responsabilidad que le cabe por ser su propio ofensor para trasladarla a otro. 

Volviendo a los lazos kármicos, Ruben Cedeño dice: "En el caso que quieras separarte de tu pareja en el plano físico, hazlo sin odio y con amor hacia esa alma con la que has convivido, para que no crees lazos kármicos que después te obliguen a volver a unirte a esa persona para disolverlos". 
Mi respuesta ya está implícita en renglones anteriores: El karma no te obliga a retribuir nada a ese alma... ¡ni siquiera te obliga a retribuirte a tí mismo! Si eliges no revertir tu lección kármica, será tu problema... serás tú el que no evoluciones. 
El Absoluto nos dió los dos tesoros más preciados que tenemos: Su Amor y el libre albedrío... y ni siquiera podemos cortar ese libre albedrío en beneficio de la persona, pues nos generaríamos un karma nosotros. Por eso, tanto el Bien como el Amor se proponen... nunca se imponen. 

Hay autores que proponen terapias para cortar los lazos kármicos que atan emotivamente... ignoran (o le hacen ignorar a sus lectores) que el único lazo que ata es el Ego. 


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Multiplicidad De Los Espiritus Afines - Almas Gemelas


Los conceptos que transmiten los Maestros es desmitificar todos los mitos creados por el hombre en su ignorancia. 
Con respecto a las almas gemelas hay una tremenda tergiversación de la verdad real. 

Popularmente se cree que cada ser humano es una mitad en busca de la otra mitad, masculina y femenina, y que después de muchas vicisitudes, ambas partes se encontrarán y vivirán por siempre felices. 
Lamentablemente, eso no es más que un cuento de hadas. 

Se debe tener en cuenta que en los planos espirituales, nuestro verdadero hogar, no existe el sexo. 
El sexo, entendiendo por esto la relación íntima entre un hombre y una mujer, solamente pertenece al plano físico y en el plano físico queda. 

Platón, ese filósofo tan importante y que tantas enseñanzas dejara, cometió un solo error... que marcó a las generaciones futuras con un concepto equivocado. 
En su obra "El Banquete", Aristófanes habla de tres sexos: masculino, femenino y andrógino. 
Este último sexo estaba compuesto por seres dobles, antecesores de los hombres actuales que, como eran fuertes e inteligentes, lograban que los dioses se sintieran amenazados. 
Entonces Zeus montó en cólera y decidió dividirlos. 
A partir de ese momento, las mitades separadas andan en búsqueda de su mitad complementaria. 
De esa metáfora de Aristófanes contada por Platón, que permaneció en la memoria histórica de la raza humana, sacamos la errónea conclusión que somos seres incompletos y el deseo amoroso consistiría en la búsqueda de la otra mitad. 
Con esa teoría se acrecentó aún más el Ego protagonista, ese Yo que vive necesitando, ese Yo que no está completo si no interactúa con el Yo de la otra persona. 
Creernos la mitad de otra alma es un rol como el de sentirnos víctimas de alguna circunstancia. 

Deben saber que en los planos espirituales no hay roles, pues no hay una personalidad definida. 
Cada espíritu es igual al otro... solo los diferencia su mayor o menor afán de Servicio. 

Hombre, mujer, abuelos, padres, tíos, hermanos, amigos, son solamente roles tan efímeros como los papeles de los actores en el cine o en las obras de teatro, que terminan definitivamente cuando baja el telón. ¿Cuál sería el sentido de buscar y encontrar un alma gemela, en el caso de que la hubiera, supuestamente del sexo contrario al que es uno, si en definitiva, todo duraría un pestañeo? 

La verdad es que las almas gemelas son espíritus que vibran en la misma resonancia, no teniendo nada que ver con hombre-mujer. Y no necesariamente son dos: Pueden ser tres, diez o mil. 
Por ejemplo: Jesús, Juan Zebedeo y Krishnamurti son espíritus afines (almas gemelas) y obviamente son más de dos. Además, los tres aparecieron en el plano físico como hombres. 

Contribuyó mucho al error el libro de Linda Goodman, titulado: "Los signos del zodíaco y el amor", donde dice, por ejemplo, que María Magdalena era el alma gemela de Jesús, lo cual no es más que una fantasía, porque tergiversa la verdad, relacionando a las almas gemelas con la pareja humana y además reduciéndola solamente a dos. 

Aristófanes fue mal interpretado, pues él habla del mito del hombre esférico, dividido en dos mitades y que aspira a recibir su integridad. Significa que sus "yoes" están dispersos y busca integrarlos, para que el ego no cumpla su tirano rol, que supedita al ser humano a sus circunstancias. 

Aristófanes da a entender que si los hombres viven sin piedad, corren el riesgo de "ser cortados en dos" por el apego. 

El Amor es la unión de los semejantes, es la conexión de seres que vibran en la misma sintonía. 
Por ello, el amor personal de hombre a mujer es inferior desde ese punto de vista al Amor impersonal de un ser humano hacia otro ser humano. Y un espíritu que no ama de esa manera no tiene piedad... es un espíritu partido en dos. 

¿Se dan cuenta que no tiene nada que ver con una mitad masculina y otra femenina? 

Complemento la explicación de las almas gemelas. En música, vibrar en resonancia, significa estar acorde en la escala tonal. O sea, si pulsan la cuerda de una guitarra y hay otra guitarra que está afinada en la misma sintonía, su cuerda también vibrará al estar en resonancia con la del primer instrumento. 

Los espíritus son similares a trazos de luz, que vibran de forma sutil o densa, de acuerdo a su comportamiento. 
Cuando un espíritu vibra en forma similar a otro, se puede decir que están en resonancia. Su sintonía es similar. Esa es la verdadera explicación de las almas gemelas. 

Pero sería demasiado pobre el mundo espiritual si solo otro ser tuviera nuestra misma vibración. Se sabe que es ilimitado el número de espíritus que tienen la misma sintonía. De esa manera, al estar encarnados, la posibilidad de conocer un alma afín es muchísimo mayor. 

El dilema es que mientras exista el ego no hay garantía de nada, pues éste nos hace actuar como protagonistas en una Obra, volviéndonos susceptibles, incapaces de escuchar al otro y envolviéndonos en nuestros propios dramas. 
De esa manera, nuestra vibración cambia y ya no somos compatibles con quien, hasta ese momento, era un alma afín. 

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