Fue el mismo Exu Rey, quien deambulando por el mundo encontró un pescador muy absorte en su trabajo.
Estaba parado sobre su canoa, muy atareado, lanzando sus
redes al agua en un rió que parecía demasiado calmo.
Se acerco Exu Rey y le pidió que lo ayudase a cruzarse a la otra orilla en su embarcación, porque iba de camino, que no se preocupase por el menoscabo de ese día, porque iba a pagarle el viaje.
El pescador noto cierta autoridad en la voz del suplicante y se apuro en subirlo en su chalana.
Pero le advirtió que no le cobraría que solo iba a prestarle socorro.
A poco de empezar a remar, el pasajero comenzo a remar.
El pasajero comenzo a indagar a su canoero sobre la Fauna Icticola de aquel rió y sobre las condiciones de pesca permitidas por las autoridades.
Tenia la impresión de que las cosas no funcionaban muy bien porque las ropas del hombre de rió estaban muy rotas y su fatiga se notaba en la mirada.
El Pescador le comento que el rió hacia mucho tiempo que no producía suficientes peces, que apenas le alcanzaba para pagar los impuestos.
Existía en aquel paraje una ley en vigencia que todos debían acatar.
La misma obligaba a que cada persona que se aventurase al rió debería pagar al fisco tres peces diarios, aun cuando no pescase nada.
Cada vez eran menos los hombres que se arriesgaban a salir con sus navíos y comenzo una etapa que varios de ellos decidieron evadir al erario.
Siempre le decían "Eres el único que paga religiosamente los tres peces, dejas sin comer a tu familia por cumplir con la ley"
Pero el hombre era honrado y cumplidor.
Su congoja era enorme cuando, al llegar a su casa, miraba a su esposa e hijos y no tenia nada para darles de comer.
Loa niños estaban cada vez mas desnutridos, las enfermedades los hostigaban y al no tener defensas orgánicas por la mala nutrición, vivían a riesgo de muerte, y ni así el quería violar las normas, estaba decidido a morir de hambre pero pagaría cada centavo impuesto por la ley.
La conversacion fue interrumpida, al tocar el suelo de la otra orilla.
Ya que era demasiado tarde para lanzar las redes y debería abonar los tres peces que esa tarde no había pescado.
Exu Rey le ordeno que aceptara tres monedas como pago, que al menos le servirían para costear su deuda.
El pescador le agradeció y se encamino para pagar su impuesto diario.
Luego se encamino a su casa con los hombros vencidos. Esa noche el menor de sus hijos estaba con fiebre, en la botica ya no le fiaban medicina y los otros niños lloraban porque no comían nada desde el día anterior.
En medio de esa circunstancia, alguien llama a la puerta.
Fue entonces que el mismo hombre al que había cruzado en su canoa.
Apareció con una cesta con tres peces y les dijo " Ya nunca mas les faltara que comer".
Luego desapareció en la oscuridad sin dejar rastro. La mujer llevo los peces a la cocina y los abrió para destriparlos, cual grande seria su sorpresa, al encontrar en el interior de cada uno, una moneda de oro!!!.
En vano lo buscaron para devolverle el dinero, había desaparecido como por arte de magia.
A la mañana siguiente lo despertó una trompeta, y un emisario del rey le avisaba que era convocado para asistir en su presencia, temeroso el pescador siguió al emisario que lo guió ante el monarca, cuando vio que el soberano era el mismo hombre de la jornada anterior, se inclino a sus pies y solo atino a meter su mano en el bolsillo para devolverle las monedas.
Exu Rey lo levanto y le dijo "Te las mereces por ser tan honrado y siempre cumplir la ley, a partir de hoy seras mi adjunto y te sentaras a mi izquierda, vuelve al rió como siempre , que yo se que ahí eres feliz y cada vez que te necesite, allí te buscare".
A partir de ese día, cada jornada el hombre recibía del rió tres peces, con los que pagaba al fisco, pero volvía feliz porque en sus bolsillos siempre había tres monedas de oro, a pesar de gastarlas en la tienda y la farmacia compraba cosas para su familia pero por la noche volvían a aparecer en sus bolsillos.
Algo mágico había sucedido, sin dudas,
Fue un premio que Exu Rey le otorgo por su honradez y generosidad.
Y desde entonces, es el otro lugarteniente del padre de todos los Exu, y por lo tanto una de las principales autoridades del reino de Kimbanda.
Su fecha se celebra el segundo viernes de mayo, muy próximo al día de la madre en Brasil, la fecha ha sido elegida porque Exu Dos Ríos es, desde entonces, guardián protector de las monedas de oro de Oxum.
¡ Salve Exu Dos Ríos!
Fuentes Consultadas
Umbanda, Kimbanda
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Gracias por tu Comentario