7 de diciembre de 2017

Budismo e Hinduismo Tantrico - Ritual Maithuna.

Siva y Shakti sosteniendo en sus manos el Sivalingam

El Maithuna tántrico es la antigua ceremonia donde los yoguis tántricos se unían sexualmente para reproducir la danza cósmica de lo femenino y lo masculino sagrados representados en la tradición tántrica a través de las figuras de Siva y Shakti, la esencia masculina y femenina del Espíritu Uno, Dios/Diosa indiferenciado. 

Impregnándose de la divinidad de lo femenino y lo masculino sagrado, los tantricas sacralizaban el mundo de la materia y daban a la energía sexual su verdadero papel de fuerza alquímica y de unión de cuerpos y almas. 
Aunque fuese por un tiempo, los tantricas, hombre y mujer, se imbuían del carácter divino de Siva y de Shakti contemplándose el uno en el otro y a través de esa contemplación de lo divino en el/ella, traían, bajaban a la tierra, la conciencia del amor absoluto, el amor incondicional que transciende el ego emocional y sus diferentes manifestaciones de posesividad, dependencia  y apego.

Siva y Shakti representan en la tradición tántrica la esencia del principio masculino y femenino, creador del universo, en eterna danza y unión.

La polaridad de Siva se refleja, como narra el Linga Purana, en que él/ella es el andrógino, el dios mitad hombre y mitad mujer, que surgió de la frente de Brahma. 

De la mitad izquierda del cuerpo de Siva surgió el género femenino de la especie humana y de la derecha el masculino.

En el principio no había diferenciación, sólo existía el Uno indiferenciado. 
En el Siva Purana se narra cómo Brahma, el dios de la creación, no podía poblar la tierra hasta que Siva no generase la dualidad del sexo femenino y masculino. 
Por ello meditó profundamente en el ardhanarisvara, la forma de Siva que se encuentra unida perpetuamente con su parte femenina, la Gran Diosa que es su energía, Shakti. Siva, complacido por las meditaciones de Brahma, accedió a los deseos de éste y se dividió en una mitad masculina y otra femenina; de ésta última emergió la Gran Diosa, la Energía (Shakti) en la que quedaron recogidas todas las cualidades de Siva en el universo y se encarnó en una maravillosa mujer que fascinó al mundo entero con su poder mágico de ilusión (maya).

El hinduismo tántrico, recogiendo el concepto védico de maya o ilusión, establece bien claramente el significado de lo femenino, como energía de manifestación del universo. 
Lo femenino es la energía creadora que podemos ver plasmada en todas sus manifestaciones en el mundo, en la capacidad procreadora del útero femenino, en la energía creadora de la madre tierra. 
Es la gran sacerdotisa sagrada, la gran maga del universo.

La ceremonia del Maithuna tántrico era tradicionalmente una ceremonia grupal donde la energía del grupo se sumaba y apoyaba a las diferentes parejas participantes. 
Desde la mentalidad morbosa occidental esto nos puede parecer inimaginable. 
Nada más lejos de todo lo que la mente pueda fabricar con su imaginación. 
La ceremonia del Maithuna supone una profunda sanación de nuestra relación con el sexo opuesto, con la sexualidad y con nosotros mismos. 
El Tantra no pretende reproducir nuestro desequilibrio inconsciente, sino sanarlo. 
No se trata de orgías, sexo en grupo o ceremonias de desenfreno egoico. Todo lo contrarío, el Tantra lo que pretende es llevar luz a la oscuridad, conciencia a la sombra oculta que nos domina desde las profundidades de la mente inconsciente. 
Y que mayor sombra en la humanidad que todo lo relacionado con la sexualidad y la relación femenino-masculino.

El Maithuna se realiza alrededor de un altar central que simboliza el mandala, el círculo de la creación. Alrededor de este mandala, cada pareja construye su propio altar, su círculo sagrado, que simboliza la unión que trasciende el ego individual. 

Ese círculo sagrado de cada pareja es su protección y la garantía de intimidad. 
Aunque parezca inconcebible, no hay algo realmente más profundamente íntimo que una ceremonia de Maithuna

La intimidad y la energía de unión generada por la intención de la ceremonia se propaga a todo el círculo de participantes creando una gran energía de grupo que se eleva hacia el amor y hacia la consciencia. 
Las parejas comparten prasat (comida bendecida), danza, canto, masaje. 
La unión sexual tántrica trasciende todos los objetivos de la mente común presentes en nuestra relaciones. 
La pareja tántrica no busca grandes placeres autogratificantes. 
El mayor placer viene de la fusión del uno en el otro que los tantricas consiguen uniendo sus energías. 

Dos se hacen uno para disolverse en el éxtasis del no-yo. 
El verdadero orgasmo cósmico no es otro que el estado de no-mente y a la vez de presencia completa. La pareja tántrica hace del acto sexual un acto de disolución el uno en el otro, de meditación que no excluye el fuego de la energía sexual. 
La energía sexual convertida en lo que realmente es, la Kundalini, el fuego del Espíritu en la materia, eleva la vibración de nuestra células y nos permite llegar a estados no ordinarios de conciencia donde las fronteras entre un cuerpo y otro, entre una mente y otra, se diluyen. 
¿Donde deberíamos llegar cuando ya estamos? Esa es la verdadera sanación de la mente emocional siempre enfocada en el tiempo/objetivo.

Sivalingam símbolo sagrado de la unión de lo femenino
y lo masculino en el Universo

La ceremonia del Maithuna tántrico exige un gran trabajo de sanación previo, de limpieza de nuestro cuerpo energético, de nuestro cuerpo emocional y mental. 
Por eso no puede realizarse en un corto periodo de tiempo. 
Exige disponer de días de depuración a través de prácticas de yoga tántrico, de respiración, de dinámicas de desbloqueo y de recapitulación de nuestras emociones y nuestro pasado. 
De trabajo en la naturaleza que nos permite recargarnos y reequilibrar nuestros lados femenino y masculino con la energía de la Madre Tierra y los elementales, de control de la alimentación que permite liberar el cuerpo físico de todo el exceso e intoxicación acumulados. 
Todo este trabajo previo es imprescindible para poder llegar a un estado de entrega, de silencio y de apertura del corazón donde se produzca la experiencia del reconocimiento de nuestra propia divinidad y de unión a lo que nos rodea. 
Antiguamente las ceremonias de Maithuna iban precedidas de largos periodos de ayuno, de abstinencia sexual y de todo tipo de limpiezas yóguicas. 
El camino del Tantra, como todos los caminos espirituales, era un camino lento que implicaba toda una vida de trabajo. Pero eran otros tiempos y otra energía. 
En la antigüedad prácticamente no se consideraba la posibilidad de la iluminación en la propia vida, cosa que se postergaba comúnmente para posteriores encarnaciones. 
De alguna manera, la mayoría de las tradiciones espirituales orientales quedaron atadas a la idea de la rueda del samsara o rueda de las reencarnaciones y al concepto de liberación a través de la muerte física. 
Aunque Buda con su ejemplo nos vino a mostrar la posibilidad de la liberación en la propia vida y Jesucristo nos mostró la ascensión física, la inercia de la tradición ha pesado y sigue pesando mucho en el mundo del yoga, del budismo...

Pero ahora ya no hay tiempo. Estamos al comienzo de un nuevo gran ciclo cósmico que implica un despertar generalizado. Estamos en un momento de ascensión de la tierra y de nuestra conciencia que no nos permite dejar las cosas para una encarnación futura. El momento es ahora e incumbe también nuestro cuerpo físico actual. 
La ascensión supone un despertar a la conciencia de nuestra naturaleza divina y a trascender la vieja idea de la muerte física. Por eso ahora el Tantra está repuntando con tanta fuerza en el mundo. 
El Tantra es la vía de la no dualidad, de lo sagrado en todo, de la unión del cielo y de la tierra, de la materia y el espíritu.

Aunque para algunos puristas de la tradición pueda parecer completamente heterodoxo e incluso aberrante y lejos de todas las normas de la tradición, el pretender una ceremonia de Maithuna para "gente normal" en un encuentro o curso de una semana de duración, eso no es lo importante. 
Lo importante no es ya la tradición en sí. Lo importante es la inimaginable sanación que se puede producir y produce en la mayoría de las personas con sólo acercarse a la experiencia del Maithuna, o mejor, al ensayo de una ceremonia de Maithuna
Porque lógicamente, un encuentro de iniciación al ceremonial tántrico del Maithuna, es sólo un ensayo. 
Pero un ensayo poderoso, a través del cual muchas personas pueden conocer un antes y un después y acceder a una nueva visión del mundo muy lejos de la conciencia colectiva imperante.

Estamos en un momento de apertura, de unión de todas las cosas. 
Por eso las viejas tradiciones ocultistas y secretistas, que tuvieron su tiempo, ya no tiene cabida. Ahora la información está disponible para todos. 
Se ha acabado también la noción del "gurú", como responsable o intermediario entre tu y el Espíritu. Cada vez más la conexión directa está disponible para todos y así, desde la energía del corazón, cada uno de nosotros somos nuestro propio gurú, cuando oímos la voz de nuestro Ser interno.


El Tantra es "algo muy fuerte". Lo primero que te dice es que te olvides de tus opiniones, de tus visiones de como son las cosas y el mundo y de tus procesos razonantes que en tanta estimas tienes, si es que quieres llegar por lo menos a atisbar la verdad. En el estupendo libro de Daniel Odier, "Tantra: La Iniciación de un Occidental al Amor Absoluto", se recoge la Iniciación al Tantra a la que una yoguini tántrica de Cachemira le sometió al autor: durante meses su relación se limitaba a parcas conversaciones y estados de silencio, donde ella tocaba una campanita en el momento que la mente de él se perdía en pensamientos, amén de visitas a leproserías donde el se veía obligado a trascender sus escrúpulos, abriendo el corazón y abrazando a leprosos en estado avanzado de la enfermedad, y a largas noches en mitad de la selva, debajo de un árbol, enfrentándose a todos sus miedos y fabricaciones mentales en la oscuridad.

Quizá sólo el chamanismo se acerque a la radicalidad (por autenticidad) del Tantra. 
Aunque el chamanismo del Gran Espíritu nunca ha trabajado la sexualidad, que también ha sido apartada cuidadosamente como en la mayoría de vías espirituales. 
Ahí está el gran poder transformador del Tantra: una vía espiritual sin concesiones al ego y su visión del mundo, que toca la totalidad de lo que somos, tierra y cielo, espíritu y materia, amor y sexo.

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Diagrama - Sobre Distintas Nociones del Tantra - Parte I -


Para el Tantra, la vida es un proceso continuo en el espacio y el tiempo, sin hiatos entre todas las formas de vida. 
El Universo en Conciencia y Energía asociadas. El Tantra considera que cada célula es un ser viviente, consciente por sí mismo, dotado de un psiquismo, de emociones, de memoria, es decir, de una conciencia lúcida. 
Así, la conciencia es una propiedad de todo el cuerpo, no sólo del cerebro, porque "todo lo que está aquí está en todas partes ". La Conciencia es una dimensión del Universo.

Para el Tantra, el Universo es real y el tántrico se integra en él para percibir su realidad profunda, ya sea espiritualizando la sexualidad, concebida como pulsión creadora última, ya sea por otras vías, como la contemplación de la Madre cósmica o del mar de los orígenes. 
Con y en su cuerpo-universo el tántrico se unirá concretamente a esos principios cósmicos para sentir la divinidad de la carne consciente e inteligente.

El cuerpo es la piedra angular del Tantra
El cuerpo real es un universo de una complejidad extraordinaria. 
El cuerpo vívido es una simple imagen, un esqueleto, una construcción mental, y es el único aspecto que el individuo conoce. 
El cuerpo es producido y animado por una Inteligencia creadora, la misma que suscita y preserva el Universo, desde la más ínfima partícula subatómica a las galaxias. 
El cuerpo guarda potencialidades insospechadas, energías extraordinarias que la práctica del Tantra despierta y desarrolla.

Uno de los objetivos del Tantra es poner al yo empírico en contacto consciente y confiado con la Inteligencia superior del cuerpo. 
Es una clave secreta del Hatha Yoga
Enriqueciendo mi cuerpo vívido puedo acercarme más a la Sabiduría última del cuerpo real. 
Detrás de una aparente inmutabilidad relativa, encierra un proceso, un acontecimiento importante. Parte del cosmos en movimiento, cambia a cada instante. 
Su esencia es un dinamismo inteligente vinculado con el todo. 
El mundo de los objetos y de los seres no está hecho de unidades aisladas, sino más bien de procesos dinámicos en perpetuo cambio unitario.

En este contexto, el acto sexual tántrico es vivido de manera muy diferente al ordinario, el profano. En el Tantra, no es el hombre el que "hace el amor" con la mujer sino que dos universos se unen. 
El hombre y la mujer están conectados entre sí, los intercambios se hacen en todos los planos. 
En lugar de estar centrado en su placer egoísta, cada uno se abre al universo corporal del otro como al suyo propio. 
El orgasmo no se rechaza, pero no tiene importancia real, ni para Shakti ni para Shiva
El coito tántrico, ritualizado, sacralizado, crea así una relación diferente del contacto profano, gracias a esta actitud contemplativa del otro y del acontecimiento que constituye la unión.

El amor sexual se convierte en revelación. 
Mucho antes de que se produzca el orgasmo masculino, ambos, el hombre y la mujer, se funden verdaderamente uno dentro del otro. 
La relación contemplativa inmóvil prolonga los intercambios casi indefinidamente, frena el orgasmo masculino sin molestias ni obligar al hombre a apartar forzadamente su atención del acto. 
Además, una vez habituado a este enfoque, se podrá ser muy activo, durante mucho tiempo, gratificando así a la mujer con un máximo de estimulación.

Durante ese contacto prolongado, la relación sexual evoluciona en tres planos:

El mental empírico, que participa en el juego y experimenta placer.
El habitualmente inconsciente, de las profundidades del cuerpo, que toda experiencia lograda marca con un sello indeleble.
El plano psíquico, donde la contemplación establece una fusión íntima en las profundidades del inconsciente (Manomaya Kosha).
En el momento último de la experiencia, el Tantra toma en sentido literal lo que sucede en el psiquismo, pues no percibe ninguna frontera entre el psiquismo humano y el psiquismo cósmico que engloba las estrellas. El ser no está limitado al presente: se inserta en un proceso eterno.

La visión tántrica hace estallar las fronteras, las disuelve, pues sólo existen en la mente.
El Maithuna (Coito)


Maithuna se traduce como coito, aunque designa el acto de unión con Ma (el Poder Primigenio). Maithuna es la unión de Shiva y Shakti. 
Así, el acto sexual amoroso es usado como meditación para proyectarse a niveles más sutiles y crecer en conciencia. 
Es la cópula cósmica de Shiva y Shakti realizada en el interior de la yoguini y el yogui. 
El sexo, aquí, deja de ser biológico para ser místico, iniciático.

Si bien este ritual puede variar, los tantrik seleccionan un lugar limpio, agradable y con buena ventilación, sumido en la semipenumbra y, preferiblemente, con una luz violácea que se proyecte sobre el cuerpo de la mujer. Previamente se han preparado los elementos que intervienen en el ritual: la carne, pescado, cereales, vino. Se preparan porciones reducidas. 
El quinto elemento es el éter, es la mujer. Como ya explicamos, estas sustancias servirán para que los practicantes se puedan identificar con los elementos de la naturaleza y, en unión con el cosmos, penetrar en regiones más allá de su experiencia cotidiana.

En la habitación, debe haber también una cantidad adecuada de flores o plantas, velas y varitas de sándalo o almizcle que perfuman el ambiente.

Los participantes deben bañarse, higienizando cuidadosamente su cuerpo, especialmente la zona genital, así, con una piel limpia, las energías pueden fluir libremente.

La mujer se suelta el cabello, se perfuma el cuerpo y se viste con cómodas prendas de tono rojizo o rosáceo. El hombre también se viste con ropa cómoda que, al igual que la de ella, debe ser de tejidos naturales.

Se adopta una actitud meditativa, por unos minutos, se controla la respiración, se silencia la mente, se repite el mantra, potencia su aspiración, se concentra en el chakra de la base de la columna (el que rige la libido), visualiza a su Shakti interior en el abrazo con su Shiva interior. Purificados el cuerpo, la mente y la motivación, todo está ya dispuesto para el comienzo del rito.

Hombre y mujer se sientan uno al lado del otro. Si el hombre desea hacerlo, pronuncia algunos mantras. Vierte el vino en las copas y ambos beben al mismo tiempo. El tantrik repite algunos mantras.  Se saborean los alimentos.

Luego de que la pareja ingirió los alimentos, se desnudan y llega la opción de qué posición adoptar para hacer el amor.

Las Posturas de Maithuna Son:

Purushayita, en que la mujer está encima del hombre, estando éste con sus piernas estiradas;
Upavishta, en que la mujer está sentada arriba del hombre, con sus distintas variantes;
Uttana Bandha, en que el hombre está sobre la mujer y ésta permanece con sus piernas enrolladas alrededor de la cintura-cadera del hombre;
Tiryaksana, postura lateral;
Parshva Piditaka, posición retrolateral variante de la anterior;
Janujugmasana, posición en que ambos se entrelazan, en forma de X, con sus diversas variantes.
Cabe señalar que se desaconseja la postura que parece ser la más habitual en occidente - hombre sobre mujer (posición del misionero)-  porque no facilita el control seminal.
Tras ello, se inicia el intercambio entre hombre y mujer que se visualizan mutuamente como su Shiva y su Shakti respectivos. 
Se acarician, se recorren los cuerpos, emitiendo sus mejores energías y realizan así, un intercambio energético muy poderoso que el tantrik puede condensar en la base de su columna y experimentar ascendiendo a lo largo de la espina dorsal, abriendo los chakras. 
Continúa el intercambio hasta que, en un determinado momento, el sadhaka penetra a la shakti (usando una de las posturas ya mencionadas). En la posición adoptada permanecen tranquilos, plenamente comunicados. 
El hombre, siempre cercano al orgasmo, lo demora con gran control. En ningún momento debe perder el control de la respiración.

La cópula debe extenderse por lo menos más allá de media hora y los tántricos pueden prolongarla hasta tres horas.
La mujer puede tener cuantos orgasmos desee y el hombre, cuando así lo determine conscientemente, desencadenará el suyo propio. 
En ese momento, debe suspender su respiración, abrir al máximo la conciencia, sentir que penetra y se absorbe en la Shakti misma, dejar su mente en silencio, expandirse hacia el espacio sideral, despersonalizarse y usar el éxtasis amoroso como vehículo hacia el Ser.

Además, es preciso saber que el tantrik que realiza la ceremonia del maithuna debe dominar su mente a la perfección, su respiración y su semen porque junto con la respiración y mente son facetas de la misma energía. El control sobre una de estas funciones implica el control de las otras.

El sadhaka mira a la mujer en todo momento como la portadora del poder cósmico; si éste falla en alguna prescripción ritual, debe ser suspendido el rito. 
El sadhaka busca la inmovilidad shivaica (inmovilidad de mente, respiración y semen).

Según el Tantra, el semen controlado revierte a la sangre y dota de energías muy poderosas al practicante.
Al momento del orgasmo, el practicante lleva la lengua hacia atrás, tanto como puede y suspende la respiración, deteniendo los pranas y, mediante la retención del semen, potencia la ambrosia energética del éxtasis.

Hay maestros tántricos que sostienen que, si la eyaculación acompaña al orgasmo, pero la relación sexual ha sido plenamente shaktica, con absoluta comunión entre los participantes y con implicancias mucho más elevadas que las meramente fisiológicas, se rescata la luz del semen (quintaesencia seminal) que va hacia lo alto y favorece la ascensión de la energía y un estado mental de intuición del ser.

Es mediante las prácticas del Hatha Yoga que es posible controlar la musculatura que permite acceder al orgasmo, sin eyacular. Los mudras, los bandhas o técnicas de control muscular, son los medios para lograr esto. Sin embargo, tal retención carece de valor si antes no se ha conseguido la contención del pensamiento.

Otra práctica habitual de los tantrik es la expulsión del semen seguida de una poderosa reabsorción tanto del semen como de los humores femeninos; esto, gracias a la práctica de la técnica yogui de vajroli-mudra, que permite adiestrar los músculos de tal modo que pueda originarse un vacío interior capaz de succionar cualquier líquido por  su uretra.

Por último, la preparación previa a la relación tántrica puede adquirir características muy rigurosas dependiendo de las escuelas: la Sahajiya recomienda que el hombre duerma en la misma alcoba con la mujer durante 4 meses en camas separadas; otros 4 meses en la misma cama sin mantener ningún tipo de contacto y finalmente la celebración del rito.

Hay escuelas que agregan otra fase, la de tener contactos de ternura física, excluyendo el contacto genital hasta que, finalmente, se pueda llegar a la relación completa.

Durante el rito, pueden asimismo efectuarse visualizaciones tántrico-iniciáticas muy diversas. 
El hombre puede llegar, a través de diversas visualizaciones, a vivir su propia estancia en el vientre materno y su propio nacimiento.

Fuente: Sexo Vida








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La Erótica Mística y el Método Carezza (de Occidente)


Para llegar a la Shakti, y a través de ella al Shiva Interior, el tantrismo pone en la práctica sus concepciones a través de las técnicas del Yoga, sin descartar ni mucho menos el bhakti Yoga o Yoga devocional y lo relacionado con el placer (Bhoga).

La vía tántrica llamada “del Valle”, es la más fácil, especialmente para el control de la eyaculación, porque este tipo de unión poco movida, está basada en la relajación física y mental. 
Abre, a pesar de lo que podría pensarse, un universo de sensaciones y experiencias desconocidas, da lugar a una plenitud más prolongada y logra la integración total de los dos seres, en cuerpo, mente y espíritu.

Es gracias a esta vía que el practicante tántrico llega a feminizar su experiencia de la sexualidad. Lejos de restringirse a la sexualidad genital, la experiencia tántrica tiende a desbordar progresivamente el ámbito de lo genital para difundirse en todo el cuerpo y cuando llega el orgasmo, éste implica todo su cuerpo y luego invade su ser.

El éxtasis se intensifica y se prolonga. 
Esto sucede porque el tántrico no se acopla a una vagina sino que se une al ser total, a la mujer física, psíquica y cósmica, es decir, a la encarnación de Shakti
Así, una vez el lingam unido a la yoni, Shiva participa en el deseo y en la emoción erótica de Shakti y, unido a Shakti, todo el cuerpo masculino se convierte en órgano sexual, no sólo el lingam como sucede en la unión ordinaria.

En esta vía, en prácticas como Maithuna, decimos que se trata de una experiencia divergente, en tanto no se centra en el área genital exclusivamente, a diferencia de la experiencia sexual masculina en occidente en que la experiencia es convergente en cuanto tiempo y espacio convergen hacia la zona genital.

Así, la llamada “Vía del Valle” permite una experiencia mucho más plena. 
Existe, en occidente, un régimen sexual que encuentra puntos de similitud y es el método Carezza.

Este método, fue inventado en 1844 por el norteamericano John Humphrey Noyes, fundador de la comunidad Oneida, quien lo denominó Carezza o “retención masculina”. 
En los EEUU se conoció con gran éxito, antes de la Primera Guerra Mundial.

El método permite todo excepto eyacular y si esto sucede, jamás debe suceder en la vagina. 
El orgasmo femenino es aceptado, salvo si compromete la retención masculina.
Una gran diferencia con el Tantra es que considera que eyaculación y orgasmo son la misma cosa, mientras que para el Tantra no sólo no son lo mismo sino que la eyaculación sabotea el orgasmo.

El método Carezza supone un amor profundo y el deseo de transponer la sexualidad a otro plano que el común, por parte de la pareja. 
Considera la unión sexual como una fiesta amorosa y la eyaculación como un incidente inoportuno y grosero, incluso antiestético, que mata por un tiempo el deseo de acercamiento a la mujer.

La unión de los sexos es aquí un intercambio, basado en el contacto humano más íntimo, que sólo se realiza plenamente cuando es prolongado y, aunque no sugiere ninguna posición en particular, aconseja evitar los movimientos rítmicos, prolongados y acelerados que llevan a la eyaculación.

Recomienda variar el ritmo, la amplitud y la duración de los movimientos y, en caso de inminencia eyaculatoria, inmovilizarse el tiempo necesario para que ésta desaparezca.
El método Carezza redescubre así un aspecto fundamental del Maithuna, el de los “intercambios pránicos magnéticos”, en cuanto los órganos sexuales están magnéticamente polarizados. Por eso, sostiene el método, hay que aprender a tocar a la amada de tal manera que esa corriente de electricidad vital recorra su cuerpo con un estremecimiento estático, mientras que la libera de su propia energía acumulada. 
De igual manera la mujer engendra fuerzas magnéticas que podrá desbordar en el hombre, satisfaciéndolo tan plenamente que todo sentimiento de pérdida será eliminado y se obtendrá la felicidad. 
El flujo e intercambio de estas energías conduce a un equilibrio total y a un reposo benéfico.

Con la práctica exitosa de este método, los órganos genitales quedan tan desmagnetizados como después de una eyaculación, mientras que emana una fuerza maravillosa de los amantes. 
Esto, marca diferencia de lo que sucede después de la eyaculación, en que luego de los primeros momentos de distensión agradable, sigue la sensación de haber sufrido una pérdida, de haberse debilitado.

Con el método Carezza, los amantes se separan gradualmente, con caricias y radiantes de amor. 


Van Lysebeth, André; Tantra, el culto de lo Femenino, Editorial Urano, Barcelona, 1990.

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Sin Mantras o Yantra, Ningun Ritual Tantrico Seria Concebible



Hablemos de los yantras
Sea en un dibujo lineal o de una superficie, el triángulo determina un espacio, y una de las funciones del yantra es estructurar, organizar el espacio y, en el caso del triángulo, con la menor cantidad de trazos posibles. 
El triángulo, con la punta hacia abajo, de color rojo (aludiendo a las menstruaciones) , es el yantra de la Femineidad; simboliza y, más aún, materializa a Shakti, en tanto potencia creadora, matriz cósmica. 



En cambio, un triángulo, con la punta hacia arriba, de color blanco (como el esperma), representa a Shiva, el sustrato estático del Universo, el principio masculino.



Desde lo simbólico, el triángulo representa la tríada; si es isósceles, evoca la armonía, el equilibrio. Con la punta hacia abajo, representa también al agua y con la punta hacia arriba representa también al fuego.

En cuanto al punto, en el Tantra, es Todo. 
Primeramente, cada yantra se organiza y se estructura alrededor de un punto central, esté marcado o no. 
Evolutivo, el yantra se desarrolla a partir de un punto y en torno a él y se “lee”  desde ese punto (su centro) hacia la periferia o inversamente. 
El punto es el yantra más denso que se pueda concebir; es energía condensada al máximo.

El Tantra lo llama bindu, es decir, literalmente, el “espermatozoide” unido al óvulo; representa a Shakti y Shiva y "Todo" allí presente. 
Es el que focaliza toda la atención del practicante y a ello le sigue la mente, multiplicando la fuerza mental y psíquica.



El cuadrado es la base estática por excelencia, representa al elemento tierra; incluye los cuatro puntos cardinales y las cuatro dimensiones del tiempo-espacio. Tétrada, su cuadrado da dieciséis, número sagrado del Tantra.

En el Tantra, el cuadro es un recinto sagrado abierto al exterior en forma de T, que son otros tantos umbrales de iniciación.

Otros elementos característicos de los yantras son el círculo y el loto. 

El loto es la flor tántrica por excelencia y la mayoría de los yantras llevan pétalos de loto alrededor de una circunferencia. 
La flor encarna también a yoni, el principio femenino, la potencia creadora femenina por lo que en toda flor el tántrico percibe un torbellino de energía sutil. 



Esta energía sutil opera en el cuerpo del tántrico y éste la activa en los chakras (centros de energía); el Tantra las representa con yantras, con determinado número de pétalos. 

Las técnicas sexuales activan automáticamente estas energías. 
La importancia de las flores en los rituales tántricos se refleja en Puja (adoración ritual con flores).

 En cuanto al círculo, símbolo central de la ceremonia de Chakra Puja, expresa la evolución cíclica de la manifestación y es la forma cósmica por excelencia.
Así, cada trazado elemental (punto, triángulo, cuadrado, círculo, flor) es un yantra en sí, pero, combinados, el Tantra forma conjuntos muy complejos en los que cada figura conserva su simbolismo propio pero cuya unión multiplica su potencia.

Cabe señalar que el yantra último, irreemplazable es el yantra-cuerpo. 
Con sus planos físico y psíquico, es considerado uno de los instrumentos más poderosos de transformación espiritual.

El cuerpo es el centro sagrado de todo ritual, de todo mantra, de toda ofrenda, de toda meditación, de toda liturgia; no existe otro lugar de peregrinaje ni morada de felicidad semejante al cuerpo. 
El mejor yantra es el propio cuerpo. 

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Tantra y Yoga -


El Tantra yoga es un método de conocimiento de sí y del universo. 
Por su nombre nos referimos al Yoga de Kundalini: es el aspecto de la Devi- la Deidad con aspecto femenino- en forma de serpiente enrollada en torno al lingam que reside en el chakra genital, falo que es el eje del propio mundo interno o mandala personal.

Su vía es el trabajo con energías sutiles del ser humano y del mundo. 
Esto implica el uso de los recursos del cuerpo, de la respiración y de los procesos de la mente para adquirir dominio pleno sobre las energías relacionadas con la Vida.

El tantra y el yoga no se oponen porque el yogui, como ya dijimos, busca el gozo mayor: Ananda. 
El Tantra Yoga busca elevar a Kundalini, la Shakti, la Libido, en el individuo. 
Esta energía que se pone en juego, cuya exteriorización impulsa al ser humano a su supervivencia, a la de su especie y a su vivencia espiritual, es reorientada con el trabajo del Tantra Yoga, para armonizar la circulación interna, su distribución por los chakras y para la apertura de la Vía Secreta de circulación de energía que permite el acceso a estados diferentes de conciencia ampliada y a un mayor flujo de energía.

Así, en el camino del control, encontramos elementos que luego serán fundamentales en rituales tan importantes como el de Maithuna, como por ejemplo, el control del semen; el control de la respiración y el respirar al ritmo del otro en esta ocasión, están las diversas posturas que forman parte de la ejecución del mismo rito que trataremos más adelante; también la utilización de yantras en otros rituales como el Chakra Puja.

El tantrismo no es sólo ascetismo ni hedonismo; valora el placer, considerando que implica mucho más que sexo pues implica la sabiduría.

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Linga y Yoni - Budismo Tantrico -


Linga significa signo; el signo que permite conocer la naturaleza última de las cosas. 
El lingam es el símbolo más común de India, aceptado por los tántricos de la Vía Derecha o de la Vía Izquierda. 
Habitualmente es asociado al órgano sexual masculino y Shiva está representado por él.

Para el Tantra, el lingam, es el conjunto formado por el órgano masculino engastado en el sexo femenino (conocido como yoni) y no solamente el falo.

El culto al lingam, en India, se remonta a la prehistoria, a los antiguos ritos sexuales de la fecundidad, al culto a la Gran Diosa. 
Este culto precario conserva, aún hoy, su fervor original.

Habitualmente los lingam son de piedra (excepto los de arcilla que son arrojados al Ganges) y de color negro porque los drávidas, quienes originalmente practicaban este culto, eran de piel oscura.

La Ceremonia de Adoración del lingam o Linga Puja

En esta ceremonia de adoración al lingam, aquel que es el oficiante acaricia uno de piedra pulida, lo adorna con guirnaldas y traza con él, untado con pasta de sándalo amarillo, los signos rituales y simbólicos. 
Durante toda la celebración, el oficiante y los participantes cantan a coro, durante horas, Om Namah Shivayah arrojando al mismo tiempo flores y pétalos de flores sobre el lingam que queda casi cubierto con ellos.

En el momento culminante, el oficiante vierte sobre el lingam un líquido blanco viscoso, hecho de leche y miel  que corre lentamente por la piedra y se derrama en el arghya, para ser luego repartido entre los participantes, que lo beben con devoción. 
En ese instante, Shiva está presente en el lingam.

Para el tántrico, la eyaculación es el momento procreador por excelencia, cuando la energía femenina se apodera del esperma para suscitar una nueva vida. 
Todo acto creador va acompañado de goce y la creación resulta de una unión cósmica permanente que proseguirá hasta el final de los tiempos.

En estos ritos sexuales, todo se organiza para despertar el deseo, crear situaciones eróticas de mucha intensidad para acceder a la felicidad, al éxtasis por unión concreta ritualizada, sacralizada.

El Universo proviene de la relación de un yoni con un lingam; todo lleva su marca. 
Es la divinidad que, bajo la forma de falos individuales, penetra en cada matriz y procrea así a todos los seres. La potencia creadora humana reside en el sexo. 
Adorar al lingam trae placer (bhukti) y liberación (mukti).

El lingam está representado por una piedra ovoide, o una piedra ovoide dentro de una con una cavidad que la contiene o monolitos.

Ver en esta entrada Om namah shivaya

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El Tantra y Sus Ritos Centrales - Chakra Puja


Existen diversos caminos para acceder a la Última Realidad de Todo. 
Son, prácticamente, innumerables: la ascesis, la contemplación, la vía del poder, la del discernimiento, de la acción consciente y desinteresada, la del amor y la devoción, la de los psicodélicos, la del rito y lo mistérico, la del trance místico, de la danza y la música, de la sexualidad sacralizada.

Con respecto a la vía sexual, el buscador puede adoptar diversas actitudes: la completa renuncia, llevar una vida sexual estándar o transformar toda esa energía al servicio de la realidad superior, aprovechar la relación sexual como medio de elevación. 
La ceremonia sexual sacra tiende a homologar la cópula cósmica y conseguir a través de ello una cosmización y una reintegración de los opuestos. 
Entre ellos, mencionamos la ceremonia del Chakra Puja y la de Maithuna.

Chakra Puja y los Cinco Makaras

La Chakra Puja o ascesis de dieciséis, la adoración en círculo es, junto a los cinco makaras, el rito esencial del Tantra. 
De una impresionante densidad simbólica y concreta resume lo esencial del culto y el pensamiento tántricos.

Esta ceremonia se celebra en un lugar secreto (un templo abandonado, una caverna en la montaña, un lugar aislado de un bosque, la casa de un adepto), la noche propicia; allí, 8 varones y 8 mujeres se reúnen (la práctica grupal busca suspender la identificación con el ego y participa de un lazo sutil que se establece entre los participantes que es el del goce común, integrándose a la supra-mente).

A veces, se sacrifica un animal antes de comenzar y su sangre es derramada sobre el yantra dibujado. Este animal ha sido largamente preparado e incluso se le dice un mantra salvador al oído antes de matarlo.

A la entrada, los adoradores toman al azar una vestimenta o una joya de una caja; su propietaria será su compañera en el rito, método este usado para superar la relación hombre-mujer. 
Antes de comenzar la ceremonia, las parejas nacidas al azar son casadas. Este matrimonio puede ser de dos clases: uno dura solamente el tiempo de duración de la ceremonia y otro dura toda la vida.

El adepto pide a los otros que autoricen ese matrimonio Shambu (otro nombre de Shiva), la mujer lo acepta como esposo, presentándole flores y arroz descascarado y él pone sus manos sobre las de ella. A continuación, la pareja pronuncia el mantra secreto mientras es rociada con agua perfumada por el acharya (gurú) que dirige la puja; luego los tántricos los bendicen. 
Esto se repite con cada pareja participante

Luego, ritualmente, dispuestos en círculo, beberán juntos vino (madya), comerán carne (mamsa), pescado (matsya) y cereales (mudra), tras la traza, por parte del adorador, de un diagrama y la repetición de las oraciones. 
En este ágape colectivo de consumo de los cinco makaras, se sacralizan y cosmizan esas sustancias usadas (que implican los dos poderes últimos: quitar la vida y perpetuarla).

El adepto medita acerca de ella en cuanto Prakriti  (naturaleza) y sobre sí mismo, identificándose con el Dios.
Luego ofrece plegarias y procede a la inspiración de cada miembro con la imagen de una diosa o grupo de divinidades. 
Adora cada parte de su compañera y, por medio de los encantamientos, aloja un hada en cada parte de su cuerpo y de sus miembros, incluido su yoni. 
Entonces le ofrece la carne, el pescado y el vino; la hace comer y beber y luego él come lo que ella ha dejado. Tras esto, la desviste y se desviste él también. 
Recomienza a adorar cada parte de su cuerpo y, finalmente, adora a su  “círculo de fuego”, o sea su yoni, con lenguaje reverente pero con gestos impúdicos y, luego, se une a ella.  

Al comienzo, la unión se hace en inmovilidad; sólo está autorizado el lenguaje secreto. 
Se exige de todos los Shivas el control de la eyaculación. 
Luego, se permiten los movimientos y se acepta sin restricción el orgasmo de las Shaktis pero a condición de no provocar la eyaculación en los Shivas. 
Estos orgasmos se sentirán cada vez más cerca en todo el círculo, subiendo cada vez más la tensión sexual y provocando reacciones en cadena en el grupo.

Cuando llega el momento propicio, a una señal del oficiante o bien imitando su ejemplo si él se une a su shakti en el centro, las Shaktis se acuestan de espaldas, con la cabeza hacia el centro y las piernas dobladas. 
Cada Shiva pone sus piernas estiradas bajo las rodillas de Shakti, tomando así la posición en X; colocando cada uno las manos en las piernas del otro, creando así un punto de intercambio. Todavía no hay contacto genital; hasta que Shakti se desliza progresivamente hacia Shiva y la parte alta del lingam erecto se coloca en sentido longitudinal contra la vulva. No hay todavía penetración.

Aunque el ritual varía de una región a otra, los elementos esenciales se conservan: el círculo, el centro del círculo (donde hay una pareja sentada uno al lado del otro), la azarosa formación de parejas, el maithuna y la identidad de cada adepto con la Shakti o el Shiva cósmicos. En el círculo mágico, las parejas se disuelven durante la duración de la puja.  

Cabe también aclarar el simbolismo de los 5 makaras: comiendo mudra (grano) el hombre retorna a la Tierra Madre; comiendo pescado, el tántrico se une simbólicamente al elemento agua, fuente de vida; comiendo carne, el adepto se une a todo lo que vive en el aire, la vida animal; el vino es el elemento fuego.

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Los Rituales Y Las Posturas de Maithuna


La Yonipuja es la adoración por excelencia. 
Las mujeres aptas para este rito son las lascivas, hasta las libertinas (pramada), y deben haber superado todo falso pudor. 
Con frecuencia, oficia la shakti del gurú o la compañera del adepto.

Al comienzo de la adoración, 
Shakti, se coloca en el centro del mandala, en general un triángulo, símbolo del yoni (genitales femeninos) cósmico, incluido en un círculo. 
Luego, el sadhaka, le ofrece una bebida afrodisíaca, llamada vijaya (se supone que es una bebida mezcla a base de cáñamo). 
La intención explícita es erotizar a Shakti al máximo, exacerbando su energía sexual.

Después de haber cumplido el ritual preparatorio, compuesto de mantras y de vocales sin contenido conceptual, empieza la primera parte de la Yonipuja.

La yoguini se sienta sobre el muslo izquierdo del adepto, que comienza a adorar su yoni sakuntala, es decir, no afeitado. 
El adepto, entonces, unta el yoni con un pasta de sándalo de perfume delicado, así el yoni asemeja a una flor encantadora.

Luego, el adorador le ofrece una nueva copa de vijaya y le pinta el ardhachandra (la media luna) con bermellón en medio de la frente. 
A medida que el adepto traza la media luna, la pareja toma conciencia de las fuerzas lunares presentes en shakti. Luego Shiva pone las manos sobre los pechos de Shakti, e impregnándose del aspecto maternal de la Shakti cósmica, pronuncia 108 veces la bhagabija (el sonido- raíz de la vulva), que, en general, es hrim.

Al fin, el adorador hace todos los gestos y contactos que puedan excitar a Shakti al máximo: le acaricia largamente los pechos, las nalgas, luego el yoni.

En la Yonipuja, la excitación de Shakti, que se propaga a Shiva, provoca una abundante secreción del fluido, la "esencia sublime", es decir, las secreciones vaginales y despierta las energías sutiles, "pránicas", que ejercen una función esencial en el desarrollo de la puja.

Aquí se sitúa la parte central de la puja. 
A su vez, Shakti unta el lingam (falo, pene) con la pasta de sándalo, de perfume afrodisíaco y de color azafrán.

El gurú, siempre presente, cuida la correcta celebración del ritual. 
Sólo entonces, el lingam es insertado en la yoni.

En este rito, la parte esencial depende de la absorción recíproca de la "esencia sublime". 
Añadiendo sus propias secreciones lubricantes a los líquidos originales, el lingam contribuye a mojar abundantemente el yoni. 
Los dos fluidos se mezclan y los tántricos creen que la yoguini y el yogui los absorben: Shakti por ósmosis a través de la mucosa vaginal. 
Shiva, gracias a vajroli.

Durante el Maithuna, la pareja medita sobre la potencia creadora así despertada en el vientre de la mujer y en el hombre y adoran a la Energía Cósmica.

La duración de la unión yoni-lingam no es apurada. 
Después de la unión ritual, Shiva rinde homenaje respetuoso al yoni, que la yoguini, acostada de espaldas, ofrece a su vista y a su adoración.  
El discípulo pone con el dedo un poco de líquido vaginal y hace con él un tilaka, el punto que las mujeres indias llevan en la frente, a su compañera de rito, aún sumida en el éxtasis, así como en su propia frente.

El acharya (oficiante) hace lo mismo; luego la pareja hace una reverencia y lo adora porque su presencia les ha ayudado a controlarse durante todo el ritual y a preservar su carácter sagrado.

Antes de la realización del Maithuna, el adepto traza donde la unión tendrá lugar, un triángulo rojo y, en su centro, el punto-simiente, el bindu. 
Después, medita sobre el simbolismo del triángulo invertido y del bindu. 
Luego, repitiendo su mantra, proyecta mentalmente la imagen de Shakti en el triángulo, hasta sentir que la mujer concreta, su compañera en el rito, encarna verdaderamente a Shakti, la energía cósmica femenina.

Después, visualiza su yoni y se absorbe en su significación cósmica en tanto puerta de entrada de toda vida. 
Se conecta con el potencial sexual de Shakti y luego visualiza el triángulo blanco, con la punta hacia arriba, y lo superpone imaginariamente al triángulo femenino rojo.

El bindu, punto central del triángulo de Shakti superpuesto al triángulo masculino, simboliza la fusión íntima de los principios cósmicos de Shakti y Shiva. 
El adepto percibe así lo sagrado de la unión de los sexos, mientras repite el mantra que le ha dado el gurú.

Solamente una vez superpuestos en su mente esos dos aspectos de su compañera, ella se acercará y se unirán, después de haber cumplido otros actos rituales sobre ese triángulo, que les recordará su dimensión absoluta.

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El Budismo Theravada


Theravada es una de las Diecinueve escuelas Nikaya que formaron el Budismo Original. 
Se desarrollaron en la India durante los siglos subsecuentes a la muerte de Buda (420-368 a. C.). 
El nombre Theravada significa ‘la palabra doctrina de los antiguos’. 
Es la escuela más antigua del budismo, es relativamente conservadora y la más cercana al budismo temprano, por lo cual se podría considerar dentro de la ortodoxia. 
Basan su tradición en el llamado Canon Pali, compendio donde se transcribieron los discursos que el Buda dio a lo largo de su vida después de la iluminación.

Sin embargo, no es esta la principal característica de la escuela theravada, dado que en todas las tradiciones espirituales, las diversas variantes se adjudicarán la preservación de la doctrina original. Como apunta el historiador Richard Gombrich: «En términos doctrinales los theravadin aclaran que ellos son vibhajja-vadin, es decir ‘analistas’ que se complacen en clasificar los estados psicológicos».

El Budismo Theravada es hoy la religión predominante en algunos países del sudeste asiático, como Camboya, Laos, Birmania, Tailandia y Sri Lanka. 
La literatura sagrada Budista Theravada fue la primera conocida en occidente mediante traducciones hechas en el siglo XIX, estando actualmente completada al idioma inglés y en curso de serlo en otros idiomas.

En el mundo académico occidental, el estudio del Budismo Theravada y del idioma pali es el mejor investigado


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Buda Shakyamuni


El Buda nació en Kapilavstu al Sur del Nepal en el año 563 a. C., al nacer se le impuso el nombre de Sidarta. 
Murió en el año 483 a. C. Pertenecía al clan de los Shakya, rama de una casta, los Kshatriya, que gobernaba una pequeña confederación de tribus.

Budismo Tantrico II Parte -


Shiva y Shakti

El Tantra es una corriente holística, holos, total, completa. 
Permite que el ser humano atraviese el puente hacia la conciencia sagrada e iluminada apoyándose en lo mundano.

No divide lo que es material y espiritual sino que dice que toda división es falsa, que siempre estamos
unidos eternamente al Universo, Uno, Tao, Absoluto, como quiera que sea el nombre que le
coloquemos.

De la Unidad Original, el juego de la energía se transforma en dos polaridades, la dualidad, Shiva o el Principio Masculino y Shakti, el Principio Femenino. 
Entre ambos opuestos que se complementan se hace la luz.

En micro escala este fenómeno se presenta de muchas maneras, por ejemplo, un enchufe tiene el macho y la hembra, al enchufarlos se genera la luz a través del cable que sería la vida.
Este principio femenino-masculino se encuentra en equilibrio permanente: mujer y hombre, luna y sol, frío y calor, húmedo y seco, verano e invierno, etc.

Iluminacion

El objetivo de la práctica tántrica es el despertar, la iluminación de la conciencia.
Muchos caminos espirituales quieren el moksha, el nirvana, el samadhi, la liberación del alma entremezclada por siempre con el alma universal. 

Lo que varían son los senderos. 
Se apoya en técnicas especiales que abren desde tus sentidos físicos, puertas de percepción, hasta la actividad sexual es tomada como sadhana, práctica espiritual, oportunidad de iluminación.

Aquí se usa el sexo ritual, maithuna, para que la energía psico-espiritual, kundalini, se despierte en la zona sacro-sexual y ascienda por el conducto de la columna astral, sushumna, hacia lo alto de la cabeza, el chakra de la Sexualidad como liberación coronilla, sahasrara, provocando la iluminación.

Este proceso puede ser gradual o repentino. 
Obviamente, como todo en la naturaleza, los cambios son suaves y llevan cierto tiempo. 
Sólo las catástrofes son repentinas y como consecuencia destructivas. 
Paso a paso, purificando el cuerpo, tornándolo flexible y fuerte, alimentándose de energía, prana, a través de ejercicios respiratorios, pranayamas , posturas físicas, asanas y danzas, limpiamos los nadis los meridianos del cuerpo energético, purificando las emociones y pensamientos, intensificando la sadhana, el entrenamiento individual o grupal, iremos camino a la iluminación.

Música, Danza, Meditacion y Masaje

Existen técnicas especiales para que distribuyas toda tu energía. 
Y estas técnicas son a través de la danza y la música, porque el Tantra sostiene que la vida es una danza continua y sagrada.

A Shiva se lo representa como un bailarín. 
El tantrismo afirma que todo, absolutamente, es energía, desde la roca al vapor. 
Energía en diferentes estadios. 
Por ejemplo, si una persona está deprimida o angustiada, diremos que tiene la energía baja. Baja porque está en los primeros chakras, estancada, necesita fluir, y las danzas, la música, la respiración de limpieza o circular harán que la energía que está baja pueda subir, y como consecuencia su estado emocional y mental también cambie.
Las técnicas mueven el cambio hacia el equilibrio. 
A través de dichas técnicas, despierta los sentidos, ventanas del alma, proporcionando placer. Es aprender desde el placer no desde el sufrimiento, aprender por el gozo y la conciencia. No es un camino de santos serios, sino de budas alegres.
El Tantra hará que dancen tus células, tu emoción; hará que tu corazón se colme de entusiasmo y se
llene de ganas de vivir. Te aceptas y te amas.
Con las danzas tántricas entras a estados muy profundos de meditación en movimiento, dejando muy
atrás el estrés, las represiones y todas las falsas creencias antinaturales creadas por sistemas opresores
del ser humano. 
Con la danza te sientes libre y sirven para estimular la energía kundalini.

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El Budismo Tántrico - I Parte



A pesar de que la cultura occidental ha mostrado muy a menudo al budismo como una filosofía atea y pragmática, lo cierto es que las creencias mágicas y los poderes ocultos estuvieron siempre acompañándolo; el Budismo nació en medio del hinduísmo, que recurre mucho a explicaciones metafísicas, y en medio también de prácticas mágicas muy antiguas, inherentes a toda agrupación humana desde los tiempos más remotos.

Para muchos eruditos europeos del pasado, el Tantra representó siempre un Budismo degenerado, que había perdido su carácter filosófico abstracto tan bien estructurado, para ser reemplazado por brujerías y costumbres inmorales; el budismo perdía para ellos, con el Tantra, la exhaltación de la pobreza o la defensa de la castidad, reemplazadas por la adoración de los dioses de la riqueza y por prácticas sexuales que se suponía conducían a la salvación. 
El Tantra dista mucho de ser un budismo degenerado; es más bien el resultado de su evolución, quizás su resultado final; la inmoralidad liberadora que a veces propone el Tantra no es una degeneración, sobre todo porque las inmoralidades no nacen del hombre común sino de los santos y gurúes. 
El Tantra ofrece principalmente dos metas: el éxito (siddhi) para alcanzar la iluminación total en esta vida, y el éxito para obtener riqueza y poder; se ocupa entonces del espíritu sin por ello olvidar el cuerpo, o en otras palabras, logra integrar la espiritualidad exitosa al mundo y lo cotidiano, haciéndolo también exitoso. 
Propone para ello algunas vías, recurriendo con frecuencia a encantamientos y rituales mágicos. 
El Tantra se consolida desde el 500 d.C., pero sus fuentes son muy antiguas puesto que uno de los dos pilares que sostienen su doctrina es el pilar de la magia; es una fusión de las prácticas mágicas con la filosofía budista. 
Existe una literatura muy abundante que proviene de fuentes Tántricas, que por lo general es muy inclinada al secreto, intencionalmente oscura. 
Como en el hinduísmo, el Tantra se dividió en dos ramas principales: 

- El Tantra de la mano izquierda (principio femenino) y el de la mano derecha (principio masculino). 

- El Tantra de la mano izquierda está relacionado con el Shivaísmo y con el shaktismo, derivado del primero. 

Shakti es la fuerza creadora o potencia de un Dios representado por su esposa: 

la mujer de Shiva, Parvati o Uma, era la Gran Diosa o Madre; en el Shaktismo cada divinidad tiene dos lados, uno maligno y otro benigno. 
Varias de las deidades femeninas hindúes fueron entonces incorporadas al shaktismo budista, o Tantra de la mano izquierda.



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El Budismo Tántrico Tibetano



Desde la muerte de Buda hasta nuestros días han florecido diversas escuelas dentro del Budismo. 
Una de estas  grandes escuelas  es la del Budismo Mahayana dentro de la cual se encuadra el Budismo Vajrayana que es la forma del Budismo del  Tibet.  

Dentro del Vajrayana se encuadra la secta Gelupa, que sigue las doctrinas de síntesis  del Lama Tsangkapa  que vivió en el Tibet en el Siglo XV D. C. 
La secta Gelupa es una de las más influyentes hoy en Occidente,  a ella pertencen su Santidad el Dalai Lama y el Lama Gangchen Rimpoché.

Según el Vajrayana,  el Buda Shakiamuni estableció dos tipos de doctrinas: unas públicas recogidas en los sutras,  y otras doctrinas secretas , transmitidas individualmente  de los maestros a unos discípulos escogidos. 

Para poder recibir las enseñanzas tántricas , los monjes tibetanos debían haber estudiado durante más de veinte años las doctrinas en los monasterios. 
En esta transmisión de maestro a discípulo se establecía una línea, un linaje, que tenía  su origen en el Buda Shakyamuni .  

Este linaje se iba enriqueciendo con las vidas de los Maestros.

La invasión china del Tibet en los años cincuenta, y el exilio de muchos lamas hacia la India,  y después hacia otros muchos paises en Occidente,  puso en serio peligro de desaparición  todo este conocimiento tántrico antiguo transmitido directamente de los maestros a los discípulos . 
Estas prácticas eran de  una enorme importancia desde el punto de vista de desarrollo psíquico  y espiritual , y tenían   una gran influencia  en la salud de nuestro cuerpo. 
Este peligro, desencadenado por la invasión china del Tibet,  fue la gran oportunidad para Occidente, pues los líderes tibetanos abrieron la posibilidad de transmitir algunas de  las enseñanzas tántricas tibetanas a todos  aquellos profanos occidentales , que las quisieran de forma sincera aprender . 
Este conocimiento se ha ido transmitiendo de forma muy cauta por los Lamas. 
De hecho el Lama Gangchen durante 10 años solo trasmitió un mantra a los occidentales.

La didáctica clásica  de los sistemas tántricos consiste en  aprender  las prácticas del Gurú y en repetirlas una y otra vez hasta que se experimente su efecto. 
Lo importante es aprender las prácticas y repetirlas, independientemente de que pueda haber una lógica o un sentido en lo que hacemos. 
Lo que tiene valor  es el resultado final  de lapráctica, no los fundamentos ni la lógica  en los que se asienta. 
Esto puede ser dificil de aceptar para los occidentales educados, con mayor o menor intensidad,  en los sistemas  racionales lógicos y científicos.

Algunos  occidentales necesitamos por ello   que se nos intente explicar el fundamemto de lo que hacemos con un cierto grado de razocinio y lógica. 
El Lama Mitchel , que aprendió desde niño directamente  del Lama Gangchen muchos de los rituales tántricos, en la forma que hemos descrito,  los hacía y repetía una y otra vez  sin intentar comprenderlos. “Ponía en la lista de espera”, decía,  muchas de las acciones cuyo significado no lograba entender. 
Solo al cabo de un cierto tiempo de hacerlas y repetirlas,  los lograba , en cierto modo, empezar a entender. 
Lo importante en el budismo tántrico es la práctica y los resultados que se obtienen con el trabajo contiunado en la misma , los fundamentos y el porqué de la práctica , son siempre secundarios.

Creo, sin embargo que este planteamiento puede ser dificil de aceptar para muchos occidentales  inmersos en el mundo de la racionalidad, y que quizás precisemos  para ello de  una aproximación opuesta al problema.

Necesitamos en primer lugar  un acercamiento  al porqué hacemos las cosas. 
Luego las hacemos y , finalmente, vemos si nos son útiles o no.  Pero si no hay una lógica subyacente, nos resistimos a hacerlas.

En  la adpatación del Budismo Tántrico a Occidente, probablemente sea importante  también tener en la mente esta perspectiva, y reconocer que para muchos , el empezar directamente la práctica y repetirla , puede ser dificil sino hay una lógica subyacente que la explique.

La gran noticia es que en el budismo tántrico , también hay una  lógica que explica la práctica, a la cual en la mayor parte de las veces solo se puede llegar tras un cierto tiempo de ejercitarse en la  práctica.


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