Macha, La Pelirroja, muestra una condición dominadora y es vestigio de la época en que imperaba el matriarcado en Irlanda, que desapareció con el paso del tiempo.
Su historia: Tres monarcas había establecido reinar entre si durante siete años en Irlanda.
Uno de ellos, Aed Ryad, murió antes de acabar su periodo y su mujer, Macha Pelirroja, reclamó el trono de Irlanda.
Los soberanos Cimbaeth y Dithorba se opusieron.
Hubo guerra y Macha venció y reinó.
Esta diosa también aparece como Faïthius y representa a la tierra de Irlanda.
Concede la realeza al varón que la de esposa.
Es la hermosa joven que se transforma en horrorosa anciana que ofrece su amor al héroe elegido.
Si éste la besa y yace con ella, le ofrece el país.
También es vidente y anuncia la desgracias que van a llegar.
Finalmente la tercera de las diosas, en su manifestación humana, es la que provoca la enfermedad de los ulanos, debido a la carrera que le impone Conchobar de Ulster y a pesar de que la dama se encuentra embarazada, teniendo que competir en velocidad con unos caballos.
Macha lo hizo para evitar que el rey le cortara la cabeza a su marido, Crunnchu, quien había afirmado que su mujer, Macha, era la más rápida del mundo.
Esta, a pesar de decirle al rey que se encontraba embarazada y que sería muy peligroso para ella, no consiguió convencerle y éste, obcecado, dijo que si no corría, se fuera despidiendo de la costilla.
Macha protestó acaloradamente e incluso se dirigió a la concurrencia para suplicar su ayuda y su intercesión.
Sin embargo los ulates permanecieron callados y no hicieron nada por lo que Macha los maldijo: “¡Malditos vosotros que no habéis tenido en consideración mi estado, salvaré la cabeza de mi esposo, pero vosotros sufriréis, de ahora en adelante, el mal que yo experimentaré.
Cada nueve meses tendréis los dolores del parto!”.
Macha compitió y ganó.
En la meta, rendida, da a luz dos gemelos y por eso aquel lugar es conocido desde entonces como Emain Macha, es decir, “Los gemelos de Macha”.
En el parto dio un grito terrible y cuantos lo oyeron quedaron hechizado.
Luego, durante cinco noches y cuatro días, cada nueve meses, experimentarían los dolores del alumbramiento.
Sólo uno se libro de la maldición: Cuchulain.