29 de junio de 2013
Plantas Medicinales - Alhelí Amarillo (Cheiranthus Cheiri)
El alhelí, según todos los tratados de botánica,
comprende varias especies de dos géneros
distintos; por esta razón debe llamarse alhelí
amarillo, a fin de no confundirla.
Es una una planta anual que se vuelve un poco
leñosa a medida que envejece.
Los tallos floridos son erguidos y están recubiertos de pelitos, al igual que las hojas, que
se encuentran próximas unas a otras; son de
figura lanceolada, agudas y de bordes enteros,
un poco blanquecinas por debajo.
Las flores son de color amarillo intenso y forman un ramillete en el extremo de los tallos.
El alhelí amarillo se suele cultivar en macetas por su notable efecto ornamental, aunque también se da cimarrón, sobre todo entre muros de antiguos edificios, iglesias, monasterios, etc.
Florece desde marzo en adelante.
De la recolección con fines terapéuticos interesan las hojas y semillas.
En cuanto a las hojas, se deben recoger en el mes de septiembre.
En algunos manuales se dictan normas de recogida, concretando el tipo de clima que debe hacer e incluso la hora idónea de recogida.
Posiblemente esto se debe a la concentración de principios activos, que suele fluctuar a lo largo de la jornada.
Las semillas se recogen cuando los frutos están completamente maduros, a ser posible un poco antes de que éstos se abran por sí mismos.
Las semillas son muy ricas en aceite y además contienen diversos glucósidos cardiotónicos.
Las virtudes cardiacas del alhelí fueron descubiertas no hace mucho tiempo para otras patologías.
Pero al ser una especie que tiene efectos directos sobre el corazón, hay que cuidarse mucho de utilizarla sin la prescripción de un facultativo.
Este tipo de sustancias cardiotónicas -esto es, que tonifican el corazón- cuentan con el gran
inconveniente de que para lograr efectos óptimos hay que ajustar muy bien la dosis, ya que se pasa de la dosis terapéutica a la dosis tóxica en cuestión de miligramos.
Además, también hay que tener en cuenta la susceptibilidad de cada paciente: no existen dos personas iguales y por ello cada cual necesita una dosis diferente.
Hoy en día, todos estos estudios se realizan en hospitales, a cargo de personal muy especializado.
Y no se suele utilizar una planta, sino que se extraen los productos que interesan y se investiga con ellos, de forma que así la dosis queda muy ajustada.
Infusión. Empleando una pequeña cantidad de hojas previamente desecadas, se añaden a una taza de agua hirviendo; se bebe a pequeños sorbos, no más de dos tazas por día y con ello se logran excelentes efectos diuréticos.
En la literatura botánica existen otras preparaciones de mayor o menor actividad, pero casi siempre se utiliza en cantidades muy pequeñas y mezclada con otras hierbas.
No hay que olvidar que se trata de una planta muy activa y tóxica si se emplea mal.
Tóxico. Cardiotónico. Antiinflamatorio.
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