21 de julio de 2013
Plantas Medicinales - Apio (Apium Graveolens)
Se trata de una hierba bienal, es decir, que el tallo empieza a crecer al segundo año de su desarrollo; puede llegar a alcanzar los cincuenta centímetros de altura.
Las raíces son muy ligeras, estrechas y carnosas.
El tallo es hueco en su interior, apareciendo en su parte más exterior una serie de estrías que lo recorren longitudinalmente.
La hoja está dividida en anchos segmentos.
El desarrollo del apio es más frecuente en zonas donde existe mucha humedad, cerca de aguas saladas, aunque también puede encontrarse junto a aguas dulces, en cuyo caso su desarrollo es mayor aunque su aroma resulta menos apreciable.
Florece en verano, cuando proporciona unas flores de pequeño tamaño y color blanco, dispuestas
en una umbela que presenta desde seis hasta doce radios desiguales.
El fruto es pequeño, sin vellosidad y de forma redondeada.
Las partes que se recolectan son las aéreas, las raíces y los frutos.
Tras limpiar cuidadosamente las raíces se procede a su secado a la sombra.
En las raíces se encuentra esencia que contiene limoneno y ácidos sedanólico y sedanónico.
También presentan manitol, sales minerales y azúcares.
La parte aérea es rica en calcio, fósforo, vitaminas del grupo B, C y K, hierro, carotenos, proteínas y glúcidos.
Los frutos contienen sustancias colorantes y oleorresinas.
Todos estos compuestos le proporcionan una acción eupéptica, carminativa, remineralizante y vitamínica, empleándose principalmente como diurético y cicatrizante -esto último solo si se emplea por vía externa.
Su utilización está indicada en casos de inapetencias, meteorismos, digestiones lentas, oligurias, litiasis urinarias, obesidad, reumatismos y gota.
- Decocción. Se prepara seleccionando cincuenta gramos de raíces de apio -bien lavadas previamente- que se introducen en un litro de agua, dejándolas hervir durante doce minutos.
El líquido así obtenido se puede beber a lo largo del día antes de las principales comidas para aliviar casos de inapetencias, o al final de aquellas para facilitar las digestiones pesadas.
- Infusión. Se prepara tomando cinco gramos de los frutos del apio, que se añaden a 300 mililitros de agua previamente hervida, dejándolo en contacto durante diez minutos y ya apartado del fuego.
Después de filtrarlo, el líquido obtenido se puede tomar antes de las comidas para conseguir un efecto diurético.
- Jugo de planta. Los adultos pueden tomar una cucharada sopera, diluida en doscientos mililitros de agua o leche; se puede repetir este proceso hasta tres veces al día, antes de las comidas, para que actúe como remineralizante y diurético.
Aperitivo. Diurético. Remineralizante
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