El beleño blanco es una hierba muy dura, que aunque puede morir en un año suele aguantar dos o tres.
Los tallos son rollizos, repletos de pelillos largos, finos y suaves; las hojas tienen rabillo y forma aovada, con algunos senos en los bordes
y la nervadura saliente en el reverso.
Junto con las hojas nacen las flores, ligeramente ladeadas y sostenidas por un pequeño pezón.
El parecido de este beleño con su congénere, el peligroso beleño negro, es muy grande, siendo por ello preciso el no recolectarlo si no se conocen las diferencias entre ambos.
Se cría en las rendijas de muros, incluso al pie de estos, entre escombros y casas ruinosas, en las corralizas y todos aquellos lugares donde el hombre haya dejado su huella.
Es una especie propia de los países mediterráneos.
El beleño blanco florece a partir del mes de marzo en zonas abrigadas de las costas.
Si el ambiente no es demasiado seco, la floración se puede prolongar hasta bien entrado el verano.
De la recolección interesan las hojas.
De todas formas, en lo que respecta a esta planta, es mejor olvidarse de todo lo que se refiera a su manipulación casera, pues resulta sumamente peligrosa si se consume de forma imprudente.
En cuanto a su composición, se puede decir que es la misma que la de su pariente el beleño negro, solo que los principios activos se encuentran en menor cantidad.
Recordemos que su principio activo más característico es la hiosciamina, junto con la atropina y la escopolamina.
Estas tres sustancias también se encontraban en la belladona, otra especie afín.
Esta planta actúa principalmente como analgésico local, dilatador de la pupila (efecto midriático), acción sedante sobre el sistema nervioso central, antiasmático y antisecretor.
Estas acciones, bien empleadas, pueden servir de mucho; pero si se consume la planta accidentalmente, puede ocasionar serios problemas.
En casos extremos, una intoxicación con esta hierba produce somnolencia, delirios, convulsiones y -si no se trata a tiempo- puede llegar a desencadenar la muerte.
En el caso del beleño blanco las acciones farmacológicas son menos marcadas, pero no por ello se debe bajar la guardia…
No hay que olvidar que el desconocimiento puede provocar accidentes mortales, y cuando se trata de plantas muy activas estos efectos tan perniciosos aparecen tras el consumo de dosis relativamente bajas.
Al tratarse de una planta tóxica solo comentaremos la manera de emplearla externamente, aunque también conviene tener cuidado, ya que en determinadas zonas del cuerpo la absorción de sustancias puede ser mayor.
Se puede aplicar en forma de cataplasma; para ello se calientan las hojas, previamente maceradas en aceite.
El producto así obtenido se emplea en forma de fricciones para actuar como calmante del dolor.
Analgésico local. Antiasmático.
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