Los hermanos más conocidos del Barón Samedi son el Barón Cimetiere (Señor del Cementerio) y el Barón La Croix (Señor de la Cruz); ambos con funciones psicopompas.
El Barón La Croix (Señor de La Cruz), también Bawon Lakwa en criollo, es otro de los Loas de la muerte y la sexualidad.
Tiene un carácter más filosófico de la muerte, les señala a todos (ricos y pobres) que la vida hay que disfrutarla ya que no importan como vivan, la muerte tarde o temprano los alcanza a todos.
Como su hermano Barón Cimetiere suele ser descrito como culto y elegante.
Barón La Croix tiene la función de buscar las almas de aquellos que mueren en paz (por vejez). Descrito como sus hermanos, con traje oscuro, sombrero de copa, delgado y con la figura de un anciano cansado y triste.
A su servicio hay una serie de Ghedes que llevan el apellido La Croix (La Cruz); la mayoría de ellos fueron mortales que tras su muerte este señor de los infiernos los elevó a la categoría de Loas.
Entre los más conocidos tenemos a Ti Charle La Croix (Tío Carlos de La Cruz), también conocido como Arapice La Croix; según los cuentos se trato de un simple mortal, un pobre haitiano llamado Antoine Jean Pierre, que vivió a principios del siglo XX; cuando Haití había sido invadida por Usa.
En este periodo de la historia haitiana habían regresado las persecuciones a aquellos que practicaban los rituales vudú, y eran muy fuertes los castigos; y muchos ocultaron sus costumbres de los intrusos; pero otros usaron esa época de miedo para incrementar su poder sobre sus vecinos, ante el temor de estos de ser denunciados; así eso fue suficiente para que algunos abusaran del poder.
Tuvo la mala suerte Antoine Jean Pierre de caerle mal a un verdugo; su muerte fue rápida y sin juicio; nadie pudo reclamar justicia por su pronta muerte a los veinticinco años.
Un año después Barón La Croix sacó su alma de los infiernos y lo volvió uno de sus siervos; a quien llamo Arapice La Croix; desde entonces este Ghede ha protegido a soldados que defienden las causa justas; pero castiga duramente a aquellos que no pagan las promesas con él contraídas.
Otros miembros de la familia La Croix son: Ghede Brave (valiente) La Croix que es otro de los guardianes del cementerio; mantiene las almas de los muertos dentro y las almas de los que viven fuera.
Ghede Secretaire (secretario) La Croix, que tiene una función de archivador de las almas que llegan, etc…
Barón Cimetiere es el guardián de los cementerios, se diferencia de sus hermanos en ser más tranquilo y sosegado.
Al atender los llamados de los invocantes tiene modales más finos y pausados; que contrastan seriamente con el resto de la familia.
Aunque físicamente no se diferencia su aspecto del Barón Samedi, al usar esmoquin y sombrero de copa, salvo por ser descrito como un hombre negro, algo mayor en edad y de gran tamaño; tamaño que requiere para proteger los huesos de los muertos de aquellos que buscan robarlos en los cementerios.
Al Barón Cimetiere se le reconoce más por sus gustos caros: fumar puros y bebe vino o licores finos.
En la República Dominicana se le conoce como Papa Candelo (masculino de candela = fuego); llamado también Candelo Cedife o Viejo Candelo.
Es descrito como un Loa poderoso, humilde y estricto; y como muchos en su familia ayuda a los niños, a los que protege de la envidia.
Se le representa entre las imágenes cristianas con la estampa de San Carlos.
Entre las historias de la República Dominicana vinculadas a Papa Candelo tenemos la leyenda de su compañera, Candelina, la Morenita.
Cuentan los mitos que Candelina estaba embarazada e iba a tener un hijo sin marido; todo esto durante el tiempo en que eso era tabú y se castigaba con la muerte a aquella mujer soltera que diera a luz a un niño.
Candelina ocultó su embarazo durante todo el tiempo que pudo, pero pronto creció su estómago, y su encubrimiento fue descubierto.
Así, su castigo fue ser quemada viva en la hoguera con su hijo por nacer.
En una mañana fría a principios de febrero, la chica estaba atada a la estaca de madera y le llevaron la antorcha.
Candelina levantó la vista hacia el sol de la mañana y le pidió al buen dios que la salvara, porque alegaba ser virgen y estaba concebida por intervención divina.
Candelo viendo el evento hizo que el fuego cortara las amarras y la chica salto de las llamas; los hombres la persiguieron por bruja, y Candelo en una gran llamarada se les apareció, haciendo que huyeran.
La chica agradeció la ayuda y abrazó al Loa, que nunca había conocido el amor de otro ser; desde entonces están juntos, y mientras Candelo es el incendio que todo lo envuelve, Candelina es la llama de las velas que se prenden en los rezos a los difuntos, pero cuidado, incluso ella puede arder incontrolable.
Candelina es reverenciada con la imagen de la Virgen de la Candelaria.
Entre los Barones (Señores) de la Ghede, tenemos también a Barón Kriminel (Señor de los Criminales), que es un espíritu temido dentro de la religión haitiana.
Las leyendas señalan que se trato en vida de un asesino condenado a muerte.
Ya desde el otro mundo esta alma es llamada por los consultantes para buscar castigos (muerte) contra aquellos que han realizado crímenes violentos contra otros.
La posesión por parte del Barón Kriminel es difícil y peligrosa; si no esta a gusto con las ofrendas puede morder a la persona poseída y devorar la carne de la misma.
Él trabaja por un salario, y se señala que él suele cobrar sus ‘trabajos’ el día de todos los Santos (2 de noviembre), si no se cumple, seguro se puede espera su presencia para cobrar al día siguiente, cuando golpee su puerta y frente a usted este aquella figura enorme envuelta en cadenas; suele sicretizarse con la imagen de San Martín de Porres, tal vez porque su fiesta es el 03 de noviembre.
Para invocar a este Loa se suelen sacrificar gallinas negras, a las cuales se les rocía gasolina y se les prende fuego vivas; los gritos de las aves al ser quemadas tratan de apaciguar la naturaleza cruel del Barón Kriminel, ya que a lo mejor le recuerdan su propia muerte.
Con una naturaleza menos temible tenemos a Ghede Nibo; según la tradición un apuesto joven que fue asesinado violentamente.
Después de la muerte, fue transformado en un espíritu o loa por Baron Samedi y Maman Brigitte, para quienes se volvió su ‘hijo’.
Nibo es concebido como chico atractivo, dandi por un lado y afeminado por otro.
Suele llevar un abrigo de montar negro y bastón.
Como sus ‘padres’ suele ser llamado para ayudar a sanar, en esas invocaciones suele tomar ron blanco mezclado con hierbas medicinales y fumar cigarros.
Su atractiva apariencia juvenil es sicretizada con la imagen católica de San Gerardo.
Si por un lado el Barón La Croix busca la almas de los que mueren de viejos, Ghede Nibo recoge las que los que mueren jóvenes.
Entre sus labores es ser un intermediario entre los vivos y los muertos; dando voz a los espíritus de los muertos que no han tenido el debido entierro y reposo.
En este punto se señala que dentro del Vudú la homosexualidad no es algo que implique la exclusión en los rituales y desprecio por parte de los practicantes de la fe afro-caribeña.
En esta religión los gays y lesbianas pueden ser Houngans y Mambos sin menosprecio por su condición sexual, ambos grupos (gays y lesbianas) adoran a la diosas Freda y Dantor como sus protectores respectivamente.
Ante ello Nibo es el primero (pero no el único) de estos Loas a los que la sexualidad no se limita a personas del sexo opuesto. Cuando entra en posesión de un invocador el ambiente se llena de lasciva sexualidad en todo el alrededor.
Ghede Nibo suele ser acompañado por otro Loa descrito como transexual o andrógino, Ghede Masaka; quien es reconocido por su camisa negra, chaqueta blanca y pañuelo blanco.
Por otro lado, hablando de loas gays, en el sentido estricto, tenemos a los Barones (señores) Lundy y Limba, quienes son conocidos como ‘Los Amantes‘.
Esta pareja de Loas masculinos son los primeros abierta y sexualmente gays entre los misterios haitianos.
Su origen se encuentra seguramente entre aquellos dioses gemelos, tan comunes en la mayoría de las familias originarias de loas; pero que en la familia Ghede terminaron de ser dos hermanos convertidos en dos amantes.
Otros personajes fuertes en la familia Ghede son los capitanes; cuyas funciones recuerdan un poco a la del dios griego Caronte; mientras los distintos miembros buscan las almas en el mundo mortal, estas al llegar son enviadas a su lugar de destino final con ayuda de estos capitanes.
El más conocido de ellos es Capitán Debas (también Debard, Deebat) que es como un coleccionista almas, guiando almas en el inframundo, sobre todos a los muertos en el mar.
Suele ser descrito como un capitán de navío, nave en la que seguro transporta las almas recolectadas, de ahí su semejanza con Caronte.
Otro de estos ‘capitanes’ es Ti Jean Quinto (Tío Juan Quinto), que es descrito como un cruel Loa que asume la forma de un oficial de policía y del que se dice que disfruta de pasar tiempo bajo los puentes y se manifiesta a menudo cerca de ellos.
Las ofertas adecuadas a Ti Jean Quinto son las comidas picantes, los chiles y el ron.
Hoy no se sabe si Ti Jean Quinto era un policía muerto en deber o si se disfraza de uno.
Sin embargo algunas historias dicen que en las noches a los transeúntes se le aparece un policía, quien de alguna manera, haciendo uso de la autoridad investida, logra de los mismos que le regalen algo de licor.
Los transeúntes se dan cuenta de que algo no esta bien cuando al alejarse el oficial ven que sus zapatos no eran botas de oficial, sino que usa unas sandalias gastadas y tiene puesto un viejo y descolorido pantalón vaquero (jeans).
Por otro lado, como herencia de viejos cuentos africanos, entran en esta familia Ti Malis (Tío Malicia) y Ti Bouki (Tío Bobo); los cuentos de estos dos personajes abundan en Haití y en otras países de América; por lo general Ti Malis es un pobre golpeado por la vida, que usando su astucia vence y engaña al fuerte pero bruto Ti Bouki.
El origen de los personajes deriva directamente de las historias africanas de la Libre y la Hiena; donde la astuta e indefensa Libre, engaña a la poderosa pero bruta Hiena.
En Venezuela los cuentos de Tío Conejo y Tío Tigre muestran lo arraigado de esas viejas historias africanas en toda la población venezolana y latino caribeña.
El tío Conejo ha pasado a representar parte de la idiosincracia local y del pueblo latino en general, que ante la adversidad y la fuerza de los brutos que manejan el poder él siempre se enfrenta con astucia y algo de trampa o engaño; pero sobre todo con buen humor, ya que nos podemos reír de todo, incluso lo malo que nos ocurre.
No todos los miembros de la Ghede se mueven y promueven la muerte, algunos tienen como función avisarnos de peligros y daños; sobre todo en los niños.
Destaca en este grupo Ghede Linto; un loa que conocido por realizar milagros; y aunque muchos piensan que es un niño pequeño, debido a su cortesía,
Linto es realmente un viejo de gran altura y piel muy oscura; con bastón, gafas y un viejo sombrero negro.
Este Loa educado y dócil le encanta cantar y disfruta con el ron, el agua florida, los cigarrillos y el fuego.
Suele al aparecer dar regalos a los niños de la casa, que a veces incluyen anillos y cadenas de oro. Linto hace estos milagros para asegurarse que los niños están en buenas manos.
El trabajo de Linto es competente, directo y preciso, suele avisar de problemas hasta con seis meses de anterioridad; a fin de las familias se preparen, prevengan y protejan a sus hijos.
Otros miembros menos conocidos de esta familia son: Ghede Doubye (del suave adiós); del que se dice que dota a sus protegidos con el don de la clarividencia; Ghede Loraj (de la tormenta) es un espíritu que por lo general sólo se manifiesta durante las fuertes tormentas; Ghede Babaco (tabaco) es el hermano menos conocido del Papa Ghede; tiene un papel similar en la función psicopompa, pero no tiene las habilidades especiales de su hermano para devolver la salud y curar a los moribundos; Ghede Oussou (borracho) se muestra una chaqueta negro o malva, con una cruz marcada en la parte posterior y un pañuelo negro o malva; recibe este nombre por su gusto por ron blanco; mientras que Ghede Zaranye (el del fino arte) reconocido por su gusto por la danza y el ritmo del tambor, Ghede Plumaj (plumaje) suele llevar una pluma en su sombrero de copa; Ghede Wawe (vista); etc.; todos posiblemente manifestaciones de Ghede (Barón Samedi) mismo.
También entran en esta familia Jean Zombi (Juan Zombie), que describimos en la familia Petro como aquel mulato que en la revolución haitiana dio muerte horriblemente a varios de los blancos que quedaban en Haití tras alcanzar su libertad de Francia.
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