Es una ceremonia ritual que comporta la destrucción del "EGO", para así formar la unión entre el cuerpo físico y el mundo de la trascendencia.
Es representativa de la fuerza de los Orishas presente en el Cosmos, ineluctable mediante la cual el oficiante "Oriathé" captura y dirige una parte hacia el Iyawó.
Es un ritual ancestral de gran sigilo, que tiene por finalidad injertar la energía y poder de una deidad al iniciado llamado "Iyawó", implica la purificación de su cuerpo y alma durante 365 + 7 días, buscando su superación personal con humildad y su desenvolvimiento espiritual y sacerdotal, tratando de evitarle la mayor cantidad de tropiezos en su vida o sea el vencimiento de las dificultades, para que tenga Estabilidad, Salud, Equilibrio, Inteligencia, Prudencia, Sabiduría, Paz, Armonía, Amor, Alegría, Seguridad, Prosperidad, Fortaleza, Firmeza, Desarrollo, Comprensión, Felicidad ...
Yoko-Osha tiene una duración de siete días de los cuales son cuatro días de ceremonia muy activa. Durante este período el Iyawó deberá residir en el templo “Ilé” y permanecer en el Igbodú, todo se centra en el ayuno, la abstinencia, el estudio interior, la adquisición de conocimientos sobre el Orisha. Se deben evitar los chismes, las narraciones que degraden a otras personas.
El Iyawó tiene que permanecer los siete días en el trono del Igbodú, exclusivamente con la excepción de la letra Odi tonti Oshe en Eleggua o en el Orisha tutelar le está permitido salir del cuarto de santo.
Hay un cambio superficial de apariencia con el raspe de cabello con la excepción de cuando se hace corona por la actividad profesional del Iyawó con permiso del Orisha Tutelar, hay mínimas incisiones en la “lerí” del Iyawó finalizando el raspe de cabello con navaja, según la casa de santo y su osun debe ser pintado completo en su cuero cabelludo.
El festejo y/o adoración comunal además de la presentación al aña (danza religiosa) del Iyawó, este está vestido con ropas de diseño específico y colores relacionados con el Orisha, este se realiza en el “día del medio” en la Santería, o después de concluido el Itá en lo tradicional.
Se visita la iglesia el día Jueves, porque hay necesidad de cumplimentar con otros cultos religiosos que el Iyawó está bautizado, y se visita el mercado porque hay que dar entrada en su nuevo hogar con ofrendas adquiridas con el dinero que las personas llevaron en el día del medio.
El Ebbó a Eshu en las cuatro esquinas del mercado es una tradición para la abertura de su camino religioso.
La libreta de Itá la redacta la “Afeisitá” quien es la que atestigua que es documento fiel a la conversación del Obá y revela, a través de los “Odu”, los mensajes que deberán ser seriamente contemplados por el Iyawó.
El sacerdote o sacerdotisa que preside es llamado Padrino o Madrina es responsable del progreso del iniciado es quien pone sus fundamentos para que nazca el Iyawó y sus Oshas, supervisa que se hagan de manera correcta las ceremonias.
La Yogbona tiene la responsabilidad de enseñar al Iyawó los conceptos que forman la religión.
El nivel “Isefa” u “Onifa” (Mano de Orúnmila) en la actualidad es requisito indispensable para recibir “Elehan” en la “Regla de Osha” porque determina su Orisha Tutelar.
También el detalle del “Oddón” en el interior del “Igbodú” y su previa consagración.
Este es un asiento sagrado que no tiene alternativas para ser reemplazado.
Conformado por una estructura única (tronco o piedra) tomada directamente de la Naturaleza que proporciona un nivel de conductibilidad total de las energías terrestres.
El asiento ceremonial en el “Igbodú” según progresan ritos específicos, activan y atraen a corrientes de energía que recorren toda la superficie del “Cuarto de Santo” en un movimiento continuo en forma espiral.
Estas corrientes de energía tienen un comportamiento sinérgico, van moviéndose en busca de “oddón” previamente preparado mediante rituales que lo habilitan como centro energético con propiedades para atraer, recibir y condensar energías alrededor del Iyawó.
Las energías de polaridad positiva – masculina procedentes de “Orun” (el cielo) descenderán en respuesta al llamado de las energías de polaridad negativa femenina procedentes de “Aiyé” (la tierra) para encontrarse y originará un potente rayo no visible que entrará por “Ori” activando instantáneamente áreas cerebrales y continuará su recorrido por el interior del cuerpo físico y del cuerpo energético del “Iyawó”.
Cuando se solicita los servicios de un religioso para trabajar en una consagración, previamente se "levanta" con su respectivo derecho, que de común acuerdo, fue estipulado, este debe ser depositado frente a su Ángel de la Guarda, con dos Cocos, dos velas y un plato.
El Iwóro en la medida de sus posibilidades debe hacer un esfuerzo por rescatar todas las costumbres que se han perdido y por reforzar y mejorar las que hoy existen.
La Iyawó mujer debe tener en cuenta su ciclo menstrual antes de hacer el cronograma de la iniciación.
Porque ni la madrina, ni la Oyugbonakan, ni ninguna iwóro pueden estar participando en la iniciación menstruando, porque constituye una profanación, con la única excepción de las mujeres que en su iniciación al momento de que está sentada en el “Odó” (pilón) le ha bajado su menstruación.
El Iyawó debe haber realizado cuantas misas espirituales y de investigación se estime conveniente hasta conocer bien su cuadro espiritual (mínimo 3) y debe hacerse la misa de coronación espiritual y cumplir las ceremonias derivadas, antes de la ceremonia del río.
En la Regla de Osha todo lo ritual de coronación y/o asentamiento “Elehan” va precedido de gran seriedad y trascendencia.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Gracias por tu Comentario