La capuchina es una hierba de tallos tiernos y retorcidos, que crece a modo de enredadera.
Posee unas hojas redondeadas con largos peciolos.
En las axilas de las hojas y soportadas también por largos pedúnculos se forman unas grandes flores color naranja.
El fruto es una cápsula en cuyo interior se encuentran unas semillas rugosas.
Es una especie originaria de América del Sur, en concreto de la región de los Andes.
Fue introducida en Europa alrededor del siglo XVII y rápidamente se extendió su cultivo,
principalmente como planta ornamental.
Actualmente se cría en macetas y jardines por toda España ya que solo requiere tierra mullida y frecuentes riegos.
En Sudamérica se encuentra en estado silvestre, desde México hasta Chile.
La capuchina florece durante la primavera y el verano, aunque en determinadas zonas puede comenzar a abrirse mucho antes.
De la recolección interesa la planta entera.
Además de sus virtudes medicinales, es una
exquisita hierba comestible, muy apreciada en América del Sur.
Se come toda la planta en ensalada, sola o con lechuga o escarola; también los frutos sin madurar, macerados en vinagre y sal, son un buen aperitivo.
Y por último, las hojas se añaden a sopas, lo que las da un agradable sabor.
La facilidad de cultivo permite disponer de esta planta durante todo el verano, siendo por ello una verdura muy apreciada en épocas donde escasean otras hierbas comestibles más comunes.
El componente más importante de esta planta es un glucósido que al descomponerse libera una sustancia llamada isotiocianato de bencilo; este compuesto puede resultar irritante gástrico.
En las hojas encontramos ácido ascórbico (vitamina C).
En las semillas se forma un aceite graso, compuesto en su mayor parte de trierucina; y por último, en las flores aparecen pigmentos del grupo de las carotinas y una materia colorante llamada sorbusina.
Todas estas sustancias confieren a la capuchina propiedades antibióticas, balsámicas, expectorantes, antiescorbúticas y aperitivas.
Como antibiótico, se ha comprobado que es activo frente a gran número de gérmenes, entre
los que cabe destacar estafilococos, estreptococos y salmonella.
Además, los componentes de la planta se eliminan en gran proporción por la orina y en menor cantidad a través de los pulmones.
Por esta razón se aprovechan sus propiedades desinfectantes en infecciones agudas de las vías urinarias y de los bronquios.
Otra propiedad que se achaca a la planta entera es el ser un estupendo estimulante de la actividad del bulbo piloso, previniendo la caída del cabello y favoreciendo su crecimiento.
- Infusión. Se añade a una taza de agua hirviendo una cucharada pequeña de la planta troceada; se pueden tomar 2 ó 3 tazas al día.
- Zumo Fresco. A partir de las hojas frescas se recoge un puñado, se lavan bien y se machacan
en un mortero.
Posteriormente se exprime al máximo el zumo, que se debe beber en ayunas -unos 100 gr. por toma- por lo menos durante 15 días.
- Infusión de uso externo. Para fricciones capilares.
Se prepara una infusión con 2 gr. de capuchina por cada 100 gr. de agua.
En el mercado es posible encontrar un extracto de la planta en forma de champú, o simplemente el extracto fluido.
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