Otro modo de demostrar la existencia de vidas pasadas y futuras es analizando el proceso de dormir, soñar y despertar, por su semejanza al de la muerte, el estado intermedio y el renacimiento.
Cuando nos dormimos, nuestros aires internos burdos se reúnen y disuelven en nuestro interior y nuestra mente se vuelve cada vez más sutil, hasta que se manifiesta la mente muy sutil de la luz clara del dormir.
Cuando esto sucede, experimentamos el sueño profundo y, externamente, parece como si estuviéramos muertos.
Después, nuestra mente se va haciendo otra vez más burda y pasamos por los diferentes niveles del estado del sueño.
Finalmente, al recuperar la memoria y el control mental, nos despertamos.
En ese momento, nuestro mundo onírico desaparece y percibimos de nuevo el mundo del estado de vigilia.
Cuando nos morimos, ocurre un proceso similar. Al morir, los aires internos se disuelven en nuestro interior y nuestra mente se vuelve cada vez más sutil, hasta que se manifiesta la mente muy sutil de la luz clara de la muerte.
La experiencia de la luz clara de la muerte es parecida a la del sueño profundo.
Cuando la luz clara de la muerte cesa, experimentamos las etapas del estado intermedio o bardo en tibetano, que es como un estado onírico que ocurre entre la muerte y el renacimiento.
Pasados unos días o unas semanas, el estado intermedio cesa y, entonces, renacemos.
Al despertar de un sueño, el mundo onírico desaparece y percibimos el mundo del estado de vigilia. Del mismo modo, cuando renacemos, las apariencias del estado intermedio cesan y percibimos el mundo de nuestra nueva vida.
La diferencia principal entre el proceso de dormir, soñar y despertar, y el de la muerte, el estado intermedio y el renacimiento, consiste en que cuando la luz clara del sueño cesa, se mantiene la conexión entre la mente y el cuerpo, mientras que cuando la luz clara de la muerte cesa, la conexión se rompe.
Esta es otra prueba de la existencia de vidas pasadas y futuras.
Por lo general, pensamos que los objetos que aparecen en los sueños no son reales, mientras que los que percibimos cuando estamos despiertos sí lo son; pero Buda dijo que todos los fenómenos son como sueños porque no son más que meras apariencias en la mente.
Para aquellos que saben interpretarlos de manera correcta, los sueños pueden revelar ciertos significados.
Si, por ejemplo, soñamos que visitamos un país en el que nunca hemos estado, puede indicar lo siguiente: que estuvimos en ese lugar en alguna vida pasada, que lo visitaremos más adelante en esta vida o en una futura, o que hemos tenido alguna relación con él recientemente, como haberlo visto en la televisión, haber recibido una carta procedente de allí, etcétera.
De igual modo, si soñamos que volamos, puede significar que en alguna vida pasada fuimos un ser que podía volar, como un pájaro o un meditador con poderes sobrenaturales, o tal vez sea una predicción de que lo seremos en el futuro.
Soñar que volamos también puede tener un significado menos directo y simbolizar, simplemente, una mejoría de nuestra salud física o mental.
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