El Cedro del Líbano es un árbol de hoja perenne que pertenece a la familia de las abietáceas.
Es un árbol utilizado en algunos jardines ya que el aspecto general de la planta es muy vistoso y atractivo.
Tarda varias generaciones en alcanzar su máximo esplendor, llegando a superar los 30 m de altura en la mayoría de las ocasiones.
Esta conífera tiene el tronco grueso en la parte baja y las ramas más bien caídas; la copa es de forma piramidal, con las ramas extendidas en horizontal.
Sus hojas son persistentes y los conos tienen forma esférica.
El Cedro del Líbano crece en lugares situados entre los 1.000 y 2.000 metros de altitud.
Es común encontrarlo en América del Norte.
La época de floración se produce durante la primavera.
La parte recolectada son las hojas, que luego se utilizarán para extraer de ellas la esencia.
Algunas se conservan frescas después de recogerlas pero otras son desecadas para que duren más tiempo.
Se colocan en montones en un lugar soleado y después se almacenan en zonas sin humedad y a la sombra.
También se pueden almacenar en frascos de cristal herméticamente cerrados.
Esta planta no se utiliza mucho en nuestro país ya que normalmente se sustituye por otras más abundantes en esta zona.
Su principal propiedad es la de antiséptico, pues se puede utilizar para desinfectar.
Debe utilizarse de forma externa para curar enfermedades de la piel, alergias o algún sarpullido.
Es muy frecuente encontrar este árbol en jardines muy grandes, ya que su aspecto es muy agradable y alcanza alturas superiores a los 30 m.
El único inconveniente es que tarda varias generaciones en ser un árbol maduro y es necesario tener mucha paciencia.
- Emplasto. Se machacan 5 gr. de hojas y se colocan en un paño de algodón; se aplica el preparado sobre pequeñas heridas para desinfectar.
Su efecto es leve pero puede ser utilizado si no hay otra cosa mejor a mano.
- Bálsamo. Se extrae la esencia de las hojas y se prepara un bálsamo.
Antiséptico. Alergizante. Balsámico
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