La centaura menor es una hierba bienal que entallece al segundo año.
Su tallo es simple y tieso, recorrido de un lado a otro por dos pares de alitas estrechas y claras que van alternando al pasar de uno a otro entrenudo.
Las hojas inferiores tienen una forma entre aovada y elíptica y conforman una roseta en la base de la planta; en cambio, las que nacen en el tallo carecen de rabillo y son más estrechas y cortas.
Las flores forman ramilletes terminales, sostenidas por unos rabillos muy cortos.
Se cría en terrenos húmedos, tanto en tierras bajas como en alturas de hasta 1.500 m.
Es posible encontrarla por casi todo el país, siendo su presencia más abundante hacia el norte.
La centaura florece de junio a septiembre.
De la recolección interesan principalmente las sumidades floridas o a punto de florecer; se arrancan -con cuidado de no llevarse toda la planta- y se ponen a secar rápidamente a la sombra o en secadero.
Una vez secas, se conservan en saquitos o bolsas herméticas.
Para ver si hemos realizado convenientemente el secado, tenemos que observar las flores, que no deben haber perdido su color rosado.
En la composición de esta hierba encontramos heterósidos amargos, trazas de alcaloides, sales potásicas, magnésicas y taninos.
Entre las acciones farmacológicas más patentes cabe destacar el que se trata de un buen aperitivo, ya que contiene un principio amargo en estado puro.
De hecho, antiguamente a esta especie se la denominaba "hiel de la tierra", aludiendo al amargor que produce su ingesta.
También es una planta diurética, carminativa, hipoglucemiante, estimulante de las secreciones digestivas y antipirética.
A nivel externo se puede usar como vulnerario y antiinflamatorio.
Todas estas acciones farmacológicas hacen que la centaura menor esté especialmente indicada en digestiones lentas, meteorismo, catarro, fiebre, hipercolestemia, falta de apetito, diabetes y reumatismo.
En uso externo resulta eficaz en úlceras dérmicas y heridas, e incluso algunos lo aplican en casos de alopecia -aunque hay que decir que no se obtienen muy buenos resultados.
.- Infusión de uso interno. Se prepara con 30gr. de las sumidades de centaura en un litro de agua hirviendo.
Al ser de insoportable amargor, es casi imposible encubrirlo con azúcar, así que conviene añadir miel y un chorrito de anís.
De esta infusión se toman tres tazas al día, media hora antes de las comidas.
.- Polvo. La planta reducida a polvo se puede administrar a razón de 2-4 gr/día en cápsulas de 0,25 gr., tomadas antes de las principales comidas.
.- Decocción de uso externo. Se emplea a razón de 60-80 gr. de la planta por litro de agua, dejándolo hervir durante 10 minutos.
Se debe aplicar en forma de lavados o compresas sobre heridas o úlceras dérmicas.
Los que quieran experimentar esta decocción en la lucha contra la calvicie, la pueden aplicar en forma de fricciones sobre el cuero cabelludo.
Diurético. Antipirético. Aperitivo
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