Es una planta perenne que suele medir de tres a cuatro palmos de altura.
Sus hojas están divididas en segmentos y tienen los bordes dentados; la base está formada por dos gajos triangulares que abrazan el tallo; sus flores son de color amarillo y se encuentran agrupadas en ramilletes de cuatro o cinco.
Al partir los tallos o las hojas se puede observar que fluye látex.
La cerraja es originaria de Oriente Medio y Europa Oriental.
En España se puede encontrar por todo el territorio, principalmente en huertas y ribazos.
Pueden crecer en cualquier parte de la ribera de un río, tanto en la zona próxima a la orilla del mar como en las montañas de 2.000 metros de altitud.
La cerraja es una planta que puede florecer prácticamente durante todo el año.
Los frutos son muy pequeños, de color pardusco, y tienen la piel con numerosas arrugas muy finas.
La recolección de la planta se efectúa en otoño y se realiza por partes, siendo las hojas las primeras en ser recolectadas para pasar después a recoger la raíz.
Se almacenan en la sombra, donde se espera a que se sequen; después se airean las hojas y la raíz se expone rápidamente al sol.
Las hojas y tallos de la cerraja contienen en su interior una sustancia denominada látex, que contiene fitosferina; del resto de sus componente se conoce bastante poco.
Pueden aplicarse en forma de emplasto sobre el estómago y las heridas infectadas con pus.
El jugo de esta planta es un buen remedio contra los dolores de estómago.
Antiguamente era muy común preparar el agua de cerrajas en todas las farmacias, y se empleaba contra todo tipo de dolencias.
Pero a partir del siglo XVIII empezó a considerarse este preparado poco útil, por lo que dejó de utilizarse.
Las cerrajas también tienen propiedades laxantes, diuréticas, depurativas y digestivas
Algunas hojas de cerraja son comestibles, especialmente las más tiernas.
Pueden utilizarse crudas, como sustitutas de la lechuga en la ensalada, o cocinándolas como cualquier verdura.
- Infusión. Se pone a hervir un poco de agua y después se añaden hojas y raíces de cerraja.
Se recomienda tomar una taza antes de cada comida.
- Decocción. Se cuece un puñado de hojas de cerraja, se cuela y se deja enfriar el preparado.
Tomar tres tazas al día.
.- Emplastos. Se aplica una cataplasma (fabricada a base de hojas de cerraja) sobre la parte afectada de la herida.
- Jugo. Preparando la raíz de las cerrajas correctamente, es decir, moliéndola y tostándola, se puede preparar una bebida parecida al café.
- Comida. Las hojas pueden comerse crudas en ensalada o cocidas como verdura.
Refrescante. Diurético. Galactogogo
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