El Taoismo se creó hace unos 2500 años en China. Fue fundada por Lao-Tzu, a quien Confucio describía como el dragón que cabalgaba los vientos y las nubes.
Su texto principal es el Tao te Ching o el “Libro de la razón y la virtud” es uno de los libros más breves de todas las religiones con solo 5000 palabras. También son una referencia importante las escrituras sagradas de Chuang-tsu.
Se estima que el Taoismo es practicado por aproximadamente 50 millones de seguidores, principalmente en China y otros países asiáticos.
Debido a la gran mística inherente a la tradición Taoista existen un alto número de sectas derivadas de sus diversas interpretaciones.
El Tao o “camino” nunca ha sido descrito con palabras, de esta forma, se deja a aquel que “busca” encontrarlo por sí mismo en su interior. Lao-tzu escribió “El Tao que se puede describir no es el Tao eterno”
El Taoismo se centra en el nivel espiritual del ser. El Tao-te-Ching compara al hombre “realizado” con el bambú; recto, simple y útil en el exterior y hueco en el interior. El espíritu del Tao se basa en la vacuidad, pero no existen palabras para describir su espontaneidad y eterna novedad.
Los fieles de esta creencia, son adiestrados para buscar el Tao en todas partes y todos los seres. Los templos Taoístas son el hogar de seres divinos que guían la religión y bendicen y protegen a sus adoradores. Un concepto único al taoísmo es el wu-wei, la inacción. Esto no quiere decir la falta de acción, sino el no exceso de acción espontanea derivada de las necesidades según surgen, ni dejándose llevar por la acción calculada y no actuando de tal forma que se exceda el mínimo requerido para obtener resultados efectivos. Si permanecemos quietos y callados, y escuchamos la llamada interna del Tao, actuaremos sin esfuerzo, de manera eficiente, raramente reflexionando sobre las materias y las cosas. Seremos nosotros mismos tal y como somos.
Incompatible con el desarrollo de una teoría política explícita, el taoísmo ejerció su mayor influencia en la estética, en la higiene y en la religión chinas. Junto al taoísmo filosófico y místico ya expuesto, el taoísmo además se desarrolló en el ámbito popular como un culto en el que la inmortalidad se buscaba a través de la magia y el uso de diferentes elíxires. La experimentación en alquimia abrió el camino para el desarrollo, entre los siglos III y VI, de diversos cultos basados en la higiene que querían prolongar la vida. Esto evolucionó a un sistema general de higiene, aún en práctica, que hace hincapié en la respiración regular y en la concentración para evitar la enfermedad y contribuir a la longevidad. En el siglo II D.C., aparecieron organizaciones religiosas taoístas populares vinculadas con la curación por la fe. Después, bajo la influencia del budismo, grupos religiosos taoístas adoptaron el monacato institucional y un interés por la vida futura del espíritu bastante mayor que por la inmortalidad del cuerpo. La organización básica de estos grupos fue la parroquia local, que mantenía a un monje taoísta mediante diversas aportaciones. El taoísmo fue reconocido como la religión oficial de China mientras breves periodos de su historia. Después se desarrollaron varias sectas taoístas, y en 1019 se le entregó un extenso territorio en la provincia de Jiangxi (Kiangsi) al líder de una de ellas. Los sucesores de este patriarca mantuvieron el control sobre esta región y la supremacía nominal sobre el clero taoísta local hasta 1927, en que fueron expulsados por los comunistas chinos. En la China contemporánea, el taoísmo religioso tiende a fundirse con el budismo popular y con otras religiones.
Los Objetivos Del Taoismo.
El objetivo principal del Taoismo se puede describir como la intuición mística del Tao, que es el camino, el Significado Primigenio, la Unidad sin Divisiones, la Realidad Ultima. El Tao es el camino de todos los seres, es el principio sin nombre del Cielo, de la Tierra, y es la madre de todas las cosas. Aquel que descubre el Tao, destapa las capas de consciencia más profundas de tal forma que llega a la consciencia pura y, puede por tanto, apreciar la verdad interna de todas las cosas. Solo aquel que esté libre de deseo podrá acoger el Tao, llevando por tanto una existencia de “actividad inactiva” No hay Dios personal en el Taoismo, y por lo tanto no existe una unión con él.
Camino De La Iluminacion
Aquel que sigue el Tao, sigue el orden natural de las cosas, no buscando la mejora de la naturaleza o legislando la virtud para terceros. El Taoista observa el wu-wei o la inacción de la misma forma que el agua busca y encuentra su nivel apropiado sin esfuerzo. Este camino incluye la purificación de uno mismo a través del control de los apetitos y las emociones, lo cual se logra parcialmente a través de la meditación, el control de la respiración y otras formas de autodisciplina, por lo general bajo la supervisión de un Maestro. No obstante, la forma básica de práctica es la “bondad” o naturalidad, así como el desarraigo de las “10.000 Cosas” del mundo.
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