Cuenta la leyenda que hace mucho, había una casa en medio de un gran campo que estaba lejos de la urbanización donde vivían una mujer y su esposo.
El Hombre salia todas las noches al campo a trabajarlo ya que por las tardes siempre hacía un calor agotador, y como era de esperar, siempre a altas horas de la noche se podía oír al hombre trabajar con la tierra.
Una noche, los esposos tuvieron una fuerte discusión.
Al día siguiente, el Esposo llegó a su hogar después del trabajo y su Mujer estaba cortando las verduras para la cena.
Él pidió a su Mujer un vaso de agua para beber, cuando ella iba a dárselo aún recordaba la pelea de la noche anterior y en un descuido, se le cayó el cuchillo que tenia en las manos.
Éste fue contra la mano de su Esposo y la amputó.
El Hombre horrorizado, corrió rápidamente hacia su auto y fue al hospital más cercano.
Aquella noche él no volvió.
Con el pasar de los años en una noche, la Mujer sola en su hogar, estaba preparando su cena hasta que de pronto, escuchó como si estuvieran trabajando la tierra.
Lo raro era que no había nadie haciendo eso en su propia granja.
Conforme se intensificaba el bullicio, parecía que trabajaban la tierra a ritmo de un baile algo macabro.
La Mujer, reunió valor para asomarse por su ventana y ver quien o que hacia tal ruido, sin embargo, el ruido cesó de inmediato y no hubo nada a la vista.
Un rato después, llamaron al timbre de su hogar.
La Mujer abrió y vio a un pobre hombre que pedía un vaso de agua.
Ella no se negó y cuando le iba a dar el agua, vio las manos extendidas del vagabundo: una entera y otra cortada.
Ella por curiosidad, preguntó quien la había cortado la otra mano; a lo que el vagabundo respondió a voz viva: "¡Tuuuuuuuuuuuuuuuuuu!!".
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