Los celtas carecieron de una unidad mitológica, como de alguna manera correspondía al extenso y complejo conglomerado de tribus y pueblos que constituyeron su sociedad. De esta manera, según las regiones, aparecen dioses y mitos con distinto nombre y, por lo general, con singularidades locales. Aun así, es posible destacar una serie de temas recurrentes, como las aventuras de guerreros valerosos y heroicos y el descubrimiento del mundo de la naturaleza y sus intrigantes y misteriosas dimensiones.
Justamente por esa carencia de unidad, la mitología celta se ha dividido en varios subgrupos, entre los que destacan: la religión céltica antigua; la mitología irlandesa, a su vez dividida en varios ciclos (el Mitológico, el de Ulster, el de Fenian y el Histórico); y finalmente la mitología galesa.
Dentro de la mitología celta irlandesa, existe un mito originario en el que dos razas se hallan en permanente guerra: la raza de los Tuatha De Danann y los Fomoré. Los primeros fueron el quinto grupo de habitantes de Irlanda y están asociados con los grandes reyes y héroes; los segundos, en cambio, constituyen una raza de gigantes que amenazan constantemente con invadir Irlanda, representando a las fuerzas del mal.Origen mitológico
La mitología celta funda un escenario original en donde dos fuerzas luchan encarnizadamente entre sí: los Tuatha De Danann (Tribus de la Diosa Dana), formada por los grandes dioses del panteón irlandés, y los Fomoré, una raza de gigantes que viven en las islas que rodean a Irlanda y que siempre amenazan con invadirla. Los primeros representan a la sociedad humana y su desarrollo económico y cultural; la segunda, en cambio, a la naturaleza salvaje y las fuerzas oscuras que conspiran contra aquélla.
Mito de la Creación del Mundo
En un comienzo, Dios profirió su nombre, y el Manred (la primera sustancia del Universo) fue formado. El Manred era un conglomerado de diminutas partículas indivisibles, cada una de las cuales eran Dios y a la vez parte de Dios. La vida surgió de Annwn (la nada). Fue Partholan el primer ser en llegar a Irlanda. Llegó con su Reina Dalny y un grupo de compañeros. Vinieron del Oeste, de la tierra de los muertos. Poco tiempo después de haberse instalado en esta tierra, tuvieron que luchar contra la temible raza de los Fomoré: seres crueles, violentos, deformes y malignos. Los vencieron después de largas luchas. Los Partholeanos desaparecerían tiempo después, a causa de la gran peste.
Los Fomoré retomaron el poder en Irlanda y bajo el mando de sus dos reyes: Morc y Connan, tenían totalmente tiranizada la tierra de Partholan. Fue entonces que llegaron los nemedios, parientes de la raza de Partholan. Estos dieron una fuerte lucha, pero al final salieron derrotados por los fomoré. Solo treinta nemedios sobrevivieron a la cruenta guerra. Se dice que de estos treinta había una familia que se llamaba Britan, y se debe a ésta el nombre actual de Gran Bretaña.
Tiempo después apareció el gran pueblo de Dana. Ellos vinieron del cielo, pues su origen era divino. Dana era hija del jefe de los dioses Dagda. Los danaanos se esparcieron por cuatro grandes ciudades: Falias, Gorias, Finias y Murias. En cada ciudad adquirieron conocimientos propios de cada región. De Falias trajeron la Piedra del Destino, la cual se ponían los reyes al ser coronados. De Gorias se trajeron la Espada Invencible de Lugh. De Finias trajeron una lanza mágica y de Murias el Caldero de los Dagda, el cual tenía la propiedad de poder alimentar a todo un ejército y no quedar nunca vacío.
Fue con todas estas posesiones que llegaron a Irlanda. Al llegar se encontraron con los Firbolgs (seres mortales). Estos no aceptaron ningún tipo de tratado sobre división de tierras, así que declararon la guerra a los danaanos. Se enfrentaron en Moytura, en los danaanos estaba Nuada, el de la mano de plata, quien no podía ser rey debido a su defecto de la mano. La victoria fue de los danaanos gracias, entre otras cosas, a sus artes mágicas.
Nuada Airgetlamh
Sucedió entonces que el pueblo quería a Nuada como rey a pesar de su defecto.
El monarca actual: Bres, tuvo que ceder su corona. Poco después Bres se enteró que era pariente directo de la corte de los fomorianos (enemigos de los danaanos). Así que traicionando a su gente, buscó el apoyo de Balar, rey de los fomorianos, para conquistar al pueblo de Dana.
Balar era conocido como el Ojo Diabólico, pues tenía un solo ojo y con la sola mirada de éste podía matar a quien quisiera. Pero, por cuestiones de vejez, no podía mantener el ojo abierto mucho tiempo. El pueblo de Dana cayó entonces bajo el yugo de los fomorianos por un largo tiempo. Los danaanos esperaban con ansia la llegada de un Salvador que los libertara de la tiranía en que vivían.
Este Salvador llegó por fin con el nombre de Lugh, hijo de Kian y nieto de Balar. Fue gracias a Lugh que los danaanos se enfrentaron a los fomorianos en una gran batalla y terminaron derrotándolos. En esta batalla perdieron la vida Nuada, el de la Mano de Plata y Balar, el del Ojo Diabólico. Para matar a Balar, Lugh tuvo que esperar a que el gran ojo se cerrara para lanzarle una piedra que se incrustó en su cerebro.
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