La diosa Deva literalmente “diosa”, de acuerdo con un desarrollo vocálico céltico y cuya existencia aparece constatada en hidrónimos afluentes del río Miño, ha de considerarse un apelativo genérico de la anterior diosa Navia sobretodo si tenemos en cuenta que Deva es también el nombre del arroyo que forma el famoso salto de la Vírgen de Covadonga (Cangas de Onís).
En la cultura celta, la diosa Deva es adorada por encima de otras deidades por que de ella emanaba la vida, la purificación y la salud y el amor.
Cuenta la leyenda que el agua del mar era dulce hasta que Deva se enamoro de un humano.
Su amor duro solo una noche y Deva volvió al fondo del mar para cumplir con su deber, pero volvió inundada de tristeza y sus ojos no han dejado de llorar desde entonces y dicen que el agua del mar es desde entonces salina, por las lagrimas de su Diosa.
En la Cueva de Praileaitz, situada en Sasiola al borde de una cantera en activo que amenaza con destruirla, se han hallado en ella una serie de pinturas simbólicas, puntos y rayas rojas, que se han datado, provisionalmente, como del periodo Solutrense.
También se han encontrado 29 collares de carácter ritual, uno de ellos hecho con figuras femeninas del estilo de las venus centroeuropeas, estos colgantes están datados en el Magdaleniense.
La ausencia de otros restos, como restos de talla o fauna hace suponer que la cavidad fue habitada en la época Magdaleniense por un solo individuo que sería un chamán y que se utilizaría para la realización de actos rituales de carácter espiritual.
La cueva ha sido habitada en un largo período de tiempo, antes y después de haberla usado como sitio ritual. La relevancia de los hallazgos hacen que la importancia del yacimiento sea internacional. En los municipios de Deva y Motrico existen colectivos ciudadanos que trabajan para la protección del patrimonio rupestre de esta cueva y que han denunciado sistemáticamente todos los incumplimientos detectados.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Gracias por tu Comentario