Relatos del Nuevo Testamento, (2005), 145–147
Después de Su resurrección, Jesús se quedó con Sus apóstoles por cuarenta días. Les enseñó muchas cosas acerca del Evangelio y acerca de Su Iglesia.
Hechos 1:1–3
Les dijo que enseñaran el Evangelio a todos. También les dijo que pronto los dejaría, pero que recibirían el Espíritu Santo para ayudarles.
Hechos 1:4–8
Los apóstoles vieron a Jesús subir al cielo. Dos ángeles vestidos de blanco les dijeron a los apóstoles que algún día Jesús regresaría del cielo.
Hechos 1:9–11
Ahora los apóstoles eran los líderes de la Iglesia de Jesucristo en la tierra. Pedro era el Presidente, y Santiago (Jacobo) y Juan eran sus consejeros.
Mateo 16:18–19; Doctrina y Convenios 81:1–2; Jesús el Cristo, págs. 232–233
Sólo había once apóstoles, porque Judas estaba muerto. Nuestro Padre Celestial les dijo a los apóstoles que escogieran a Matías para que fuera uno de los Doce Apóstoles. Todos los apóstoles tenían un llamamiento especial en el sacerdocio.
Mateo 27:3–5; Hechos 1:15–17, 21–26; Doctrina y Convenios 102:8
Los apóstoles y los otros discípulos tenían fe en el Señor y obedecían Sus mandamientos. Se amaban unos a otros.
Hechos 2:41–47
Con el sacerdocio y el poder del Espíritu Santo, los apóstoles podían hacer muchas cosas. Sanaron a los enfermos y fueron misioneros. Enseñaron acerca de Jesucristo y Su evangelio. Muchas personas creyeron las palabras de los apóstoles y se unieron a la Iglesia. A los miembros de la Iglesia se les llamaba santos.
Hechos 2:2–4, 32–33, 36–43, 47; 3:1–8; Romanos 1:7
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