Oshún, hermana de Yemayá, había tenido un disgusto con ella y se fue a formar su reinado. Por donde quiera que pisaba, se abría un cauce y nacía un río.
Formó su gobierno con su compañero Inle.
De esta unión nació un hijo, pero Inle no se ocupaba de su mujer Oshún y empezaron sus trabajos y miserias a tal extremo, que no hacía más que llorar y lamentarse de lo que le pasaba.
Formó su gobierno con su compañero Inle.
De esta unión nació un hijo, pero Inle no se ocupaba de su mujer Oshún y empezaron sus trabajos y miserias a tal extremo, que no hacía más que llorar y lamentarse de lo que le pasaba.
En eso, un día, se le apareció Shangó y Oshún le contó cuanto a ella le pasaba y éste la aconsejó que fuera a ver a Orunla.
El color del vestido de Oshún era blanco, pero como ella estaba tan mal y en la parte en que ella vivía la tierra era colorada y había tantas palomas que ella tenía que lavar su único vestido tantas veces que se le puso amarillo.
El color del vestido de Oshún era blanco, pero como ella estaba tan mal y en la parte en que ella vivía la tierra era colorada y había tantas palomas que ella tenía que lavar su único vestido tantas veces que se le puso amarillo.
Shangó entonces le dio muchos consejos a Oshún y la hizo ir a casa de Orunla.
Este la registró y le salió Eyiogbe.
Orunla le dijo cuanto le acontecía y la mandó a que le dijera a Inle que fuera a verlo, pero Inle no quiso ir a ver a Orunla.
El desprecio de Inle no afectó a Orunla, mas éste lo mandó a buscar otra vez con Eleguá.
Esta vez tampoco hizo caso y no acudió. Entonces Orunla le dijo a Oshún que tenía que hacer ebbó meta con un pollito, un güiro, ekú, eyá tuto meta y epó.
Este la registró y le salió Eyiogbe.
Orunla le dijo cuanto le acontecía y la mandó a que le dijera a Inle que fuera a verlo, pero Inle no quiso ir a ver a Orunla.
El desprecio de Inle no afectó a Orunla, mas éste lo mandó a buscar otra vez con Eleguá.
Esta vez tampoco hizo caso y no acudió. Entonces Orunla le dijo a Oshún que tenía que hacer ebbó meta con un pollito, un güiro, ekú, eyá tuto meta y epó.
Oshún hizo su ebbó y Orunla se lo mandó a poner en un camino que le trazó y le advirtió que ella no se asustara.
Cuál fue su asombro al ver que a la curva del camino se destacaba un gran palacio en el cual vivían tres hermanos: dos jimaguas y un Ideú.
Al ver ellos la presencia de Oshún, se asombraron tanto que del asombro salió una discusión entre ellos y cada uno sacó su espada y se batieron.
Cuál fue su asombro al ver que a la curva del camino se destacaba un gran palacio en el cual vivían tres hermanos: dos jimaguas y un Ideú.
Al ver ellos la presencia de Oshún, se asombraron tanto que del asombro salió una discusión entre ellos y cada uno sacó su espada y se batieron.
Viendo ella caer muerto uno de ellos, asustadísima, soltó su ebbó y salió corriendo y cuando llegó, le contó a Orunla lo que había visto.
Este la mandó a que saludara a Eleguá y que tomara agua y descansara.
Ella así lo hizo, y después que había descansado la mandó a que hiciera ebbó otra vez con un akukó, una botella de agua, un güiro y una calabaza y la mandó a que la llevara al mismo lugar. Por miedo, ella no quiso llevarlo, pero Orunla la convenció y ella se decidió.
Este la mandó a que saludara a Eleguá y que tomara agua y descansara.
Ella así lo hizo, y después que había descansado la mandó a que hiciera ebbó otra vez con un akukó, una botella de agua, un güiro y una calabaza y la mandó a que la llevara al mismo lugar. Por miedo, ella no quiso llevarlo, pero Orunla la convenció y ella se decidió.
Cogió su ebbó y cuando llegó al lugar los dos hermanos que quedaban, al notar la presencia de Oshún, de nuevo volvieron a esgrimir sus espadas y se batieron.
Viendo ella que el Ideú le daba muerte al hermano jimagua que quedaba; ella botó su ebbó y salió horrorizada del caso y cuando llegó, le contó de nuevo a Orunla la escena que había visto.
Viendo ella que el Ideú le daba muerte al hermano jimagua que quedaba; ella botó su ebbó y salió horrorizada del caso y cuando llegó, le contó de nuevo a Orunla la escena que había visto.
Orunla la mandó a que saludara a Eleguá, tomara agua y descansara. Una vez descansada, le dijo que orugbó de nuevo con una manta o género amarillo, pluma de loro, un chivo, una freidera, un güiro, dieciséis palomas, dieciséis varas de género y opolopó owó.
Y ella hizo el ebbó y Orunla le dijo que volviera a ponerlo en el mismo lugar.
Cuando ella llegó, le salió al encuentro el Ideú y le dijo que no huyera, en donde ella, más bien por miedo se detuvo y entonces él le dijo que allí estaba su felicidad porque eso era un gran palacio donde había mucha riqueza y ella podía encontrar cuanto pudiera apetecer y como él sabía que él se iba a morir, quería que ella fuera la poseedora de aquella grandeza que allí había.
Cuando ella llegó, le salió al encuentro el Ideú y le dijo que no huyera, en donde ella, más bien por miedo se detuvo y entonces él le dijo que allí estaba su felicidad porque eso era un gran palacio donde había mucha riqueza y ella podía encontrar cuanto pudiera apetecer y como él sabía que él se iba a morir, quería que ella fuera la poseedora de aquella grandeza que allí había.
Fuentes: Ashe Santeria
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