Es que finalmente, nos hemos dado cuenta de que las civilizaciones orientales, son algo mas que puro exotismo, que hay mucho que aprender en las doctrinas Zen, que el taoísmo es toda una filosofía completa, que incluso los molinillos de oraciones tibetanos tienen un profundo significado místico, que el la época de la periclitada revolución de Mao y la siempre transformante industrialización de japón y los abrumadores contrastes políticos, sociales y económicos del subcontinente asiático hay multitud de enseñanzas que pueden ayudar a nuestra cada vez mas materialista civilizacion Occidental a ser un poco mejor.
Si lo reducimos a sus elementos mas básicos, el I' Ching es la sencillez personificada.
Todo su desarrollo se basa únicamente de ocho trigramas ya mencionados, que simbolizan los ocho elementos primordiales de la naturaleza.
Estos ocho trigramas, derivados de los primitivos símbolos de Ying y el Yang, desdobrados como veremos en la "Próxima Entrada".
Fuentes Consultadas
Editorial Planeta
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