Relatos del Nuevo Testamento, (2005), 152–153
Muchas personas de Samaria escucharon el Evangelio y lo creyeron. Fueron bautizados, pero no tenían el Espíritu Santo.
Hechos 8:5, 12–16
Pedro y Juan fueron a Samaria. Pusieron las manos sobre la cabeza de las personas y les dieron el don del Espíritu Santo.
Hechos 8:14–17
Un hombre llamado Simón vio que Pedro y Juan daban el don del Espíritu Santo. Él sabía que los dos apóstoles podían dar ese don a las personas porque tenían el sacerdocio, y él también quiso tener el sacerdocio.
Hechos 8:9, 18–19
Les ofreció dinero a Pedro y a Juan para que se lo dieran. Pedro le dijo a Simón que nadie puede comprar el sacerdocio. Dios se lo da a los hombres justos. Pedro sabía que Simón no era un hombre justo, y le dijo que se arrepintiera.
Hechos 8:18–24