"Señor y Dios nuestro que llamaste al desierto a San Onofre para que te sirviera con una vida santa y fuera nuestro intercesor ante ti; haz que, desde lo mas profundo de mi alma, llegue hasta tu divina misericordia, el arrepentimiento sincero de mis culpas.
Que también mi ofrenda te sea agradable.
Que me convierta en constante pregonero de ese amor que tú nos enseñaste desde la cruz.
Que sepa conservar la fidelidad de tu Palabra.
Que confiese, públicamente, mi fe cristiana, ante los hombres como heredero de una semilla de inmortalidad.
Junto a ti, divino redentor, pongo mis alegrías y mis penas ,mis trabajos y mis sufrimientos, mis dolores y mis inquietudes.
Que sean agradables a tus ojos, Señor, y que a través de nuestro protector y nuestro guía, San Onofre, suban como incienso puro a tu presencia para salud de mi cuerpo y fortalecimiento de mi espíritu.
Amén."
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