Nos gusta soñar despiertas y recrearnos en esa vida imposible que no podemos vivir.
No es malo imaginarnos viviendo otra vida, siempre y cuando ello no nos impida disfrutar de lo que tenemos en la realidad.
El complejo de Bovary lo sufren esas personas insatisfechas que viven más en los sueños que en la realidad. En nuestro diccionario de complejos también tratamos el bovarismo.
Qué es el complejo de Bovary
Si a veces recurrimos a los mitos para entender algunos complejos, el complejo de Bovary nos lleva a la literatura francesa.
La historia de Madame Bovary narrada por Flaubert es la historia de una mujer aficionada las novelas románticas que desea vivir una vida más parecida a la de esas novelas que la que impone la cruda realidad. La historia acaba mal, muy mal, lo advertimos para quien no haya leído la novela.
Y es que la frustración que provoca darse cuenta de que la vida real no es como la vida que soñamos puede desembocar en este complejo psicológico que requiere de terapia para superarlo.
Se trata de un desajuste emocional por no poder aceptar que los sueños, sueños son y que la realidad es bien distinta.
No hablamos de sueños en el sentido de metas u objetivos vitales, sino de esas ensoñaciones que, quien más y quien menos disfruta imaginándose en otra vida.
Este del bovarismo es un tipo de complejo bastante conflictivo porque no se puede establecer muy bien la barrera entre disfrutar de la fantasía y atormentarte por la realidad.
En realidad es un mecanismo parecido al del famoso Don Quijote, que de tanto leer novelas de caballería, él mismo se creyó caballero andante.
Necesitamos los sueños, necesitamos la fantasía y la imaginación para no atragantarnos a veces con la cara más fea del día a día. Pero no podemos dejar que la irrealidad nos domine.
Nuestros esfuerzos deben ir dirigidos a aprender a apreciar la realidad, a encontrar esos momentos de felicidad reales y palpables que encontramos en nuestra propia vida, no en nuestra vida inventada.
En que Consiste
Consiste en la alteración del sentido de la realidad, gracias a la cual el trastornado se considera otra persona distinta de la que realmente es. Llamado más corrientemente "bovarismo", deriva de la famosa novela de Gustave Flaubert "Madame Bovary". Introdujo el término el psicólogo francés Jules de Gaultier, antes del advenimiento de Freud y del psicoanálisis.
Fuentes: Laura Vélez
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