El cuchillo es un objeto cargado de simbología por tratarse del primer artilugio que aprendió a hacer el hombre.
En la cultura griega, en un vaso de la época clásica, Aquiles celebra su victoria tras la muerte de Héctor con un cuchillo en la mano simbolizando decisión y poderío.
La mujer grecolatina abandonaba al casarse su pequeño cuchillo, que ya no necesitaba por tener quien la protegiese.
En todas las épocas acompañó a este utensilio alguna superstición o manía.
Cruzarlo con el tenedor trae funestas consecuencias.
Debe evitarse que su filo mire hacia uno en la mesa, o estropeará el día a quien colocó los cubiertos; si cae al suelo, aquél a quien su punta señale sufrirá una desgracia, mientras que a quien se le cayó le visitará alguien de fuera, probablemente un hombre.
Así como la cuchara lo es, el cuchillo no es objeto apropiado para regalo: quien lo obsequia a quien ama se expone a que el amor se enfríe, ya que corta la corriente afectiva.
No es bueno ofrecer,un trozo de pan pinchándolo con la punta del cuchillo: si es una chica quien lo hace, no se casará.
Y es cosa universalmente aceptada que afilar un cuchillo tras la puesta de sol trae malas consecuencias. Si hubiere tormenta hay que esconder cuantos haya a la vista, pues atraen el rayo.
No es bueno coger un cuchillo que se encuentre en el camino, ya que hacerlo anuncia desengaños. No todo es negativo: entre la gente de mar, si el viento amaina se clava un cuchillo en el palo mayor para que sople de nuevo.
En algunos puntos de Europa, la muchacha casadera hacer girar un cuchillo sobre la mesa, y si al pararse el filo mira hacia ella, el hombre con quien se case será moreno.
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