14 de julio de 2013
Los Sueños Infantiles -
El contenido manifiesto del sueño suele ser una representación distorsionada del contenido latente del mismo, debido a la intervención de distintos mecanismos que tienen lugar en la mente del sujeto y que se oponen a la expresión directa de los deseos inconsciente, en particular los mecanismos de represión o censura.
Sin embargo, Freud reconoce que en los niños pequeños (menores de cinco años) suelen presentarse los sueños como realizaciones de deseos de manera directa o al menos con menor distorsión defensiva.
En el caso de niños pequeños no suele ser necesario el uso de la interpretación mediante la asociación libre; y es mejor preguntarle al propio niño o a los adultos significativos por sucesos transcurridos en el día anterior del sueño, relacionándose esto con la reacción de la mente inconsciente del niño a este suceso.
Por ejemplo, Freud, relata el sueño de un niño de veintidós meses es encargado de ofrecer a un tío u cestillo de cerezas, muy a disgusto, a pesar de las promesas de que podrá, en recompensa, probar la fruta ofrecida.
Al día siguiente cuenta de que se comía todas las cerezas.
Otra niña de tres años había hecho durante el día su primera travesía en barco a un lago, que debió de parecerle corta, pues al desembarcar rompió en llantos.
A la mañana siguiente contó que por la noche había soñado que navegó por el lago largo rato, sin que nadie le interrumpiera.
Esto hace pensar que los sueños infantiles tiene un sentido, y que en ellos el contenido manifiesto y latente parecen más similares que en los adultos.
El sueño infantil es una reacción a un suceso del día anterior que deja tras de sí un deseo insatisfecho, y que trae consigo la realización directa y no disfrazada de ese deseo.
A partir de los sueños infantiles, Freud concluye que el sueño es el guardián del reposo, en el sentido de que instauran la realización de un deseo que excitó al sujeto en el estado de vigilia.
Esa realización fantaseada y alucinatoria, permite al sujeto protegerle de la excitación y proseguir el descanso y reposo del dormir, al permitirle al menos una satisfacción "alucinada" de su deseo.
En todos los demás sueños, de niños mayores y de los adultos, la deformación del contenido manifiesto del sueño, tal como se nos aparece en su secuencia y relato constituye una deformación defensiva de los deseos inconscientes, de su contenido latente.
En los adultos mediante la asociación libre se revela los deseos inconscientes que habían permanecidos ocultos y censurados.
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