Desde el punto de vista formal, la Cruz Cabalística es más antigua que la Cruz Cristiana.
A pesar de que la gente asocia este símbolo sólo con una religión se puede encontrar en la mayoría de los dogmas y culturas, y fue utilizado en todas las antiguas escuelas de Misterio.
Pero no sólo la fe participa de esa figura emblemática; la encontramos, por ejemplo, en los cuatro puntos cardinales del Universo, en los cuatro elementos de la naturaleza, en los cuatro Arcángeles, etc.
Esta imagen tan conocida constituye un punto fundamental en la evolución del subconsciente.
La Cruz puede utilizarse para despertar el flujo de todas las energías presentes en nosotros, en estado
latente.
Aprender a utilizarla y construirla dentro del aura es uno de los primeros pasos para todo aquel que pretenda alcanzar el saber iluminador.
La Cruz Cabalística le llevará a despertar su propia luz espiritual y ponerla en acción.
Es un primer acercamiento a todos los centros espirituales que residen en el Árbol de la Vida y que usted está por activar.
Estabiliza toda el aura y lo protege, de modo que, mediante un trabajo con ella, usted podrá acceder más directamente a esos centros espirituales y obtener los frutos deseados.
Respiracion, Visualizacion y Sonidos.
Como ocurre con todos los ejercicios de este libro, utilizaremos visualizaciones y sonidos para manifestar los poderes durante el ejercicio.
Se trata de poner en evidencia, de modo palpable, esos poderes ocultos en el interior de todos nosotros.
Colóquese de pie mirando hacia el Este, con los pies juntos, los hombros bajos y los brazos pegados al cuerpo.
1- Realice algunas respiraciones profundas desde el diafragma.
Al inhalar y exhalar lentamente, visualícese a usted mismo creciendo y expandiéndose hacia arriba, a través del techo de su casa y elevándose hacia las nubes, hasta que se encuentre fuera de la Tierra, con el Universo entero por delante y a su alrededor.
Percíbalo, imagínelo, visualícelo y... ¡así será!
2 - Junte los dedos pulgar, índice y mayor (el pulgar representa su espíritu interior divino; el índice, su fuego creativo y el del Universo; el mayor, el llamado a la fuerza de los otros dos planos de la Tierra). Únalos, apóyelos sobre la frente, en el punto situado entre los ojos, y pronuncie suavemente la palabra hebrea Ateh (se pronuncia:”ah toh”).
Otorgue el mismo énfasis a cada sílaba y visualice los sonidos como si viajaran por los
confines del Universo.
Mientras toca su frente, visualice una explosión de luz brillante manifestándose alrededor de su cabeza y elevándose hacia el infinito.
3 - Lleve el pulgar y los otros dedos lentamente hacia abajo, dirigiendo la luz esta vez en dirección al centro de su pecho, donde apoyará los dedos. Pronuncie, de modo que vibre, la palabra Malkuth (“mahl-kuth”).
4 - Como recordará, Malkuth es el nivel número 10 y se ubica en el fondo del Árbol de la Vida, por lo tanto, se encuentra dentro del cuerpo.
Está asociado con el área que rodea a los pies.
Sería torpe agacharse y tocar los pies; por lo tanto es mejor tocar el área del corazón.
El corazón es el centro de su ser y, a partir de él, se puede alcanzar cualquier otra área.
5 - Visualice la luz extendiéndose hacia abajo, hacia los pies, y explotando en luz brillante y cristalina.
Enseguida, visualícela como si se extendiera hacia abajo en el infinito.
6 - Acaba de crear un rayo de energía universal que se despliega, a través de su cuerpo, hacia el infinito en dos direcciones.
7 - Ahora, lleve los tres dedos con los que estarnos trabajando hacia el hombro derecho. Visualice nuevamente la explosión de luz cristalina y vea la luz extenderse fuera del hombro derecho hacia el infinito.
Diga (vibrando) las palabras Ve-geburah (“veh-geh-bur-ah”).
8 - Luego, dibuje la línea de luz cruzando el pecho hasta tocar el hombro opuesto.
Al tocar el hombro izquierdo, visualice y sienta la explosión brillante de luz y vibre las palabras Ve-gedulah (“ve-geh-du-lah”); entretanto, visualice la luz extendiéndose desde el hombro hacia afuera, en dirección al infinito.
9 - En este punto, levante ambos brazos hacia los lados, con las palmas hacia arriba.
10 - Incline la cabeza hacia adelante y lleve las manos a una posición plegada sobre el pecho, con los dedos apuntando hacia arriba, y vibre las palabras Le -Olam Amen (‘le oh-lam ah-men”). Véase a sí mismo como un ser de luz maravillosa y energía sorprendente, equilibrado y brillando hacía todos los frentes.
A través de esta visualización y la vibración de las palabras, usted ha convocado a las energías de su interior y ha invocado a lo divino para transmutarse a sí mismo en una Cruz de luz brillante.
Las palabras son muy significativas, y tienen tanto poder e influjo en la Cábala como en el cristianismo.
Son parte de la Plegaria del Señor.
El Maestro Jesús las pasó a sus seguidores y están presentes en este Antiguo y Santo sistema de desarrollo personal.
Ateh = Tuyo Es
Malkuth = El Reino
Ve - Geburah = Y El Poder
Ve - Gedulah = Y La Gloria
Le - Olam = Por Siempre
Amen = Asi Sea
Haga vibrar los nombres y las palabras fuertemente y, si es necesario, repítalas varias veces. Este procedimiento no sólo mejora la Concentración, sino que también puede ayudarle a configurar la Cruz de un modo más claro y vívido. Usted quiere que la Cruz (y por lo tanto usted mismo) sea tan brillante y enceguecedora por su intensidad que realmente ilumine todo el Universo.
Los sonidos y las visualizaciones evocarán poderes inusitados y una gran energía.
Recuerde que se trata de un proceso santo y merece atención y reverencia.
Siguiente
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Gracias por tu Comentario