Si alguna vez haz visto a un llamador de Ángeles, sabrás que es una pequeña esfera metálica que guarda un cascabel en su interior.
Puede llevarse colgado con una cadena o cordón al cuello, o colgarse en algún sector de la casa, suspendido de hilos, para que vibre con la brisa.
Produce un sonido sutil, que según algunas tradiciones, tiene la propiedad de avisar a nuestro ángel que necesitamos su presencia.
Es que los sonidos armoniosos y puros suelen atraerlos; no como un silbato a un perro, sino por la transmisión de vibraciones, que ellos aman por que son bellas. Además, si provienen de nosotros, los Ángeles reciben el mensaje con ese dato extra: es el llamado de un ser que aman. Esta transmisión también puede producirse por otros medios, además de la música.
Hay determinados aromas que podemos usar como código, ya sea en nuestra casa, para invocar a un determinado ángel que nos ayude a superar una situación especial, o en nuestra persona.
Siempre son preferibles los aromas provenientes de esencias naturales, como plantas y flores, dado que la naturaleza esta en sintonía con las demás creaciones de Dios.
En la tradición se interpreta que estos aromas son ofrendas, regalos que les hacemos: Los serafines, según la tradición, prefieren los aromas de jazmines, magnolias, camelias y otras flores blancas.
Los querubines, los perfumes dulces como las rosas y fresias.
Los tronos, la flor de lavanda. Las dominaciones, el aroma de azahar y del limón.
Las virtudes, el incienso y el sándalo.
Las potestades, la fragancia de los pinos, cipreses y eucaliptos.
Los principados, la mirra.
Los Arcángeles, los aromas frutados como la manzana, el melón, la piña y el durazno. Los Angeles aceptan todas las flores y frutos, así como el incienso, uno de sus preferidos porque ahuyentan energías negativas y les limpia el camino.
Puedes utilizar velas aromatizadas, sahumerios y ramos de flores, así como frutas frescas, para llenar de fragancia tu hogar u oficina.
Amuletos y Talimanes
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