La Psicología del signo de Cáncer
Está centrada en la introversión.
Por primera vez en el zodiaco se separa un “adentro” de un “afuera”.
Los Cáncer tienen un innato instinto materno y protector.
Saben que para que algo se desarrolle con plenitud y garantías de éxito, es necesario aislarlo del exterior protegiéndolo con cuidado y mimo.
Como buen anfitrión, Cáncer está pendiente del bienestar del grupo, pues
sintoniza con la energía ambiente colectiva.
Se siente bien cuando pertenece a un grupo y este, a su vez, se encuentra a gusto.
En este sentido, el signo Cáncer es muy familiar.
Los diferentes Cáncer —según el grado de evolución— irán de la persona dependiente de la familia, al Cáncer que ama lo humano de la gente creando una gran familia donde prima la sensibilidad.
Cáncer es dependiente del afecto. Si le quieren, se queda; si no le quieren, se va.
Por ello, puede llegar a ser susceptible y sentirse herido si en un momento dado se siente excluido.
Cáncer: el cangrejo sensible
Los Cáncer tienen un mundo interior muy rico y sensible en el que reina la fantasía y la imaginación.
Pero este rinconcito sólo lo conocen —¡y en parte!— los que tienen el privilegio de contactar con su intimidad.
Cáncer es como un cangrejo: duro por fuera, blando por dentro.
Su fachada ante el mundo suele ser de persona dura, pero sólo es la máscara que protege su sensible interior (este rasgo se acentúa en los hombres pues su sensibilidad es peor aceptada socialmente).
El planeta regente es la Luna, la cual les hace percibir instantáneamente si es bien recibido o no por la otra persona.
La Carta Natal con varios planetas en el signo de Cáncer o en la Casa 4 tendrá muchas de estas connotaciones psicológicas.
El signo Cáncer corresponde, por otra parte, al pueblo, al colectivo, a la suma de las experiencias que se depositan en el inconsciente humano colectivo.
Si tu Sol está en este signo (“Soy Cáncer”), te identificarás con unas cosas más que con otras.
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