No podemos dejar de lado el hecho de que la suerte contradice al destino, y precisamente por esta razón es que muchas personas descreen de su existencia.
Según la creencia popular, todos tenemos un destino al cual seguir, y esta teoría se divide en dos:
muchos hablan del destino como si fuera una historia de nuestra vida desde el día en que nacemos hasta el día en que morimos, y nosotros como tal debemos interprétala en este mundo. Al ser algo que ya está escrito, no hay ningún tipo de acontecimiento que pueda ser cambiado.
Y en el caso de que averiguemos lo que el destino nos tiene preparados y sea malo, si intentamos cambiarlo, se supone que las consecuencias son verdaderamente graves.
Por otro lado hay quienes dicen que cada persona puede hacer su propio destino, mediante la elección del camino por el cual se transitará la vida.
Teniendo en cuenta el primer punto de vista acerca del destino, podemos entender que el concepto de suerte no cabe allí; esto se debe a que como hemos explicado, la suerte significa algo que surge por casualidad, algo inesperado e imprevisible, pero si el destino ya está escrito, entonces todo los que pase, lo bueno y lo malo, pasará no por casualidad sino porque debe suceder de esa manera (de aquí nace la frase “no existen las casualidades, sino las causalidades”).
Pero en el segundo punto de vista podemos decir que debido a que el destino es algo que construimos nosotros mismos, la buena suerte o la mala suerte pueden acompañarnos según los acontecimientos por los que pasemos.
De todas maneras, aquellas personas que creen en el destino, no aceptan el concepto de la suerte.
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