El Zen quiere que vivas, que vivas en abundancia, que vivas en la totalidad, que vivas intensamente, no al mínimo, como lo quiere el cristianismo, sino al máximo, rebosante.
Tu vida tendría que llegar a otros.
Tu dicha, tu bendición, tu éxtasis no tendría que contenerse en el interior, como una semilla.
Tendría que abrirse como una flor expandir su fragancia a todos y cada uno, no solo a los amigos sino también a los extraños.
Esta es la compasión real, este es el verdadero amor: compartir tu iluminacion, compartir tu danza del mas allá.
Comentario
La Reina del Arco Iris es como una planta fantástica que ha llegado a la cima de su florecimiento y de su colorido.
Es muy sexual, muy vital y llena de posibilidades.
Chasquea sus dedos con la música del amor, y su collar con los signos del zodiaco esta puesto de tal forma que Venus descansa sobre su corazón.
Las mangas de sus vestidos contienen semillas en abundancia, las cuales, cuando sople el viento, se esparcirán para echar raíces donde puedan.
A ella no le importa si caen en la tierra o en las rocas, simplemente las esparce a todos lados en celebración profunda de vida y amor.
Las flores caen desde arriba, en armonía con su propio florecimiento, y las aguas de la emoción ondean juguetonamente debajo de la flor sobre la que se sienta.
Puede que ahora mismo te sientas como un jardín florido: regado de bendiciones que vienen de todas partes.
Da la bienvenida a las abejas, invita a los pajaros a beber de tu néctar.
Esparce tu gozo alrededor y compartelo con todos.
Gaia Ediciones