La Semilla es el sello cuatro, portal del tiempo, comienzo del tiempo.
Conciencia y tiempo van juntos y quizás sean lo mismo.
La Semilla tiene dentro de sí toda la potencia y capacidad, de forma muy concentrada.
No tiene que esforzarse para ser lo que es.
Su esencia está concentrada en su interior esperando solamente un poco de agua, luz y tierra para desarrollarse y manifestar todo su esplendor; sin enfrentarse, dejando que las cosas sucedan en su momento.
El programa en el código Tzolkin viene expresado por semilla.
Semilla en el código Tzolkin significa florecer, o sea “se tu”; también podríamos decir “ser tu es bello”.
La Semilla invita a florecer, para descubrir la autoexistencia, que es lo que significa el tono cuatro, el mismo número que la semilla ocupa como sello.
Como color también es el cuarto, el amarillo, y lo comparte con el sol, que es la onda cuatro.
La semilla muestra cómo después de aceptar el propósito, aprender y entrenarte para realizarlo y aceptar tu cometido, o sea reconocerte y amarte como eres, pasas a la realización, al programa, porque el programa es perfecto.
Tono 4
Entonces el tono amplía el significado del sello.
La semilla siempre tiene que ver con la auto-existencia. La vida está dentro de ti; hay un programa perfecto dentro de ti, que sólo quiere realizarse.
“Se como eres” es una tarea, porque descubrir cómo eres supone quizá dejar de correr detrás de algo que no es real, y darte cuenta de que en tu propia inseguridad estás frenando y obstaculizando la perfección del programa.
La semilla es descubrir, pero descubrir es encontrar lo que está, lo que ya existe.
Es nuevo para ti, pero es viejo porque no es nuevo, ya existe. Significa que “todo está bien”; no necesitas ni puedes mejorar nada, porque todo está bien, todo es perfecto.
Sólo necesitas permitir que todo sea, y precisamente desaprender te ayuda a reconectar con el programa primigenio.
La autoexistencia es el programa de vivir plenamente y sin fin. La autoexistencia es como el programa de florecer y lo primero que necesitas es estar en paz.
Estar en paz contigo es imprescindible para estar en paz con la vida, y estar en paz con la vida es imprescindible para estar en paz con los demás.
Y esa paz significa no juzgar, porque juzgar solo es condenar, y condenar es querer eliminar, y querer eliminar es lo contrario de florecer, que es querer vivir siempre, porque el programa de florecer es vivir siempre. Florecer es viajar en el tiempo, o sea perdurar.
La autoexistencia significa que no necesitas nada que no tengas, luego no necesitas quitárselo a otro.
Pero la autoexistencia significa que nadie te puede privar de lo que necesitas, porque lo generas. De modo que en realidad puedes compartir permanentemente aquello inagotable que generas, porque lo vuelves a generar a su tiempo. Y eso es florecer. Pero además descubres que lo que produce el programa es perfecto, puedes descansar, desestresarte, porque todo tiene sentido, y tu colaboración está en ser espectador de la belleza, y eso es florecer.
El Tzolkin inicia el tiempo del año, es decir el tiempo humano, en la onda tipo con la semilla en tono 4, que significa auto existencia.
Si no eres protagonista de tu vida, tendrás que conformarte con la calderilla para vivir.
El Tzolkin te propone como básico el encuentro de la auto existencia. Si la vida es Dios o si Dios es la vida, eso es algo que está dentro de ti, y a la hora de referenciarte tal vez te sea de utilidad, y actualizar que hay un espejo donde puedes mirarte siempre y te devolverá tu verdadera imagen en abstracto hasta que sea en concreto.
El Tzolkin te propone un auto reconocimiento a través de tu sello personal y su familia y a través de tu tono personal.
La simple evocación interiorizada del mandala que forma tu familia, así como la familia del oculto de tu sello natal, puede transportarte a un auto reconocimiento que renueva la estructura celular.
Sello oculto: la Tierra
El sello oculto de la semilla es la tierra, que también se presenta en la primera columna con el tono 4 de autoexistencia, reforzando esta característica en la semilla, como algo visible pero también interior.
La semilla es el fruto de la tierra. Tu eres el fruto de la tierra, cuando lo vives con toda dignidad, porque la semilla eres tu sin esfuerzo.
Otra característica que asocia a la tierra y la semilla es que ambas son portales en la columna 10, asociada a la perfección y al amor incondicional.
Los dos sellos aparecen como regalo en su onda. La semilla, la autoexistencia, es el regalo para la ensoñación, y la tierra es el regalo para la expansión de la conciencia.
El desafío de la semilla y de la tierra, es en realidad un regalo para alcanzar la perfección y el amor incondicional.
Pero aun hay una relación más entre la tierra y la semilla, a través de las columnas.
En la columna ocho encontramos la totalidad de la onda de la semilla.
Esto quiere decir simplemente: se como eres. El programa es perfecto; se como eres; elimina lo que no pertenece al programa. “Ser como eres” es la mejor forma de estar en el cielo.
Pero la columna ocho también contiene el inicio de la onda de la tierra, y la tierra nos habla de unión, de fusión, de acogimiento. A la tierra no le sobra nadie, ama a todos, y lo muestra a través de su fuerza de atracción.
Para la fusión nuclear la clave está en superar la fuerza de repulsión potenciando la fuerza de atracción.
Quizás estemos hablando del amor. La tarea es rescatar el programa original, manifestado por la semilla, que ocupa exactamente la octava columna. Rescatando el programa original es posible la integridad, y sólo a más integridad, sucede más libertad.
La Familia del Agua
La Semilla forma parte de la “familia del agua”, junto con la luna, el mago y la tormenta, y es el primer sello de su familia en aparecer representando al agua, en el número 4. Se le relaciona con la auto existencia y con algo muy práctico, que es la respuesta a la pregunta “¿cómo puedo lograr o realizar el propósito?”.
La experiencia de la auto existencia es fundamental. Y es fundamental también para ser muy prácticos y poder lograr muchas cosas. De hecho el agua es lo más práctico que existe, por su necesidad.
El hombre necesita agua y el agua le permite lograr su propósito de seguir vivo. Las plantas necesitan agua para crecer. El agua es súper práctica sin darse aires de superioridad, sino que con total humildad es súper práctica y lo demuestra. Pero eso habla del programa; del programa de la vida. El agua tiene lo que la planta o el hombre necesita.
Pero la auto existencia te da tal seguridad que ya no pierdes energía dudando ni sintiéndote fuera de lugar. Estás y puedes y lo haces. Y es fenómeno.
El Sello 12
La semilla como onda es la número 12.
El 12 responde a la pregunta ¿cómo puedo colaborar con todo lo que existe?, pero también está asociado al humano, es decir, a la libertad.
El número 12 une en el objetivo de colaborar con todo lo que existe, al ser humano y a la semilla. Cualquier cosa que contenga la semilla tiene relación con colaborar con todo lo que existe, y cualquier cosa que contenga el humano tiene relación con colaborar con todo lo que existe. Y colaborar es una expresión de la paz; una de las formas en que se expresa la paz es a través de la colaboración. Si no hay colaboración, no hay paz.
Encontrar la auto existencia te lleva a vivir plenamente la libertad, pero también a colaborar con todo lo que existe, porque tienes mucha energía.
Mediante la autoexistencia el humano se da cuenta de que incluso sus pensamientos son origen de abundancia, porque la virtualidad toti-potencial se encarna en él, y se transforma en un viajero estelar similar a una semilla, donde esa potencialidad supermúltiple está en pasar de un solo grano a millones de árboles a lo largo del tiempo.
El ser humano se transforma en un viajero en el tiempo, con una característica de toti-potencialidad similar a la de la luz, porque de alguna manera la luz que está en él también es él.
Pero además hay otra relación entre el humano y la semilla.
El humano en el Tzolkin como propósito llega hasta la semilla, es decir, la onda del humano es el camino para llevarte hasta un conocimiento transcendente que es la semilla. Y si algo sabemos de las semillas, es que no necesitan dinero para vivir, y que la vida que se abre delante de un grano de semilla, es decir de una sola semilla, es similar a las células madre, porque es inacabable.
Se tiene que acabar la vida para que las semillas dejen de proliferar, porque justamente transforman lo inorgánico en orgánico, y transforman la luz en orgánico.
Es una frontera, como transcendencia, inimaginable, y como analogía, significa autoexistencia, y como cuatro, logro, o sea, total abundancia de modo permanente.
La semilla es un símil del ser humano, sólo que habla de un programa original.
En ese sentido, también se sitúa como la tierra en el hemisferio lógico relacionado con el recuerdo, mientras que el humano expresa plenamente la libertad.
Cumplir un programa no es ser libre, y si fuera así el humano no sería libre. Pero la realidad del ser humano es la libertad, y quizás se trate de aprender desaprendiendo, es decir, formatear el programa original, que en estos momentos nos dice que la luna no es la tierra, ni tu eres yo, y que la tierra no es la luna ni yo soy tú.
Onda Oculta: la Serpiente
La onda asociada a la onda de la semilla es la de la serpiente, que es la onda de la energía vital, de la kundalini.
Las dos ondas, serpiente y semilla, están en las columnas de portales, columnas 6 y 8. Las columnas seis y ocho son los portales, el acceso.
El acceso a través de la kundalini como energía ascendente, es decir que te dirige hacia el encuentro de realidades superiores.
La puerta real es el espejo.
La semilla traduce la kundalini, porque es un ascenso permanente hacia la luz o sea dimensiones superiores no materiales, sí reales, con un código diferente, simplemente porque es de otra dimensión.
La kundalini es la energía de la vida, y por tanto luz, amor y alegría. Puede parecer difícil y lejano o con muchos obstáculos, pero es accesible y por eso es puerta y acceso siendo tu mismo, o sea semilla. La virtud sin esfuerzo, o sea escucha tu corazón.
En el dos siempre hay un regalo; el desafío siempre es un regalo. Si miras la onda de la semilla, encuentras en el tono 2 a la serpiente, que es la energía y sobre todo la kundalini. El propósito de la semilla es ser como eres, desarrollar el programa que lleva dentro la semilla. El regalo que garantiza la operatividad de ese programa, es la kundalini.
En cualquier onda, el dos es un regalo. Realmente el otro es un regalo.
Onda 4 del Sol
Pero, si para saber algo más de la semilla, miramos qué onda es la número 4, encontramos que es el sol.
Ser auto existente es ser como el sol, libre e infatigable, lleno de energía y repartiendo energía, es decir luminoso.
En la onda del sol, la semilla es el tono 5.
La semilla, según la sabiduría maya, nos pone ante el hecho de nuestra vinculación con el sol. El sol sale para ti, la semilla le da fuerza al sol.
Cuando tu miras el sol, puedes recordar a todos tus seres queridos, y es como si les acercas al sol, como si permites que el sol sanee su interior.
¿Cómo puede la semilla darle fuerza al sol? Esa es la magia. Tu hijo te da fuerzas, y lo saben muy bien todos los dragones y sobre todo las madres. La semilla le da fuerza al sol.
Tono 7 de la Semilla
También podemos ver cuál es la ubicación de la semilla en la onda central, que corresponde al cielo. La semilla en la onda central es resonante, tono 7, desde la onda del espejo, o sea de la realidad, onda 10 del amor incondicional y de la perfección.
Tiene que ver con la canalización.
Para canalizar no necesitas hacer nada. No puedes hacer nada, sólo permitirlo.
También la tierra, el oculto de la semilla, habla de alineación, pero alineación con uno mismo.
Para la semilla, ser espectador de la belleza es una misión resonante, tono 7, sanar, canalizar. Esa es su forma de florecer, cuando está en paz con la vida y está en paz consigo mismo.
La Semilla como Frontera Temporal
La primera onda contiene una frontera temporal.
Los sellos dragón, viento y noche tienen que esperar a la semilla para entrar en el tiempo, ya que no pueden iniciar el tiempo real, o sea el año; sólo lo puede hacer semilla y los demás de su familia (familia portal).
Estos tres sellos corresponden al periodo de oscuridad, o sea de noche, antes de lucir el sol en semilla.
La semilla corresponde por lo tanto a los primeros rayos del sol, al momento de “dar a luz”; la noche, al periodo embrionario en lo oscuro, donde hay claridad pero todavía no está el sol; y el viento y el dragón, a todo lo anterior, incluido lo ancestral.
La semilla es el inicio del tiempo; del nacer al tiempo; del nacer a la conciencia, porque el tiempo se asocia a la conciencia para que florezca y se expanda. Y la semilla nos habla de esa generosidad que permite la vida.
Da alimento, sanación, calor, utensilios; es alquímica, transforma lo que no vale en algo benéfico y útil. La semilla es pacífica.
La semilla nunca hace la guerra, sólo hace el amor.
La semilla corresponde al momento del amanecer, y encontramos que es algo que está en lo oculto (se escarba la tierra y se introduce la semilla) y en su momento sale a la luz. La semilla es como un símbolo de pasar de lo oscuro de la tierra o la noche, a la luz. Es el símbolo del amanecer.
Por eso situamos el tono 4 como el momento de amanecer.
Simplemente haciendo aparecer un inicio en el tiempo, que es lo que sucede con la familia portal, se divide la realidad en dos.
La realidad atemporal del dragón y la realidad en el tiempo.
La familia portal abre el tiempo. La familia compuesta por semilla, luna, mago, tormenta ocupa siempre el primer día del año. Pero no puede iniciar el Tzolkin, no es lo primero, ya que lo primero es la solidaridad.
La planta, el árbol, la semilla, contiene una frontera, y nos anuncia una frontera.
La semilla es algo que abre el tiempo, como tu nacimiento. El tiempo en ti, comienza contigo y se acaba contigo. La semilla va hacia la luz, como resultado del programa interno, no necesita ni buscarla. Las plantas, las semillas saben dónde esta la luz y se dirigen hacia ella siempre.
El Color Amarillo
La conciencia es algo gradual, supone una maduración, se trata de un proceso en el tiempo. Por eso la imagen de entrar en el tiempo conscientemente sucede por primera vez en el color amarillo.
La semilla es siempre amarilla y el color amarillo significa madurar.
Por ello semilla es el prototipo de maduración, siendo esa maduración algo relacionado con el tiempo. La imagen que sugiere la semilla es la de algo que en su momento adecuado surge desde otro nivel de la realidad, y se mueve hacia la luz.
Lo amarillo primero, la semilla, se presenta como un programa diseñado desde dimensiones superiores.
La garantía de funcionamiento está en dimensiones superiores.
Si encuentras que ese programa es defectuoso, tienes que protestar o pedir explicaciones a dimensiones superiores. Pero el programa es perfecto. Pero no importa protestar, porque lo importante es el diálogo.
El diálogo en sí es una prerrogativa del espíritu.
El Castillo del Nacimiento Azul
Si el comienzo fuese el azul, a partir del mono y en vez del rojo, el primer castillo estaría compuesto por mono, semilla, tierra y perro, en vez de dragón, mago, mano y sol.
Es decir la materia, lo sólido en esa dimensión, o sea el primer castillo, estaría formado por el Mono, con alegría, inocencia, donde antes había solidaridad, como expresión del amor, porque el dragón es una expresión del sol, o sea de la luz.
De modo que ese nacimiento, esa entrada en esa nueva dimensión que conforma un cuerpo, es decir algo totalmente sólido, capaz de moverse en el tiempo y en el espacio, en las dimensiones, es totalmente una expresión del Perro, del amor.
Es un cuerpo de amor.
En su interior lleva esa abundancia del florecimiento de la Semilla, pero ya no hay aprendizaje, ya sabe.
Y, como mano, la fuerza maternal y generosa de la Tierra, como hacer.
Es decir, en este tiempo es fundamental el trabajo interior para abrir espacios a la paz. Por eso la guerra en esta historia, es importante, pero para elegir la paz.
Cuarto Castillo (tierra, perro, noche y guerrero)
Esta acumulación de cuatros como buscadores de pistas, o sea rastreadores, nos lleva a mirar también en el cuarto castillo, como respondiendo a una invitación en metalenguaje.
El Castillo cuatro, que habla a todos desde el humano arquetípico, como todos los castillos, presenta al guerrero como color cuatro del castillo cuatro y con el significado de expansión de la conciencia y final de la cuarta dimensión, paso a la mutación, quinta dimensión castillo verde.
Lo que para una persona semilla sucede como una tarea personal de desarrollo de su kin, se trasforma en una tarea evolutiva para cualquier persona que se mueva desde su intento en dirección al castillo verde.
El guerrero muestra al ser human@ despiert@ en la cuarta dimensión; el guerrero es el humano del cuarto castillo. Humano amarillo y guerrero amarillo, o sea unidos en significado a través del amarillo, o sea formas de expansión, o sea formas de vida, viviendo, disfrutando, o sea sin miedo, pero dándose cuenta, como Descartes. Disfruto, luego es verdad, existo.
Y la tarea del guerrero, que son todas las personas en este intento, viene definida por los demás sellos del castillo cuarto: el ensueño de la noche, el amor incondicional del perro y la alineación con el propósito de la vida o centro de la galaxia de la Tierra.
Pero también viene definido por ser el tono 13, o sea la trascendencia de la semilla, o sea con la necesidad de encontrar que todo es perfecto, o sea la autoexistencia, o sea la paz, o sea contemplar la belleza.
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