Esta Casa se relaciona con las pérdidas, desapegos, separación, entrega y renuncia.
Es la última de las Casas, por lo tanto representa los finales, la disolución, el momento en el que se pierde la individualidad y el ego y todo retorna nuevamente a su fuente.
Representa el aislamiento, la reclusión y abandono de las posesiones o apegos materiales.
Representa lo que tenemos que desapegarnos y renunciar en esta vida y nuestra principal fuente de gastos o de objetos perdidos.
Si esta Casa y su regente están afligidos puede causar importantes pérdidas materiales, separación, sentimientos de soledad, depresión, aislamiento, exilio, encarcelamiento, hospitalización, adicciones, falta de éxito en emprendimientos, pérdida de objetos o personas queridas.
Por el otro lado, es la casa más importante desde el punto de vista espiritual.
Es la Casa de “Moksha” o liberación del ciclo de nacimientos y muertes, y del dolor y apegos materiales, para retornar al origen de donde viene el alma, la pura conciencia o Dios.
Esta Casa representa lo opuesto al materialismo.
Es el momento cuando lo material se disuelve y la consciencia retorna a su origen o Dios.
Esta Casa está relacionada con los monjes, gente que busca a Dios y la iluminación, la capacidad de desapegarse de la ilusión material para volverse uno con la divinidad.
Está relacionada con la caridad, dar, generosidad organizaciones sin fines de lucro, acciones filantrópicas hechas sin ninguna expectativa de recompensa material o personal, deseo de estar en lugares apartados fuera del mundanal ruido, ashrams o monasterios, lugares de oración y meditación y las experiencias espirituales y místicas.
Esta Casa está relacionada con el desprendimiento de uno mismo, perder la individualidad o “ego” para realizar el Alma y la unidad con Dios.
Pero si esta Casa está severamente afligida y hay en la carta natal otras indicaciones de debilidad en la mente, puede conducir a la persona a desear perder su ego y su personalidad a través de métodos no sanos ni espirituales, como el alcohol, drogas, sexo, dejarse someter o esclavizar por otras personas, perdida de la fuerza de voluntad y debilidad de la personalidad.
Los planetas ubicados en la Casa Doce tienden a perder su fuerza y capacidad para expresar su energía en un nivel concreto o material, aún cuando ellos pueden ser muy favorables para las prácticas espirituales o para el éxito en países extranjeros.
Planetas ubicados en la Casa Doce y la ubicación del regente de la Casa Doce indican áreas en que se experimentara alguna perdida o separación, a veces contra lo que la persona desea, otras veces habrá un natural desapego o desinterés hacia ellas.
Si esos planetas representan gente, como padres, hijos, cónyuges, etc., sus ubicaciones en la Casa Doce tenderán a crear una separación o pérdida de ellos o alguna dificultad en la relación o indicará que estas personas puedes tener dificultades personales.
Importantes planetas como el regente del ascendente, la luna o el sol, en la Casa Doce pueden traer un sentido de insatisfacción con la vida o un sentimiento de que falta algo en la vida, o un sentido de no pertenecer al mundo, lo que puede crear un sentimiento de soledad o aislamiento, pero también es un fuerte llamado para encontrar la fuente real de felicidad, que está en la realización espiritual y lo Divino.
Muestra un alma avanzada que está lista para ingresar a un nivel de mayor consciencia espiritual.
Una vez estabilizados en un camino espiritual y encontrando paz interior, ellos pueden también ser exitosos en otras actividades de la vida.
Esta Casa está también relacionada con “la comodidad en la cama” por lo tanto está relacionada con la capacidad de dormir bien o no y los disfrutes o dificultades sexuales.
La Casa Doce también representa el exilio, lugares lejanos, países extranjeros, personas extranjeras, viajes largos, comercio exterior, importaciones y exportaciones, turismo, agencias de viajes.
Los lugares de aislamiento y reclusión, como hospitales, cárceles, monasterios, vivir en la naturaleza, fuera del ruido y excitación de las ciudades, también están regidos por la Casa Doce.
Físicamente, representa a los pies.
El Inconsciente
La Casa Doce cierra el ciclo y representa el plano psíquico, la intuición y el inconsciente colectivo, simbolizando un área de la vida más allá de lo personal.
Se asocia a enfermedades crónicas, encierros y retiros prolongados. Hospitales, cárceles, monasterios.
También se asocia a los enemigos ocultos (p.ej. ladrones).
La Casa Doce habla de potencialidades y debilidades ocultas o desconocidas.
Cuando éstas son conscientes, surgen los miedos, complejos e inseguridades, pero también surgen cualidades positivas si los planetas que están en la casa son fuertes.
Es la Casa de Piscis, la de los sueños y el mundo místico, opuesta a la Casa Seis (salud y trabajo).
Triángulo: Karma.
Elemento: Agua.
Cualidad: Cadente.
Hemisferios: Superior-Oriental
Signo: Piscis
Opuesto: Casa Seis
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