Es fama que los nativos de Aries no retroceden ante nada.
Es que para ello están dotados de una inagotable fuente de vitalidad, lo que explica que entre los Arianos haya tan elevado porcentaje de triunfadores.
Se diría que no pueden quedarse quietos, necesitan estar en permanente actividad.
Y como casi siempre orientan bien ese dinamismo, el resultado, por lógica, es el éxito.
Algo muy digno de destacarse: no solo van en pos de concreciones puramente materialistas y en su propio provecho, sino que muchas de las cosas que emprenden y realizan es en bien del prójimo.
Porque les gusta tender una mano a quienes necesitan de ellos, y sienten una intima satisfacción cuando tienen éxito en una misión altruista.
Los amigos de un ariano piensan por lo general que es una persona de suerte.
Olvidan algo: que el "sale a buscar suerte". No es de los que se quedan sentados a esperar la buenaventura: va a su encuentro y no descansa hasta alcanzarla.
Un gran factor favorable: su agudo sentido de la oportunidad. Cuando esta se presenta, seguramente sabrá apresarla.
Toman la vida como un constante desafió, como un potro que hay que domar.
Entre un trabajo fácil y otro difícil, escogen este ultimo porque les permite poner en juego toda su perseverancia y ambición.
Les encanta todo lo novedoso, "ser los primeros" en descubrir o comenzar algo y tener el enorme orgullo de llegar antes a la mesa, así les cueste un largo y espinoso batallar contra mil y una dificultades.
Manuel del Astrólogo
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