Se rodea gustoso de seres humanos sobre quienes puede reflejar su alegría de vivir y su amor.
Pero sus relaciones con respecto al mundo circundante son de naturaleza muy particular.
En este nativo encontramos una independencia interior total respecto del mundo que lo rodea.
En realidad el hombre de Leo no necesita del medio ambiente, pero lo ama porque puede comunicarle su alegría de vivir.
De esta independencia psíquica respecto de los demás resulta un fuerte sentimiento del propio valor que trae aparejado, como consecuencia, un alto grado de autoconocimiento.
Con frecuencia las características anteriores se traducen en una marcada de la importancia de la propia personalidad, a lo que se agrega aquello que llamamos lisa y llanamente "orgullo".
Pero este orgullo no es cualidad del hombre de Leo sino que se origina en el juicio del mundo circundante, es, por así decir, la reacción mental con que este mundo acusa recibo de su independencia interior.
El hombre de Leo no puede soportar el sufrimiento ajeno, de la misma forma que no puede soportar el sufrimiento propio.
Comparado con los hombres de Agua y Aire, los leoninos aparecen ante los demás como dotados de una bienhechora serenidad.
Y esta serenidad, en combinacion con la independencia que le es propia con respecto al medio, les confiere una marcada supremacía en lo moral y una independencia frente a la critica ajena que les hace aparecer valerosos y llenos de grandeza.
Al leonino no le gusta quedar en ridículo, pero si esto ocurriera no significaría para el una catástrofe sino que lo pasaría por alto con su inagotable buen humor, ante el ridículo propio con el ajeno.
No se podría negar que le agradan los elogios sobre su persona, pero no por ello se considera vanidoso, ya que esta plenamente seguro de merecerlos con holgura.
Descuella en todo lugar donde haya gente que lo escuche y lo admire: la política, el teatro, las relaciones publicas. O sea, menesteres nada comunes, como no son comunes sus gustos ni el nivel de vida al que aspira y casi siempre logra.
Toma el amor con apasionamiento pero con seriedad, no se muestra expansivo en publico, pues es muy cuidadoso de preservar las actitudes que puedan hacerle perder prestigio.
Es este terreno es, sin embargo, muy leal, y en la inmensa mayoría de los casos la persona de Leo hace sumamente feliz al cónyuge.
La tendencia a idealizar al ser amado suele causar profundas decepciones en el leonino cuando aquel lo traiciona.
Por esa razón, su noviazgo y su matrimonio no reconocen términos medios: son fuentes de inmensa dicha o de irreparable desengaño.
Fuentes Consultadas
Manuel del Astrólogo
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