El hecho de que el Reiki se haga del conocimiento de cualquiera que pueda leer un libro o consultar la World Wide Web, le convierte aun en más poderoso.
El secretismo tenía sentido en una cultura donde había que proteger los tesoros de sabiduría de las mentes ignorantes y de la manipulación malvada de los que se aprovecharían de determinada información para fines exclusivamente egoístas.
Donde el saber no era un bien de primer orden, de gran circulación y facilidad de difusión, antes de la existencia del libro en serie, en la prehistoria de la televisión y en la noche de los tiempos respecto a lo que la Internet supone para la parte del siglo que estamos viviendo.
En ese contexto había que preservar la pureza de lo que se sabía, sin riesgo de contaminaciones inoportunas.
Si es que no pensamos, en su lugar, que el conocimiento fue para los sacerdotes de las grandes religiones, la llave secreta de la manipulación de los pueblos incultos.
Pero hoy todo ha cambiado.
El saber, la información, no sólo circula sino que, gracias a la evolución de la cultura y la educación accesible a las masas, es un bien de primera necesidad.
Actualmente es un pecado social esconder lo que se sabe, como antes podía serlo el exponerlo precipitadamente, pues podía ocurrir que la falsificación ocupara el lugar del único original.
Hoy sabemos que la información es el alimento más necesario para la evolución de la civilización, más que el desarrollo material que al fin y al cabo es un producto del conocimiento.
Y también porque refinar nuestra mente con cultura nos pone frente a las interrogantes del espíritu, preparados para iniciar en masa el salto hacia la dimensión supramental, la meditación, la apertura a la consciencia divina.
Como Maslow postuló en las bases del Transpersonalismo, hay una cadena de necesidades a cubrir, y la Autorrealización es la cumbre natural de nuestros esfuerzos por vivir, una vez que hemos satisfecho comida, cobijo, afectividad, responsabilidad y reconocimiento social.
La información es el hilo conductor del desarrollo, desde el aprendizaje instintivo por conseguir alimento hasta el estudio de los factores sutiles de la mente, en el camino de la sabiduría.
El Reiki llegó a nuestro entorno occidental un segundo antes de la gran explosión planetaria que trajo la segunda parte de este siglo veinte.
Lógicamente, la nueva mentalidad acuariana de fraternidad, compartir y conocimiento le ha tocado con sus aguas puras.
Y por eso han surgido tantas lineas Reiki, sin impedimento para que un escolasticismo obsoleto en su filosofía siga tratando de imponer dogmas y reglamentos y negando lo que no cabe entre sus muros.
El Reiki democrático, o mejor popular, a disposición de todos y de cualquiera en un mundo que sabe del valor de la cultura y de la información, es aún más poderoso, y verdaderamente muy necesario para sanar la Tierra, en una gran unión o supernet de sanadores, en un Círculo de Curación Gaiano.
Aún habrán los que quieren distorsionar el saber a favor de intereses particulares, trocear la sabiduría y venderla muy cara, sin exponer sus fuentes.
Todos esos movimientos manipuladores existen y seguirán intentándolo.
Por eso, más razón aún para publicar la verdad los que la disfrutan (su verdad de corazón, nuestra verdad).
Y que con todo delante, cada cual se oriente, busque, afine sus sensores y recursos perceptivos, su intuición en un océano de saber y medios a disposición del aspirante espiritual.
Es no sólo admisible sino tremendamente necesario publicar todos los secretos de esta tecnología de la luz, de este camino de amor que es el Reiki, como de todas las otras cosas buenas.
Porque, Jesús lo dijo, la verdad nos hará libres.
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