Autoanulación
La Dalet, el hombre pobre, recibe caridad del hombre rico, la Guimel.
La palabra Dalet significa "puerta".
La puerta ocupa el lugar de la abertura de la casa, representada por la Beth.
En el Zohar, Dalet se lee como "que no tiene nada d'leit de si misma".
Esto expresa la propiedad de la más inferior de las emanaciones divinas, la sefirá de maljut, "reino", que no tiene más luz que la que recibe de las sefirot superiores.
En el servicio del hombre a Di-s, la Dalet caracteriza "shiflut," "humildad", la conciencia de no poseer nada propio.
Junto con la percepción del propio poder de libre albedrío, uno debe ser conciente de que El nos da el poder de llegar al éxito, y de no pensar, Di-s lo prohiba, que los logros y talentos son "mi poder y la fortaleza de mi mano".
Toda realización en este mundo, particularmente el cumplimiento de una mitzvá, el cumplimiento de la voluntad de Di-s, depende de la ayuda Divina.
Esto es especialmente cierto en la lucha del individuo con su inclinación al mal, tanto cuando se manifiesta como una pasión externa, ofreciendo una obstinada resistencia a aceptar el yugo Divino, como a través de la pereza, apatía y similares.
Como enseñan nuestros sabios: "Si no fuera por la ayuda de Di-s, él (hombre) no hubiera sido capaz de vencerla (a la inclinación al mal)".
El Talmud describe una situación, donde un hombre está cargando un objeto pesado, y otro hombre aparenta ayudarlo poniendo sus manos sobre la carga, con lo que en realidad el primer hombre soporta todo el peso.
Podemos denominar al segundo hombre "un ayudante sólo aparente".
Así somos nosotros, explica el Baal Shem Tov, en relación a Di-s.
En definitiva, toda nuestra fortaleza viene de lo Alto, el libre albedrío no es más que la expresión de nuestra voluntad de participar, como si fuera, en el acto Divino.
Uno meramente pone las manos, sobre la carga transportada exclusivamente por Di-s.
"Para Tí, Di-s, es la bondad, para que Tú pagues al hombre de acuerdo con sus actos". El Baal Shem Tov observa: ¡El justo pago de acuerdo con los propios actos, no es un acto de bondad (jesed), sino más bien uno de juicio (din)! Él mismo contesta: "de acuerdo con los propios actos", puede ser leído "como si fuera que los actos son suyos".
Así, la verdadera bondad de Di-s es investir la recompensa "inmerecida" en una apariencia de "merecimiento", para no avergonzar al que la recibe.
El nombre de Di-s en este versículo es Adnut, cuyas letras en hebreo, en otro orden se leen diná, "juicio", que implica el aspecto de juicio por el cual la bondad de Di-s (jesed) se expresa plenamente.
El Zohar lee jesed como jas d’leit, "teniendo compasión (de) la Dalet," es decir, el que no posee nada propio.
Con respecto a una persona arrogante, dice Di-s: "Yo y él no podemos morar juntos".
La puerta de la casa de Di-s, sólo permite entrar a los humildes de espíritu.
La puerta misma, la Dalet, es la característica de humildad como se explicó anteriormente.
La Dalet es también la letra inicial de la palabra dirá, casa, "lugar donde se mora", como en la frase "morada (de Di-s) abajo".
De esta manera, el significado completo de la Dalet es la puerta por la que el humilde ingresa a la realización de la morada de Di-s en los mundos inferiores.
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