Heroína
"Como herramienta, hace el trabajo que uno quiere, breve y efectivamente, pero sólo por cortos periodos de tiempo".
Conforme la adicción avanza, la heroína revierte esta conexión y termina desconectando ambos chakras.
"Como ocurre con todas las sustancias adictivas, no es la mejor herramienta, pero algunas veces es la única disponible."
Los autores aseguran que las adicciones van y vienen en popularidad en respuesta a las cambiantes necesidades de la cultura y a las fases de desarrollo de la conciencia humana:
La adicción a la heroína ha forzado a la cultura de masas normalmente desinteresada a mirar de frente ciertos problemas.
El crimen que se asocia a los adictos de heroína como algo necesario para mantener el hábito toca los bolsillos de aquellos que de otra manera pasarían sus vidas complacientemente inconscientes de los sufrimientos de otras personas.
A menudo las personas que se niegan a ver las vidas de los pobres son aquellas casas en las que hay robos, una llamada a la puerta de su conciencia.
Sólo cuando la cultura de masas cambie... la adicción a la heroína saldrá de la experiencia humana.
También sostienen que a menudo las adicciones son puentes interculturales de encarnación y que la heroína es "un puente entre una serie de vidas en el Oriente y la primera de una serie de vidas en Occidente".
El masivo número de muertes en la Segunda Guerra Mundial y las subsecuentes guerras en Asia hicieron espacio para muchos de estos entrecruzamientos.
Estas personas son voluntarios de un intercambio cultural necesario para construir una civilización planetaria en las próximas generaciones.
Aquellos con largas raíces culturales orientales enfrentan ajustes a los rápidos cambios de la cultura occidental sin el sustento de la herencia de las habilidades consecuentes, y la adicción a la heroína es una posición de nivel de entrada en la vida occidental...
Por eso algunos se sienten atraídos hacia la heroína ya que al menos les resulta familiar, debido a que su origen es el opio, y sirve para obliterar la nostalgia y la sensación de un desenraizamiento tan drástico.
A menudo, cuando el impulso inicial es honrado, dicen Donna y Andrew, "los adictos que se recobran pueden abrirse a la sanación que los convertirá con el tiempo en portadores de nuevas herramientas de enrgía para cambiar a la sociedad". En el caso de los pioneros de este cambio intercultural que han abusado de la heroína, cuando se recuperen de su adicción puden servir grandemente a la humanidad debido a sus "importantes herencias y habilidades, ya que tienen un rico bagaje de valores del este y desarrollo espiritual, y suficientes habilidades para subsistir y evolucionar".
Un ejemplo exitoso de esta transculturación es la vida del inglés Sri Aurobindo, cuya vida puede inspirar a las personas que realizan este cambio de encarnaciones este-oseste (consultar el libro Sri Aurobindo o la aventura de la conciencia, Ed. Obelisco, Barcelona, 1990).
Una última cuestión en la que hacen incapié Donna y Andrew es en la relación entre el consumo de azúcar y la heroína:
Los adictos a la heroína son notorios por su gusto al azúcar.
Fisiológicamente, esto viene por una necesidad de combustible para el cuerpo. La heroína interrumpe masivamente el metabolismo corporal, deprimiendo el apetito normal.
Algún mecanismo de supervivencia en el cerebro alerta sobre la falta de combustible, y el azúcar es la manera más rápida de conseguirla.
A nivel del cuerpo energético, ambos, el azúcar y la heroína, crean movimientos en el chakra raíz, pero en direcciones contrarias a las naturales, por eso el deseo de azúcar es un intento de crear balance en este movimiento de energía.
Por eso, cuando los adictos dejan la heroína, pueden tener la necesidad de usar los diagramas transformadores del hábido del azúcar también, para sanar cualquier adicción secundaria al azúcar.
Siguiente
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Gracias por tu Comentario