Pocos héroes han sido tan reconocidos a lo largo de la historia como el gran Aquiles, símbolo de la fuerza, valentía y gloria inmortal.
Fue tanto su impacto que el gran conquistador macedonio Alejandro Magno se vería a sí mismo como su reencarnación, debido a la larga descendencia proveniente de mil años atrás.
Hoy en día hasta se ha realizado una película de la guerra de Troya, donde el reconocido actor Brad Pitt, estelariza el papel de Aquiles, el valiente héroe de la mitología Griega.
El gran guerrero fue fruto de la unión entre Tetis, hija de Nereo y de Doris, y Peleo, rey de Egina.
Tetis era conocida por su dulzura y su sentido de la hospitalidad, a tal grado que Zeus y Poseidón la cortejaron, pero Temis, la prudencia, profetizó que el hijo de Tetis superaría en grandeza a su progenitor, y antes de correr el riesgo de entregar su poder al hijo que tuvieran con ella prefirieron dársela a Peleo.
La boda se celebró y todos los dioses asistieron al banquete, excepto Eris, la discordia, quien lanzó la manzana de oro y provocó la guerra entre tres dioses y la guerra de Troya. Tetis, tuvo un solo hijo con Peleo: el gran Aquiles.
Para que adquiriera la invulnerabilidad lo llevó a las orillas del río Estigia, donde las aguas que corrían por allí hacían insensible a cualquier herida a lo que tocaran, Titis lo sumergió agarrándolo únicamente del talón, y fue por ello que Aquiles solo tenía un punto débil: el talón, única parte de su cuerpo que no fue tocada por el agua.
Tiempo después fue discípulo de Quirón, el centauro, que le enseñó medicina, lucha y caza, y luego de Fénix, hijo de Amíntor, quien lo instruyó en el arte de la elocuencia y el manejo de las armas.
También gozó de la amistad de Patroclo, hijo de Menecio.
Al estallar la guerra de Troya, Ulises y Néstor, partieron a buscar a Aquiles, para que se les uniera a la causa.
Tetis, al enterarse de esto, escondió a Aquiles disfrazándolo de mujer en la corte del rey Nicómedes donde se quedó con las hijas del monarca.
Durante este tiempo, Aquiles se enamoró y casó con una de las hijas de Licómedes y tuvo un hijo, llamada Neoptolemo, que más tarde asesinaría a Príamo, rey de Troya, cuando la ciudad fue tomada.
Lo llamaron "Pirra", la rubia, mientras estuvo en la corte de Licómedes y los héroes griegos no pudieron encontrarlo hasta que Ulises usó un truco para descubrirle.
Existen dos versiones, una es que trajeron regalos para las hijas de Nicómedes y les dieron a elegir el que ellas quisieran, siendo Aquiles el único que escogió una espada, demostrando su ansia guerrera y descubriéndose solo; otra versión cuenta que Ulises simuló un ataque al palacio y mientras todas las otras niñas corrían asustadas y gritando, Aquiles era la única que corrió a la defensa.
Al descubrirlo, Ulises le explicó el objeto de su presencia y gracias a su elocuencia logró convencerlo de apoyarlos en la guerra contra Troya.
Mientras tanto, Tetis consultaba un oráculo, que le dijo que si Aquiles iba a la guerra, tendría una vida corta pero intensa y con gloria inmortal, y si se quedaba tendría una vida larga y tranquila.
Al decírselo a Aquiles, éste decidió elegir la gloria y partió a la guerra, dejando a Tetis con lágrimas en los ojos, ya que sabía que encontraría la muerte bajo las murallas de Troya. Tetis entregó la armadura que le había hecho Efestos y recibió la protección de Hera y Atenea.
Aquiles simboliza el ímpetu de la juventud y personifica el ideal de la amistad siendo el más importante de los héroes griegos de la guerra de Troya: joven ardoroso fuerte, su carácter es esencialmente belicoso.
Frente a Ulises, que es su opuesto en carácter debido a que simboliza la astucia y la inteligencia pragmática, Aquiles personifica el ímpetu y la audacia espontánea.
En la guerra se distinguió como un luchar infatigable.
Conquistó 23 ciudades en territorio troyano, incluída Lyrnessos, donde obtuvo a Briseida como trofeo de guerra.
Más tarde, Agamenón, el jefe de todos los griegos, fue forzado por un oráculo a desprenderse de su esclava Criseida, que tambien había obtenido de los troyanos, y tomó Briseida de Aquiles, que se retiró a su tienda enfurecido, jurando no luchar más. A partir de este momento los troyanos tomaron la ofensiva, y los griegos comenzaron a retroceder hacia el mar.
Símbolo de la impetuosidad, acometividad e irreflexibilidad de la juventud, Aquiles se irrita fácilmente: cuando se siente humillado por Agamenón, abandona la lucha, aun sabiendo que su ausencia del campo de batalla acarrearía grandes perdidas a los griegos. Y sólo regresa al combate para vengar la muerte de Patroclo, quien tomó sus armas y partió a la lucha.
Al día siguiente, el troyano Héctor, mató a Patroclo creyendo que era Aquiles, y le despojó de su armadura.
Patroclo es el gran amigo de Aquiles, desde la infancia. Se educaron juntos y viven todas sus aventuras en común. La amistad es un elemento muy importante en este mito.
Para los antiguos griegos, la amistad entre hombres era una virtud, encarada como un verdadero ideal.
Tal admiración por la amistad masculina es explicada por la posición social inferior de la mujer. Aquiles, enfurecido por la muerte de su amigo, obtuvo de su madre una nueva nueva armadura forjada en la fragua de Vulcano, y salió al campo de combate, finalmente, ambos héroes se encontraron y tras dar tres vueltas a la muralla de Troya, pues Héctor huía de la ira de Aquiles hasta que fue inducido a la pelea por un engaño de la diosa Minerva, se enfrentaron cara a cara.
Aquiles envió su lanza a la garganta de Héctor y posteriormente arrastró su cuerpo atado a su carro en torno a los muros de Troya, sin permitir que tuviera los rituales fúnebres. Sólo cuando Príamo, el padre de Héctor y rey de Troya, vino en secreto a entrevistarse con Aquiles, éste le devolvió el cuerpo del héroe.
Continuó luchando, derrotando una y otra vez a los troyanos y a sus aliados, incluída la guerrera amazona Pentesilea.
Finalmente, Paris, hijo de Príamo, con la ayuda del dios Apolo, hirió a Aquiles con una flecha en su único punto vulnerable, el talón. Aquiles murió de la herida.
Después de su muerte hubo una disputa por su armadura, y se decidió otorgarla al más bravo de los griegos. Ulises y Ayax compitieron en la final, cada uno con un discurso explicando por qué se lo merecían más que nadie. Ulises ganó, y Ayax perdió la razón y se suicidó.
A Aquiles se le han atribuido muchos episodios románticos, entre ellos con Pentesilea, la amazona a la que mató en el campo de batalla, y también se ha dicho que se casó con Medea.
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