En ocasiones se le puede identificar con el amor sexual y los placeres libertinos, pero también se le interpreta como el protector de los hogares de todo mal.
Bes es un genio simpático y protector y que gozó de mucha devoción entre los habitantes del Egipto faraónico.
Lleva el epíteto de Señor de Punt y Señor de Nubia, centros de los que posiblemente era originario. Deidad tutelar del matrimonio, se encuentra en multitud de amuletos mágicos y en los lugares donde las mujeres y los niños necesitaban su cuidado, no sólo con un fin embellecedor, sino para servir para salvaguardar contra el mal de ojo.
Bes alejaba los genios malignos que podían atacar durante el sueño y precisamente por esta razón se solía representar en las cabeceras de las camas.
Por el mismo motivo, ofrecía paz a los difuntos que eran enterrados con reposacabezas en los que se había grabado o pintado la figura del dios.
Además, por su aspecto amenazador espantaba a los reptiles protegiendo de sus picaduras venenosas. Bes fue protector de la casa real y del dios solar, y en esta función se torna guerrero, carácter que pudiera haber tomado de su antecesor Aha.
Su relación con Hathor y Ra hizo que se incluyera entre los componentes del mito de la Diosa Lejana, formando parte del cortejo que la hizo retornar, mediante el embrujo de su arpa y su tambor, instrumentos que alegraban a la divinidad y espantaban a los genios malignos.
El auge de su culto en la Época Baja fue grande e hizo que el dios fuera adquiriendo cada vez más atributos hasta aparecer de forma muy complicada: alado, con coronas complejas, junto a serpientes, cocodrilos, con la cabeza de distintos animales, etc.
En este momento se le asoció con un aspecto erótico, asimilándole al amor sexual y los placeres libertinos; también se le consideró protector de Horus niño.
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