El rio Nilo fue la pieza fundamental del antiguo imperio egipcio, el valle situado en el sur: prolongado, angosto y delimitado por cadenas montañosas; y el ubicado en el norte, detras del actual Cairo, que se ensancha en la llanura del Delta y se despliega en forma de abanico.
La oposicion Norte-Sur ha definido de modo concluyente la vida en Egipto: su lenguaje, los dioses y hasta los simbolos heraldicos de las coronas.
El reino del norte tenia su capital en la ciudad de Eb, su deidad era el halcon Horus, su corona era roja y sus simbolos eran la abeja y el junco.
El reino del sur tenia su capital en la ciudad de Nekhen, su deidad era tambien el halcon Horus; su corona, de color blanca, y sus insignias eran la planta de la caña y el papiro
El origen racial en el antiguo Egipto fue una gran confusion.
Segun algunas tumbas encontradas y los restos culturales primitivos, se han podido observar peculiaridades de varias razas que ingresaron en el pais en tiempos remotos y cuyos datos son tan escasos que es peligroso generalizar acerca de ellos.
De acuerdo con algunas teorias, los antiguos egipcios pertenecian al lado oriental de esta raza, junto con los nubios, absinos, galla, masai y los somalies.
Durante la época predinástica, divinizaron aquellos fenómenos naturales que les desconcertaban, o infundían temor, de los que no conocían la razón de su proceder; asociaron estas divinidades con las características de ciertos animales, y los representaron con forma humana aunque conservando rasgos zoomorfos: el halcón en el dios Horus, "el elevado", dios del cielo; el perro egipcio, o chacal del desierto, "el guardián de las necrópolis", se convierte en un dios protector, Anubis; el cocodrilo del Nilo, un peligro constante, en un dios temido, venerado en la región de El Fayum, etc.
Además les atribuyeron conceptos humanos, como la relación familiar, por lo que se formaron tríadas compuestas por un dios, su esposa y su hijo, y también pasiones humanas por lo que se les rendía culto dando ofrendas en los templos a cambio de favores solicitados, o recibidos.
A pesar de la agrupación de los pueblos egipcios en las "Dos Tierras": el Alto y Bajo Egipto, cada uno de los nomos (provincias) mantuvo sus deidades protectoras, lo que significaba la veneración a decenas de dioses, que adquirían mayor o menor relevancia según la importancia que tuviese cada ciudad: en Heliópolis se adoraba a Ra, en Tebas a Amón, en Menfis a Ptah y Hator, etc.
Los sacerdotes de los templos principales comenzaron a organizar esta multitud de dioses y a explicar sus relaciones, la creación del mundo, las crecidas del Nilo, etc., ideando y sistematizando las creencias en las denominadas teología Heliopolitana, Tebana, etc., reflejadas en los Textos de las Pirámides, o el Libro de los Muertos, a los que siguió la redacción de otros similares.
Su visión está basada en su propio país, tierra fértil junto a un río y con un desierto alrededor.
Por lo tanto el mundo para ellos se dividía en tres regiones:
El Cielo, Nun, morada de los dioses, cuya diosa celeste Nut, "La grande que parió a los dioses", era representada como una mujer con el cuerpo arqueado cubriendo toda la Tierra.
La Tierra, morada de los hombres, la Casa de Geb, el dios creador, representado como un hombre tumbado bajo Nut.
El inframundo, o Duat, el reino de los muertos, donde gobernó Horus, y posteriormente Osiris, espacio recorrido en su barca solar por Ra durante la noche, y por donde transitaban los espíritus de los difuntos sorteando los peligros del Más Allá.
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