Cuando buscamos su ayuda, el Arcángel Miguel y sus ángeles nos aportan fortaleza angélica, esto nos ayuda a liberarnos del miedo y otros estados emocionales negativos que nos impiden alcanzar y disfrutar de nuestro pleno potencial.
Los estados emocionales negativos debilitan nuestro espíritu.
Las excusas autolimitantes bloquean el contacto angélico e impiden la plena expresión de nuestro verdadero yo como un ser encarnado de amor y luz ilimitados.
Recibe el don de activación del rayo Azul del Arcángel Miguel, aporta los atributos de coraje, persistencia, veracidad, firmeza, fuerza y la capacidad de asumir el control de la propia vida.
El dominio del primer rayo de voluntad divina y poder nos libera de las sombras de la ilusión.
Activar el Primer Rayo
Que Hacer
1 - Sientate cómodamente y donde no vayas a ser molestado durante algún tiempo.
2 - Respira relajadamente y con naturalidad, liberando las tensiones de tu cuerpo físico.
3 - A continuación, invoca al Arcángel Miguel y pídele su don de fortalece, solicitando que active el primer rayo de voluntad y poder divinos dentro de ti.
4 - Centra tu conciencia en tu corazón, sitúa tu conciencia allí y visualiza la llama de tu corazón crecer y fortalecerse.
Es posible que sientas un cosquilleo o una sensacion de expansión y calidez.
5 - Permite que esta llama y tu constancia asciendan en espiral por tu columna espiritual hacia tu chakra corona.
6 - Toma conciencia de la columna de luz que te rodea. Este tubo de luz es tu protección.
Al mirar hacia arriba eres consciente de que parece ascender interminablemente.
7 - Deja que tu conciencia viaje en dirección ascendente, a través del tubo de luz, hasta llegar a la pirámide de luz donde habitan tu yo superior y tu familia del alma.
8 - Aquí ves a tu familia del alma, ángeles y seres ascendidos sentados alrededor de una mesa de cristal. Toma tu sitio en la mesa. Comenta con ellos como puedes fortalecerte y hacer uso de tu derecho divino a ser miembro de la "legión de luz"
9 - Deja que el proceso se despliegue de manera natural. Cuando se haya completado, vuelve con la conciencia al cuerpo físico y a tu estado habitual de vigilia.
Fuentes Consultadas
Gaia Ediciones
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