Historia
Entre las obras del papa San Gregorio Magno (540-604 dC) se encuentra el Libro de los Diálogos, donde relata la vida de varios santos de la península itálica venerados en su época.
El segundo capítulo lo dedica enteramente a San Benito, nacido en Nursia (Umbria) hacia el año 480 dC. San Gregorio pudo informarse sobre la vida del monje y abad Benito a través de varios discípulos directos.
Siendo Benito un joven estudiante en Roma, decide cambiar radicalmente su vida y se hace monje.
Una hermana suya, de nombre Escolástica, ya había sido consagrada a Dios desde su infancia. Al inicio de su nueva vida, Benito habita en una cueva de la región montañosa de Subiaco, donde más tarde establecerá varios monasterios con sus discípulos. Años después se traslada a la región de Montecassino, donde funda un nuevo monasterio, en el cual reside hasta su muerte. Allí aumenta su irradiación espiritual, y escribe la conocida Regla de los monjes ("Regula monachorum"), que a lo largo de los siglos tendría amplísima difusión. El abad Benito muere santamente rodeado de sus discípulos alrededor del año 547 dC.
El texto que narra la Vida de San Benito corresponde al Libro Segundo de los Diálogos, escrito aproximadamente 40 años después de la muerte del santo. Tuvo amplísima difusión e influencia a lo largo de toda la Edad Media, y fué luego traducido a todas las lenguas modernas. Está redactado usando la forma de un diálogo entre el propio autor del libro y un personaje ficticio: el diácono Pedro. Al abordar un texto tan antiguo, es importante tener presente no solo el género literario utilizado, o sea: la narración de una serie de hechos milagrosos que jalonan la vida del santo, sino también su intención: escribir no una biografía en el sentido moderno de la palabra, sino más bien mostrar a los fieles la imagen de un verdadero santo, un hombre de Dios, un amigo de Dios, que por serlo participa de los dones divinos de poder y de ciencia (milagros, profecías). El autor nos dice en su relato que no se informó de todos los detalles de la vida de San Benito, y que tampoco refiere en su libro todo lo que sabía acerca de él. San Benito representa para Gregorio el ideal del monje perfecto, y la narración de su biografía es como un programa de vida que presenta a los lectores de su época.
San Gregorio Magno
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