Bajo el título de la Virgen de la Soledad, se venera a María en muchos lugares y se celebra el viernes santo.
El Viernes Santo se acompaña a María en la experiencia de recibir en brazos a su Hijo muerto con un sentido de condolencia. Se dice que se le va a dar el pésame a la Virgen, cuya imagen se viste de negro ese día, como señal de luto.
Acompañamos a María en su dolor profundo, el dolor de una madre que pierde a su Hijo amado. Ha presenciado la muerte más atroz e injusta que se haya realizado jamás, pero al mismo tiempo le alienta una gran esperanza sostenida por la fe. María vio a su hijo abandonado por los apóstoles temerosos, flagelado por los soldados romanos, coronado con espinas, escupido, abofeteado, caminando descalzo debajo de un madero astilloso y muy pesado hacia el monte Calvario, donde finalmente presenció la agonía de su muerte en una cruz, clavado de pies y manos.
María saca su fortaleza de la oración y de la confianza en que la Voluntad de Dios es lo mejor para nosotros, aunque nosotros no lo comprendamos.
Es Ella quien con su compañía, su fortaleza y su fe nos da fuerza en los momentos del dolor, en los sufrimientos diarios y pidámosle la gracia de sufrir unidos a Jesucristo, en nuestro corazón, para así unir los sacrificios de nuestra vida a los de ella y comprendamos que en el dolor, somos más parecidos a Cristo y capaces de amarlo con mayor intensidad.
La imagen de la Virgen dolorosa nos enseña a tener fortaleza ante los sufrimientos de la vida. Encontremos en Ella una compañía y una fuerza para dar sentido a los propios sufrimientos.
Se le puede cantar a la Virgen la siguiente canción:
En el sufrimiento
supiste callar,
y junto a tu hijo
enseñas a amar.
Un Viernes Santo, con gran dolor,
sufre en silencio junto al redentor;
desde esa hora, hora de cruz,
es nuestra Madre, nos la dio Jesús.
supiste callar,
y junto a tu hijo
enseñas a amar.
Un Viernes Santo, con gran dolor,
sufre en silencio junto al redentor;
desde esa hora, hora de cruz,
es nuestra Madre, nos la dio Jesús.
Sugerencias para vivir la fiesta:
Realizar un Via Crucis.
Rezar el Rosario frente a la Virgen Dolorosa.
Llevar flores a la Virgen para consolarla.
Hacer oración en familia, en voz alta frente a la Virgen para consolarla
Rezar Los siete dolores en honor a la Madre Dolorosa
Fuentes Consultadas
Catholic.Net
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