Historia
Todo empezó el último miércoles del mes de agosto de 1945,
cuando los jóvenes de la época se encontraban en la plaza del pueblo, lugar dónde se celebra tradicionalmente la Tomatina, y al paso de las autoridades y la banda de música durante un desfile de "gigantes y cabezudos" un grupo de estos jóvenes, que querían participar en la comitiva, empujaron a los que llevaban este disfraz.
Uno de los participantes cayó al suelo y, al levantarse, comenzó a golpear a todo el que se encontraba allí, por lo que todos comenzaron a pelearse entre sí.
El destino quiso que en las proximidades se encontrara un puesto de verduras y hortalizas con las cajas expuestas en la calle para su venta, comenzando los jóvenes a tirarse tomates unos a otros hasta que las fuerzas de orden público intervinieron para poner fin a aquella "batalla" y condenaron a los responsables a pagar los destrozos realizados.
Al año siguiente los jóvenes repitieron el altercado, sólo que esta vez llevaron los tomates de su casa.
De nuevo fueron disueltos por las fuerzas del orden. Tras repetirse esto mismo en los años sucesivos, la fiesta quedó, aunque de modo no oficial, instauradas, lo que no sabian éstos chicos, es que habían inaugurado una tradición que seguirían fomentando año a año.
A principio de los 50 el Ayuntamiento de Buñol prohibió la celebración de la Tomatina hecho que no frenó a algunos participantes que llegaron incluso a ser encarcelados.
El pueblo pedía que la fiesta se permitiese y tal fue su insistencia que las autoridades definitivamente la consintieron.
Cada vez acudía más gente a la fiesta, con los bolsillos cargados de tomates y dispuestos a tirarse agua, a meterse en las fuentes y demás ‘actos vandálicos’.
El problema era que esta batalla campal acababa afectando a aquellos que solo querían mirar y en alguna ocasión fue ‘atacada’ alguna personalidad importante. Así que la festividad fue de nuevo prohibida.
En 1955 y en señal de protesta se celebró "el entierro del tomate", una gran manifestación en la que los vecinos portaron un ataúd con un gran tomate dentro, acompañados por la banda de música, que interpretaba marchas fúnebres a su paso. En el año 57, se permitió definitivamente la Tomatina y ahora es el propio Ayuntamiento el que organiza y promociona este día que les ha hecho famosos en el mundo entero.
La fiesta se hizo popular en toda España gracias al reportaje de
Javier Basilio, emitido en el programa de televisión Informe Semanal.
Desde 1980 es el Ayuntamiento quien provee de tomates a los participantes, siendo cada año mayor el número de toneladas de tomates utilizados, así como el de visitantes.
El 27 de agosto del 2002, la Secretaría General de Turismo, concedió el título de Fiesta de Interés "Turístico Internacional" a la Tomatina de Buñol.
Fuentes Consultadas
Diario España.es
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