14 de diciembre de 2017

Estancias de Mandos - Elfos -



Las Estancias de Mandos es el lugar donde habitan los Valas Námo (Mandos) y Vairë y por el cual se le suele dar ese nombre a Námo. 
En él habitan las almas de los que han muerto en Arda.

El nombre de Mandos es quenya y proviene de dos palabras élficas que significan “Prisión” y “Fortaleza”. 
En los primeros escritos de Tolkien, las estancias tenían el nombre de Ve.

Las estancias de Mandos son más profundas que las mansiones de Aulë, se encuentran en la orilla occidental de Aman, donde las olas de Ekkaia rompen contra las Tierras Imperecederas; mirando al Mar Circundante y a los Muros de la Noche.

En ellas, los espíritus de los Elfos muertos son llevados allí, aguardando tras su muerte en las Estancias de la Espera, hasta reencarnarse o hasta que los convoque Ilúvatar en el momento del Fin del Mundo (Dagor Dagorath). 
También llegan las almas de los Hombres y permanecen ahí por muy breve tiempo hasta que parten para siempre de Arda.

Según los Enanos, en las estancias de Mandos también hay lugares reservados para ellos al morir, aunque según los Elfos esto no es del todo cierto.

Melkor permaneció preso en las estancias de Mandos luego de ser vencido por los Valar cuando los Elfos despertaron, durante las Edades de los Árboles.

Mandos era el guardián de las Casas de los Muertos, convocando a los espíritus de los que sufren una muerte violenta a sus estancias. Según se cuenta, este Vala recuerda todos los hechos pasados e incluso conoce aquellos que están por venir, excepto los que dependen única y directamente de Ilúvatar. Como Juez de los Valar, tiene una gran autoridad y sus órdenes y juicios deben cumplirse, aunque sólo condena y enjuicia por orden directa de Manwë, el Rey de Arda.

Según el juicio de Námo, no todos los Elfos pueden salir de sus estancias, o pueden tardar mucho tiempo en hacerlo. 
Algunos nunca podrán salir hasta que termine el tiempo.
Este es el caso de Fëanor, castigado de esta forma por sus actos (que fueron muy negros) en vida, otros como Finrodpor su bondad y acciones justas hacia las otras razas (como sacrificar su vida por Beren) las abandono pronto. 
El caso de Finwë es distinto, pues él eligió no salir a cambio de que su primera esposa (Míriel) lo hiciera, ya que ella también había elegido no salir. 
Sin embargo Míriel decidió no ir a Valinor nunca más y permanece al lado de Vairë, esposa de Námo y tejedora del tiempo.


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