Rubias, altas y distinguidas, se dice de ella que las noches de luna llena suelen salir a la superficie, donde danzan y bailan toda la noche.
De belleza irresistible, ojos apaciblemente azules y vestidas con deslumbrantes vestidos blancos, las Gwragged Annwn despiertan una enorme pasión entre los mortales.
Con muy buen gusto, estas mujeres prefieren la compañía de hombres jóvenes y hermosos, con los que suelen vivir grandes amores que, con más frecuencia de lo que quisieran, no suelen acabar bien.
Y, como casi siempre, la culpa la tienen los hombres, que incumplen la condición que ellas le ponen, no tocarlas con hierro y no golpearlas más de tres veces.
Uno de los relatos más conocidos sobre esta hada
Narra cómo un granjero, junto al lago Llyn y Fan Fach, vio a una hermosa joven de belleza sobrenatural.
Cada día iba a visitarla, hasta que un día se atrevió y le ofreció lo que llevaba, un trozo de pan.
El hada le negó con la cabeza, y le dijo: “tu pan es muy duro”, mientras se hundía en el lago.
Volvió a visitarla al día siguiente y esta vez le llevaba un pan sin cocer, pero ella se negó de nuevo: “tu pan es demasiado blando”.
Y sin perder la esperanza el granjero lo intentaba un día tras otro.
Esta vez le llevaba un pan ni demasiado hecho ni demasiado crudo, pero no veía a la joven.
En su lugar apareció un anciano con dos hermosas mujeres idénticas que le dijo: “si adivinas cuál de mis hijas es la que amas, puedes llevártela contigo”.
El granjero las miraba asombrado, tal era la belleza y la igualdad de las mujeres, pero miró los pies y reconoció los zapatos de su amada.
Sólo le puso una condición, “trátala con amabilidad, como la golpees tres veces sin motivo me la llevaré conmigo y nunca la volverás a ver”.
Durante años fueron felices, pero en ocasiones el hombre no se mostró comprensivo con sus extrañas costumbres.
El primer golpe se lo dio porque la joven lloraba desconsolada en un bautizo, y el hombre la regañó con un leve golpe.
El segundo fue en un funeral, mientras todos lloraban la joven reía, el marido sorprendido la golpeó.
El tercero fue en una boda, que lloraba ante la vergüenza del marido.
Al sentir el tercer golpe, todos leves, la joven rompió a llorar porque debía abandonar a su marido, besó a sus tres hijos y desapareció para siempre.
Hay quien contaba que mientras sus hijos fueron pequeños, a escondidas aparecía cada día a visitarlos.
Entre sus virtudes dicen que conocen todos los secretos de las plantas, entre sus defectos que no saben contar más de cinco, pero, ¿es que hay alguien perfecto?
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