30 de noviembre de 2017

La Asignacion de Los Siete Planetas - Parte II - Astrologia Romana


La Asignacion de los signos a los planetas parece haber sido un ejercicio en simetría planetaria, sin considerar las correspondientes naturalezas de los planetas ni de los signos.

Los lectores pueden responder diciendo: "OK, así es que quizás las asignaciones iniciales de los planetas a los signos no reflejan la experiencia en la vida, pero los astrólogos han estado usando este esquema durante 2000 años o tanto, y en el proceso lo han hecho funcionar".

¿Realmente lo han hecho funcionar? ¿Realmente funciona este esquema de regencias? Por ejemplo, la regencia de los signos son una parte esencial en astrología Horaria. 
¿Es esta rama de la astrología tan eficiente como lo proclaman sus adeptos? 
Escuchamos hablar de sus éxitos, mucho de los cuales son a menudo debido a que los planetas en el tema Horario están cerca de los ángulos o a los aspectos próximos a la Luna, y de esta manera no necesitan el uso de un sistema de regencia a lo ‘ronda de flores’ con un consultante, un disponedor, ... etc. ¿Pero qué de los muchos fracasos?

Casi cincuenta años atrás un Sr. Ionides, el autor de One Day Telleth Another , sugirió que la división de la eclíptica en 12 partes "no era nada de natural, pero había sido impuesto sobre la naturaleza por la creencia que el hombre tenía en ello y de esta manera han obtenido una cierta validez". 
Discutiendo sobre esto, Charles E. O. Carter , un astrólogo por quién continúo de tener un gran respeto, comentó:

En otras palabras, dejen al hombre creer cierta cosa un tiempo suficiente y con una fuerza suficiente y la Naturaleza, hablando de una cierta forma, lo acepta de él. 
El pensamiento, siendo esencialmente y siempre positivo, puede trabajar sobre al anima mundi pasivo y moldear esto a su voluntad.

Si esta noción tiene alguna base en los hechos, entonces su importancia práctica (como teórica) sería considerable. 
En ese caso, deberíamos seguramente hacer bien de abrigar en nosotros las concepciones mas superiores de los planetas...

Tendríamos que distinguir, en el caso de un planeta como Neptuno, una cualidad natural y una cualidad impresa. 
El primero puede cubrir tendencias neptunianas naturales tales como inspiración poética, interés en lo oculto, la propensión a los estados de confusión y de complicación, de encierro y de retiro, ninguno de los cuales aparece tener alguna conexión con el Neptuno mitológico, mientras el último incluiría todas las relaciones con el mar, lo cual sería validado porque los astrólogos, aprendiendo que el planeta sería llamado Neptuno, inmediatamente se unieron para pensar en él en términos de ese dios.

La prueba sería, ¿que significó Neptuno en los horóscopos de aquellos que vivieron antes de que fuese descubierto? 
¿Aparecía solo el significado ‘natural’, o lo que yo llamo el significado ‘impreso’ también se manifiesta? Porque, según la hipótesis que he avanzado, muy provisionalmente, la última significacion no podría encontrarse.

Sé que Neptuno estaba en tránsito sobre el ascendente del Rey Jaime al momento de la Conspiración de la Pólvora, exhibiendo el ‘aspecto traicionero’ de Neptuno, el cual, creo, no es para nada mitológico.

Urano no expresa ninguna concepción mitológica particular al hombre medio, y quizás esto nos ha permitido conservar sus cualidades naturales en su forma mas o menos pura. 
Pero desde luego que Plutón significa algo, incluso para aquellos cuyos estudios mitológicos han sido estrictamente limitados, y es cierto que la mayoría de nosotros estamos, por decir, dandole duro como un planeta de muerte y de obscuridad.

Si la creencia del hombre hace que una cosa sea tal, entonces seguramente sera la creencia de la mayoría de la humanidad que lo hará. 
Los creyentes en astrología han sido relativamente pocos desde los días en que una mucha mas grande proporción de la populación mundial creía, y había hecho tal durante cientos de años, en la existencia y la naturaleza de los doce dioses.

Lo cual me recuerda que en los 1830 un doctor francés determinó que la gente que se enfermaba durante una epidemia de cólera moría o se recuperaba en la misma proporción fuesen tratados o no por un doctor. 
Ese incómodo descubrimiento forzó a la comunidad medical a estudiarse, a buscar las cosas que funcionaban y las que no, y a la larga la medicina se transformó de un oficio a un arte científico.

Obviamante, no necesita ser sacrosanto qué planeta rige qué signo, aún cuando el sistema que hemos estado utilizando exista desde hace mucho tiempo. 
Si la edad de una creencia fuese nuestro criterio para decidir entre alternativas estaríamos todos creyendo que vivimos en un mundo plano en torno al cual gira el resto del universo. 
Ni tampoco puede guiarnos el esquema de una elegancia teórica. 
La astrología trata sobre el efecto que tienen los planetas y los signos al reflejarse estos en la vida.

Quizás debiésemos considerar en qué signos los diferentes planetas son más fuertes. 
Por ejemplo, Capricornio podría ser concedido a Mercurio, donde es mas fuerte que en cualquier otro signo: puede ser una posición de una verdadera habilidad mental y de una expresión fluida - Mercurio puede ciertamente ser capricioso. 
Y quizás la regencia de Virgo podría ir a Saturno. 
Pero, además de qué planeta rige qué signo, consideremos que quiere decir justamente todo esto sobre los principios básicos de los siete cuerpos clásicos.

El planeta Mercurio, por ejemplo, no necesita tener los mismos atributos que el dios olímpico del mismo nombre. 
Los nativos de Cáncer, el signo asociado con el olímpico, viajan bastante (a menudo mas que los nativos de Sagitario), generalmente como turistas o en viaje de negocios, pero es dificil de asociar al Mercurio astrológico con el signo de Cáncer en la forma que lo fue el Mercurio-Hermes olímpico. 
Al menos, no como actualmente interpretamos el planeta o el signo. 
En el mito, Mercurio-Hermes era el mensajero de los dioses. 
También se decía que poseía los otros atributos enumerados un par de paginas atrás.

Como cada uno de los dioses, el Mercurio-Hermes olímpico era una Idea para los griegos, un concepto primario, la esencia personificada de algo, una forma platónica o arquetipo. Mientras que nosotros suponemos interpretar un planeta generalizando sobre detalles observados, los dioses eran considerados de una manera completamente opuesta: Mercurio-Hermes representaba, entre otras cosas, el primer principio trascendente de intercambio. 
El era el comerciante arquetípico (y el mensajero arquetípico). 
Cualquier transacción de negocio era simplemente una manifestación localizada de la Forma absoluta arquetípica de Intercambio.

La asociación de Mercurio con el comercio y el intercambio ha continuado en nuestro lenguaje hasta nuestros días. 
Existen noventa y dos palabras en el "Oxford English Dictionary" que comienzan con la letra Merc. 
Cincuenta y dos de estas palabras se relacionan al intercambio y al comercio: haciendo algo por la utilidad, la recompensa o interés propio. 
Estas incluyen palabras como Merchant, Mercenary, Mercantile, Mercer y Merchandise. Se incluye el arcaico Merchet: "una multa pagada por un inquilino o siervo a su señor por la libertad de dar a su hija en matrimonio". 
Un significado moderno frecuente de palabras en Merc implica la substitución química (o intercambio) de un elemento por otro.

Hoy en día nuestros textos en gran parte ignoran las relaciones de Mercurio con el intercambio, el comercio y los negocios, cada vez mas se enfatiza la asociación del planeta con la comunicación.

Es improbable que haya un problema con la naturaleza astrológica de Saturno, no era un olímpico y no existe ningún mito detallado para explicar su naturaleza. 
Lo mismo debería aplicarse a los tres planetas descubiertos recientemente. 
Probablemente se aplique a Urano pero, como Charles Carter, estoy menos seguro sobre las significaciones generalmente atribuidas a los planetas Neptuno y Plutón.

El problema, si existe alguno, puede ser bastante reciente, desarrollándose solo en los recientes años. 
En este siglo ha habido lo que muchos consideran haber sido un paso conceptual mayor hacia como consideramos los planetas. 
Ahora los consideramos como entidades por derecho propio, de la misma manera en que Platón y los antiguos griegos consideraban los doce dioses, como arquetipos. 
Ha sido solo recientemente que hemos comenzado a hablar de Saturno como el principio de limitación y de restricción, o Mercurio como el principo de comunicación. 
Los astrólogos des siglo XIX no hubiesen comprendido lo que esto significa.

Reconozco molestarme con las exposiciones de varios de los principios planetarios en los cuales tanto de la astrología actual se basa y que parecen a menudo extraidos directamente de Homero. 
El problema se presenta cuando, en nuestra práctica de la astrología, pensamos en Mercurio (o Venus o Marte, ... etc.) y comenzamos a asociar libremente, trayendo a nuestra mente todo lo que hemos leido en el pasado incluyendo a entidades con el mismo nombre. 
Antes de darnos cuenta las antiguas historias de dioses con sandalias aladas moviéndose de un lado a otro comienzan a influenciar como enfocamos al planeta

Aquellos que utilizan los asteroides son particularmente inclinados a esta foma de extrapolación mítica. 
Uno se queda pensando que hubiesen dicho los libros de texto si al cometa de Haley se le hubiese dado un nombre mítico, quizás Ulises, y que después de su descubrimiento se hubiese dado a Quirón el nombre de Kowal.

Gracias a Dios, los mejores astrólogos no hacen esto.

No solo debemos examinar cuidadosamente lo que creemos que es la astrología, pero también quienes somos y como vemos el mundo en que vivimos. ¿Aceptamos realmente el concepto, como lo hicieron los antiguos griegos y luego los neoplatonistas, que existe una multiplicidad de dioses o de Ideas primarias - arquetipos si se prefiere, pero en un sentido platónico y no jungiano? 
Cada uno de estos dioses se creía que poseía una cualidad de ser, un grado de realidad superior a cualquier cosa que pudiese ocurrir en el mundo cotidiano. 
Los griegos creían que los dioses eran la verdadera realidad y todo lo que cualquiera ‘abajo’ pudiese ser o experimentar era simplemente una expresión, una sombra de esa existencia más fundamental. Richard Tarnas  lo describe bien:

Lo que se percibe como un objeto particular en el mundo puede ser comprendido mejor como una expresión concreta de una Idea mas fundamental, un arquetipo que da a ese objeto su estructura y condición especial ... 
Algo es "bello" en la medida exacta que el arquetipo de Belleza está presente en él. Cuando uno se enamora, es la Belleza (o Afrodita) que uno reconoce y se abandona, el objeto adorado siendo el instrumento o recipiente de la Belleza.

Si esa es en realidad nuestro enfoque de la vida, entonces quizás también vemos a Venus como ‘el planeta de Venus-Afrodita’. 
Mercurio como ‘el planeta de Mercurio-Hermes’, y de la misma manera los otros; los planetas astrológicos y el signo zodiacal como vehículos para el flujo de estas esencias arquetípicas a nuestro mundo, y el horóscopo natal un archivo de los dones dados por los dioses con los cuales nace un nino.

Nada hay de incorrecto en ello, es un concepto delicioso y ampliamente consistente con mucho de la astrología moderna. 
Y sería apropriado que los astrólogos con tal enfoque utilizasen los atributos míticos de Mercurio-Hermes y los otros dioses al interpretar como los planetas se manifiestan en la vida.

Pero quizás el astrólogo tiene una vista diferente de la vida, una que no acepta la validez continua de los doce olímpicos hasta el presente siglo, una que rechaza la noción en que la base de la realidad exista en una esfera completamente trascendental e inmaterial de entidades ideales, uno que diga que muchas cosas pueden ser bellas sin la necesidad de una Idea trascendental de Belleza. ¿Qué entonces? 
¿Continuará a ser Mercurio el joven mensajero celeste en las cartas que este astrólogo interpretará? 
Si es así, ¿debiese Libra, el antiguo lugar predilecto de Vulcano, ser interpretado como el signo de la tecnología?




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